Hilo de le tauromachie francoise; o: Los franceses no solo nos robaron a Picasso

Iniciado por Greñas, Marzo 15, 2008, 02:10:22 PM

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Greñas

Hablemos de toros



15 de marzo de 2008.- Las sesiones esporádicas del Club Taurino de Parí­s emulan o recuerdan las reuniones polí­ticas en la clandestinidad. Nos juntamos en sedes itinerantes, como si temiéramos levantar sospechas. Incluida la 'cave' en ladrillo de un restaurante libanés cuyo propietario 'deja hacer' y prefiere eludir las preguntas embarazosas. Debe pensar que estamos locos. Y puede tener razón. Sobre todo cuando la proyección de una faena de Morante exalta el griterí­o y levanta sospechas en la clientela que cena arriba sigilosamente.

No, no está perseguida la afición taurina en Parí­s. Sarkozy, que tiene aspecto de mozo de espadas, se ha dejado ver por San Isidro y la Maestranza. Y su primer ministro, Franí§ois Fillon, frecuenta a conciencia las ferias del suroeste (Dax, Bayona, Mont de Marsan). Quizá porque las del sureste (Nimes, Arles) se transitan a bordo del TGV y son privilegio del aficionado parisino. Más chic y más intelectual. Menos apasionado y menos entendido. Más culto. Y menos visceral, entendámonos.

Hay taurómanos españoles que desprecian al espectador 'parisien' por razones de esnobismo y de intoxicación colonialista. Un pecado de prepotencia cheli que subestima la reserva taurina en que se ha convertido Francia. Tanto por la pujanza de los excelentes matadores locales â€"Sebastian Castella, Juan Bautista- como porque la proliferación de corridas de muerte -70 plazas- dejan en evidencia el españolismo y el folclorismo que invocan los catalanes de diseño para demonizar la 'fiesta nacional'.

José Tomás ha devuelto a Barcelona la dignidad taurina. Y ha resuelto la emergencia en que se encontraban muchos aficionados frente al antitaurinismo y la doctrina de la asepsia. Tení­an que irse a Francia para asistir a una eucarí­stica corrida de toros. Igual que antes lo hací­an para comprar libros, leer Le Monde y marcarse 'El último tango en Parí­s'.

Era y es la paradoja del nacionalismo identitario. Los toros se han convertido en la contrafigura cañí­ del hermano burro, aunque el sí­ndrome de Platero no ha encontrado eco ni cómplices en las montañas abertzales.

Allí­ han resuelto el 'problema' de una manera cavernosa y previsible. La bravura del toro â€"del uro- y la majeza del torero â€"subversión jerárquica- tienen su origen a la sombra del árbol de Guernica. Una 'evidencia' histórica, cultural y antropológica de la que han intentado apropiarse los señoritos de Jerez y los voceadores del tendido siete en Las Ventas.

No puede izarse la bandera de España en la plaza Azpeitia, pero los colores rojo y gualda empapelan la plaza de Dax. Que es francesa y se deja contaminar porque la 'excepción cultural' no responde a un juguete de Mitterrand ni a un instrumento al antojo del vaivén nacionalista.

Una aficionada de Barcelona me contaba que los cachorros de Ezquerra la habí­an zarandeado y llamado fascista al salir de los toros. No debieron percibir que cojeaba por culpa de una paliza que le dieron los grises.

el enlace, aqui.

y que conste que no soy aficionado.



Las abejas no pierden un segundo de su existencia mostrando a las moscas que la miel es mejor que la mierda.

Recolectando

Cita de: Rí tzia en Marzo 15, 2008, 03:04:12 PM

Que a todo esto, a mí­ que los toros me la traen bastante al pairo (lo suficiente como para no molestarme siquiera en ser "antitaurino"), superopino que, al menos en Catalunya, hay unos cuantos motivos más a parte del antiespañolismo para oponerse a la llamada Fiesta Nacional.

Buenas, Rí tzia, no cojeo, a los catorce tení­a buenas piernas :P  Yo no soy aficionada a los toros, es un mundo que desconozco y si alguna vez he visto alguna televisada me aburre.  Eso sí­, haber estudiado mitologí­a me hace comprender perfectamente su simbolismo.  Y sí­, algo habrá pasado en Barcelona, que no sé qué es, porque uno de los mejores cartelistas de toros fue Ramon Casas, así­ como revolucionó el concepto de las tauromaquias.  A principios del siglo pasado la afición aquí­ era la misma que en el resto de la pení­nsula.


La cursa de braus


A los toros


Don Pésimo

Además, en Valencia, capital in pectore dels Paí¯sos Catalans, hay una aficion dequesecagalaperra.
Me cago en el Sistema Solar

Recolectando

Y en el Norte igual, al menos televisan (o televisaban) las corridas de la Semana Grande.  La dictarura politizó el folklore y seguimos con esa rémora.  Y ahora encima, por si éramos pocos, nos parió la burra de lo polí­ticamente correcto.

Hoy insistimos más que nunca sobre el discurso de la tolerancia, y a veces me pregunto si eso no es debido a que nos hemos cargado la pací­fica convivencia que se habí­a dado.  En estos temas de lo patrio es como si se hubise desnaturalizado todo, Tatuaje, que para nosotros es un ejemplo de frikismo bizarro (Almodvar rodó un corto), se cantaba en todos los rincones.  Una de las aficiones de mi padre en su juventud era cantar, y tanto iba a las  caramelles como a cantar zarzuela (esto último le gustaba más, peseterillo él, porque por hacer de extra le daban trenta peles i el sopar).  Y no se señalaba a nadie.

Me están entrando ganas de volver a verme el documental de Basilio Martí­n Patino.



Greñas

yo lo que querí­a poner de relieve en el hilo es que los franceses, tan franceses ellos, también van a los toros.

¿qué dirá de esto shizuka?
Las abejas no pierden un segundo de su existencia mostrando a las moscas que la miel es mejor que la mierda.