Ahora con la CRISIS

Iniciado por myeu, Mayo 22, 2008, 09:35:45 AM

Tema anterior - Siguiente tema

ferdinand

Joer, Parada. Te deben haber quitado el yeso ya.

Dolordebarriga

Fernandito, yo no soy muy listo, eso es algo evidente, así­ que te ruego no me vayas cambiando el mote cada tres post, porque me pierdo.  O también puede escribir en tu hilo de poemas la lista de motes que me otorgas, para ayudarme, digo. Lopuedes hacer en forma de poema, seguro que te queda muy bien.
"Yo siempre documento lo que digo"

El Miserable

Cita de: Dolordebarriga en Octubre 30, 2010, 12:48:44 AM
Fernandito, yo no soy muy listo, eso es algo evidente

De nuevo, completamente de acuerdo contigo, cretino.

E.M.

ferdinand

No es cosa de que seas más o menos listo, Parada. Da el paso: asume que eres tonto cum laude. A lo mejor así­ consigues que la Generalitat te dé ayuditas p´a lo tuyo.

Dolordebarriga

Cita de: ferdinand en Octubre 30, 2010, 12:50:57 AM
No es cosa de que seas más o menos listo, Parada. Da el paso: asume que eres tonto cum laude. A lo mejor así­ consigues que la Generalitat te dé ayuditas p´a lo tuyo.

Mandril, Parada, ¿Alguno más? Pónmelo fácil.

PD: Mise, a ti te pido lo mismo. El cretino siempre habí­a sido Felipe para ti; a mí­ me puedes llamar imbécil, así­ no nos liamos.
"Yo siempre documento lo que digo"

ferdinand

Mandril no te he llamado nunca, que recuerde. Verbos asociados, es bastante probable. Siempre en activa.

Dolordebarriga

¿Ves¿, ya te he dicho que no soy muy listo.
"Yo siempre documento lo que digo"

ferdinand

Tampoco hace falta que te revuelques, hombre.

Dolordebarriga

Te lo intento dejar claro porque tú tampoco me pareces especialmente espabilado.
"Yo siempre documento lo que digo"

ferdinand

Puedes estar tranquilo, entonces. Te permitiré pasar de curso. Pero tienes que esforzarte más, ¿eh? Te pongo un P.A. para que te puedas volver a casa contento. Y esos cuadernillos para el verano.

myeu

#22705
¿Os suena de cuando se ha hablado de las irregularidades y resultaba ser que aquí­ no pasaba nada, que está todo correcto, que toda la deuda tiene recurso, y de otras tantas cosas de las que no se hablaba en más que unos medios confidenciales, etc?
Pues continuamos con la oficialización.
Hoy, en el BOE:








REPORTAJE: INMIGRANTES HIPOTECADOS
Ciudadano 'subprime'
A Julio César Rodrí­guez le dieron una hipoteca de 283.000 euros. Pagó hasta quedarse en paro. Fue desahuciado de su piso. Sin recursos de ningún tipo, ahora debe al banco 325.000 euros

PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL 31/10/2010

Julio César Rodrí­guez, nacido hace 48 años en Quito (Ecuador), está condenado a exclusión social. Su error fue firmar un préstamo hipotecario en los años de la fiebre inmobiliaria en España. El préstamo existe, figura en los balances, pero jamás será cobrado. Es un crédito subprime, de alto riesgo. Nadie sabe cuántos hay. Esta es la historia de uno de ellos.

Rodrí­guez aterrizó en España el 6 de septiembre de 1996. Obtuvo papeles, trajo a su esposa y a sus tres hijos. Vivieron de alquiler en Aluche, al oeste de Madrid, por 375 euros al mes. A principios de 2006, habí­a ahorrado 36.000 euros en diez años de trabajo. Entonces "todo el mundo compraba. Los anuncios decí­an: '¡No regale el alquiler! ¡Sea propietario!". Hizo el mismo cálculo que cientos de miles de españoles.

