Poemas...reloaded (Pozí­ como te acerques te mato)

Iniciado por Esemismo, Abril 18, 2006, 11:58:03 AM

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Dan

CANTO A LA LIBERTAD 
- José Antonio Labordeta

 
 
Habrá un dí­a
 
 
en que todos
 
 
al levantar la vista,
 
 
veremos una tierra
 
 
que ponga libertad.

Hermano, aquí­ mi mano,
será tuya mi frente,
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la libertad.

Haremos el camino
en un mismo trazado,
uniendo nuestros hombros
para así­ levantar
a aquellos que cayeron
gritando libertad.

 
 
Habrá un dí­a
 
 
en que todos
 
 
al levantar la vista,
 
 
veremos una tierra
 
 
que ponga libertad.

Sonarán las campanas
desde los campanarios,
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan.
   Para un pan que en los siglos
nunca fue repartido
entre todos aquellos
que hicieron lo posible
por empujar la historia
hacia la libertad.

 
 
Habrá un dí­a
 
 
en que todos
 
 
al levantar la vista,
 
 
veremos una tierra
 
 
que ponga libertad.

También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver;
pero habrá que forzarla
para que pueda ser.

Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad,
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la libertad.

 
 
Habrá un dí­a
 
 
en que todos
 
 
al levantar la vista,
 
 
veremos una tierra
 
 
que ponga libertad.


fumanchu

Tirso

Yo, bellí­simos despojos,
 
no os hablo, que estoy en calma,
 
mientras la lengua y el alma
 
se trasladare a los ojos.
 
Si quitáis, pintado, enojos,
 
¿qué haréis, prí­ncipe, presente?
 
Calle el alma lo que siente
 
Porque sienta lo que calla,
 
Que amor que palabras halla
 
tan falso es cuanto elocuente.

Dark Chaves

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegrí­a
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minerí­a,
señores de la labranza,
hombres que entre las raí­ces,
como raí­ces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agoní­a de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Miguel Hernández



perdidiya

 
ALABA LOS OJOS NEGROS DE JULIA

¿Eva era rubia? No. Con negros ojos
vio la manzana del jardí­n: con labios
rojos probó su miel;
con labios rojos
que saben hoy más ciencia que los sabios.

Venus tuvo el azur en sus pupilas,
pero su hijo no. Negros y fieros,
encienden a las tórtolas tranquilas
los dos ojos de Eros.

Los ojos de las reinas fabulosas,
de las reinas magní­ficas y fuertes,
tení­an las pupilas tenebrosas
que daban los amores y las muertes.

Pentesilea, reina de amazonas;

Judith, espada y fuerza de Betulia;

Cleopatra, encantadora de coronas,
la luz tuvieron de tus ojos, Julia.

La negra, que es más luz que la luz blanca
del sol, y las azules de los cielos.
Luz que el más rojo resplandor arranca
al diamante terrible de los celos.

Luz negra, luz divina, luz que alegra
la luz meridional, luz de las niñas,
de las grandes ojeras, ¡oh luz negra
que hace cantar a Pan bajo las viñas!


Rubén Darí­o


Iscuga

 
 
 
 
 
 
 
NíNIVE

No soy feliz, ni lo seré venciendo.
Ya no quiero vencer. Lanzo la flecha,
pero la estéril ansiedad persiste.
Mando romper el nervio de los arcos
y la ansiedad persiste. Ya me hiere
todo rumor y escucho predicciones
sobre eclipses e imperios. El insomnio
me devuelve un pretérito manchado.
La vejez de los dioses es inmensa,
y mil generaciones de los hombres
alcanza lo que alcanza su agoní­a.
Los crí­menes de un dios jamás prescriben,
se arrastran como siglos por los siglos
ensuciando los ojos de lo eterno.
Todo lo que alcancé ya no me sirve.
No quiero ver a la mujer gozada.
No quiero ver el campo victorioso.
No quiero ver las torres ni los templos.
Ni las palabras dichas ya me sirven:
escapan sin sentido de mi boca.
Todo lo que contemplo se empobrece.
Ningún alivio encuentro en los paisajes
que los hombres aprecian. Ha salido
muchas veces el sol, muchas ha muerto.