En una oficina de la inmobiliaria Tecnocasa expuso su situación. Tení­a dinero y querí­a un piso. Ya no habí­a que decir más. En la financiera de al lado le dijeron que su contrato indefinido de 850 euros al mes como mozo de almacén en H&M no era suficiente, pero podí­a sumar la nómina de su hermana, de 1.100 euros al mes como teleoperadora. Ella aceptó participar.

"Entonces, el de la oficina me dijo: 'Con estos papeles podéis comprar dos pisos en vez de uno". Y le explicaron cómo era posible que les dieran dos créditos. "Me dijo que la forma era abrir una cuenta, con ella conseguir un crédito y comprar un piso, y antes de un mes mover el dinero a otra cuenta de otro banco y hacer lo mismo con otro piso. Me dijo que si se tardaba más tiempo, los datos llegaban al Banco de España y ya no podí­a comprar nada".

La Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE) es un registro donde los bancos enví­an toda la información crediticia de sus clientes. Gracias a él, el supervisor y los propios bancos deberí­an poder detectar operaciones de crédito de alto riesgo, con grandes probabilidades de impago. Las entidades enví­an los datos de sus clientes una vez al mes. Es decir, lo que le explicaron fue que operaciones como la de Julio César y su hermana debí­an cerrarse con una diferencia de pocos dí­as, de forma que el CIRBE no detectara que se estaba concediendo una hipoteca a alguien que ya estaba entrampado con otra. Rafael Mayoral, uno de los abogados que ahora asisten gratuitamente a Rodrí­guez, define todo el proceso como "una serie de operaciones, todas legales, cuyo objetivo final es cometer una ilegalidad: eludir el control de riesgos del regulador".

Con todo decidido, le anunciaron que hací­a falta otra nómina más. Aceptaron la de su cuñado, a pesar de que ya era propietario de un piso y avalista de otro. En este punto de la historia, Rodrí­guez aún no sabí­a ni qué piso querí­a. De los que le ofrecí­an, le gustó el 1º izquierda del número 9 de la calle Valdecanillas, en San Blas. "No habí­a que subir mucho y tení­a mucha luz. Y yo me dije: 'Aquí­, aquí­ estamos hechos".

La siguiente semana, Julio César se ocupó solo de abrir cuentas bancarias por orden de la gestorí­a. Primero llevó sus 36.000 euros a una caja de ahorros que le indicaron. "El técnico de la financiera levantó el teléfono, dio mis datos y dijo: 'Ya está, ya tienes el crédito aprobado. Ve para allá". Ese serí­a el crédito del piso de su hermana, en el que figuran como propietarios ella, él y su cuñado al 33%. Se enteraron de este arreglo en la mesa del notario. No era lo acordado, pero firmaron porque ya habí­an dado 9.000 euros de comisión a la agencia.

Después le indicaron que fuera a una sucursal de Caja Madrid determinada donde también le estaban esperando con un crédito personal listo para firmar. Al tiempo, le dijeron que sacara sus ahorros de la entidad inicial y los llevara a una determinada sucursal del Banco Guipuzcoano. Allí­ le estaban esperando con el crédito hipotecario concedido. Tres créditos, en tres entidades distintas, en una semana, para comprar dos pisos. Sin preguntas. Intervinieron la inmobiliaria, dos intermediarias (Vallehermoso Financiaciones y Tecnitasa Gestión Hipotecaria), dos cajas y un banco.

El 23 de febrero de 2006, Julio César Rodrí­guez firmó la escritura de su casa en San Blas. Medí­a 80 metros cuadrados. No tení­a ascensor y tení­a más de 40 años de antigí¼edad. La compró con un crédito de 283.000 euros del Guipuzcoano, más 12.000 del crédito personal de Caja Madrid, para cubrir todos los gastos. El piso estaba tasado por la empresa Tecnitasa Tasaciones en 354.000 euros, diez millones de pesetas más del precio. Es decir, que le vendí­an un duro a cuatro pesetas. Pagarí­a 892 euros mensuales por el préstamo hipotecario más 250 por el préstamo personal.

Hace dos años, Rodrí­guez se quedó en paro. Siguió pagando la hipoteca, sacando de donde pudo, hasta que dejó de pagar. El banco inició el procedimiento de ejecución. Cuando ya se veí­a en la calle, intentó resolver la deuda. Con 14.500 euros, le indicaron, se poní­a al corriente de pago. "Pedí­ prestado, vendí­ un terreno que tení­a en Ecuador y reuní­ el dinero". Después le observaron que faltaban 1.500 más. Pidiendo favores, sacó 1.600 euros. "Al mes me dicen que debo además los costes judiciales, que eran 4.410,30 euros, a pagar en 10 dí­as".

Ya no podí­a pedir un euro más a nadie. Fue al banco y suplicó que se quedaran con su piso, pero no aceptaron. Pidió que le asistiera la justicia gratuita en el proceso, pero no podí­a acceder a ella porque formalmente tení­a un piso. Además de todo esto, en el banco le comentaron que habí­a un error en la escritura y que la cuota estaba mal calculada, que tení­an que recalcularla muy por encima de lo que pagaba. La sucursal del Banco Guipuzcoano aludida declinó dar su versión de este caso.

Con todos estos datos, los abogados que le asisten gratuitamente decidieron ir a los tribunales con este planteamiento: Rodrí­guez no es un moroso, sino que ha sido engañado. "La única diferencia entre este caso y otros miles de ellos es que Julio César se ha plantado. Él no es culpable, sino ví­ctima de una estafa, y quiere denunciarlo", dice Mayoral. La denuncia, una rareza dentro del drama de las ejecuciones hipotecarias, es por estafa contra el apoderado de la gestorí­a que firmó la venta. Cuando el denunciado prestó declaración ante el juez, dijo que él sólo firmaba ventas y que ignoraba los trámites previos.

El pasado 14 de mayo, Julio César fue desahuciado. El desahucio está recurrido en amparo ante el Constitucional.

Tras la subasta de la casa, el banco se la quedó por la mitad de su valor de tasación, es decir, 177.000 euros. Con la ley hipotecaria española, la deuda no se acaba ahí­, sino que el deudor responde con su patrimonio hasta saldar el total. La situación de Julio César es que debe la mitad del piso según su tasación, más las costas judiciales de su desahucio, más los intereses, más las costas judiciales del procedimiento contra sus avalistas, que son su hermana y su cuñado. Julio César Rodrí­guez, ecuatoriano en paro de 48 años que trabajó hasta ahorrar 36.000 euros y quiso comprarse una casa, debe hoy 325.000 euros.

Rodrí­guez vive en casa de su hijo mayor, militar del Ejército español de 22 años, con la esposa de este y un niño pequeño. Cuenta que Caja Madrid le ha empezado a embargar a su hermana cada mes 350 euros de un sueldo de 1.500, como codeudora del crédito personal impagado. A su cuñado, asegura, el Guipuzcoano le embarga 489 euros de un sueldo de 1.900 euros, ya que firmó como deudor solidario de la hipoteca. Caja Madrid declinó comentar este caso, pero aseguró que su polí­tica es negociar todo lo posible antes de embargar.

Julio César cobra, por ahora, la ayuda de 426 euros del Gobierno, inembargable por ley. Si consiguiera un trabajo, le embargarí­an el sueldo. No le queda absolutamente nada. Jamás podrá pagar su deuda.



Baku

Pero vamos a ver, con un sueldo de 850â,¬ pretende comprarse no uno sino dos pisos, hombre, no me jodas.

Que sí­, que bancos e inmobiliarias le ha echado un rostro espectacular, pero este tí­o es que es gilipollas.
It's very difficult todo esto.

Dan

#22709
Correcto.
Pero el sistema, ay, el sistema. Esas instituciones destinadas a detectar créditos de alto riesgo, mano sobre huevo toda una década.