(Julio Martí­nez Mesanza;
"Europa")

zruspa

Ricogiendo patatas te he visto el culo
Y si no te lo he visto me lo figuro
Arrejúntate moza que tengo huerta
Si te casas conmigo te doy las vacas.






Ictí­neo

#36
COMO UNA FLOR BAJO LA LLUVIA

me corté la uña del dedo
del medio
de la mano derecha
bien corta
y empecé a sobarle el coño
mientras ella estaba sentada en la cama
poniéndose crema en los brazos
la cara
y los pechos
después de bañarse.
entonces encendió un cigarillo.
"tú sigue",
y fumó y continuó poniéndose
crema.
yo continué sobándole el coño.
"¿quieres una manzana?", le pregunté.
"bueno", dijo, "¿tú vas a comer una?"
pero fue a ella a quién comí­...
empezó a girar
después se puso de lado,
se estaba humedeciendo y abriendo
como una flor bajo la lluvia.
después se puso boca abajo
y su hermosí­simo culo
se alzo ante mí­
y metí­ la mano por debajo
hasta el coño otra vez.
estiró un brazo y me cogió
la polla, giró y se volvió,
me monté encima
hundí­a la cara en la mata
de pelo rojo
derramada alrededor de su cabeza
y mi polla tiesa entró
en el milagro.
más tarde bromeamos sobre la crema
y el cigarrillo y la manzana.
después salí­ a la calle y compré pollo
y gambas y patatas fritas y bollitos
y puré y salsa y
ensalada de col, y comimos, ella me dijo
lo bien que lo habí­a pasado y yo le dije
lo bien que lo habí­a pasado y nos comimos
el pollo y las gambas y las
patatas fritas y los bollitos y el
puré y la salsa y
hasta la ensalada de col.

Charles Bukowski.
Traducción de Ceciliana Ceriani y Xaro Santoro.

Esemismo

KAVAFIS

Cuando emprendas tu viaje hacia ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cí­clopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cí­clopes

y el feroz Posidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los dí­as de verano;


que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancí­as:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de ítaca:

llegar allí­, he aquí­ tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;


mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que ítaca te enriquezca:

ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ellas, jamás habrí­as partido;


mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las ítacas.


Ictí­neo

#38
Cita de: Agarkala en Abril 24, 2006, 04:44:38 PM
PD: Mujeres escritoras hay unas cuantas desde Safo, creo.
PD2: ¿ Safo era mujer, verdad, verdad ??

Si, era mujer, y escribí­a este tipo de cosas a sus alumnas cuando ya entrada en años aun era más severa su sáfí­ca actitud:

Libro IV
V. 58

Habiendo huido, aprendí­,
del éxito de tu boca,
los bellos dones de las doncellas,
mi amiga del canto que aguzas la lira.
Cuando ya la vejez toda de mi piel,
cuando la blancura de los cabellos que fueron negros
no me sostienen firmes las rodillas,
quedo frágil igual que los cervatos.
¿Pero que puedo hacer?,
no es posible que suceda mi vuelta.
Aurora de brazos de rosa,
llevado al extremo de la tierra,
no te alcanzó sin embargo la esposa
que te acompañara.
Aun así­, yo amo todo el esplendor,
esto
y la brillante luz del sol
y la belleza
es mi parte en la vida.

Safo.
Entorno al 600 a.C. en algún lugar de la isla de Lesbos.
slurp!.

puesto en el hilo de poesí­a por razones obvias...
...las imágenes lúbricas inducidas (quizir)

Dark Chaves

EL BORRACHO

Generoso en la copa, ruin en todo;
ronca la voz, inyecta la mirada,
párpados gruesos, faz abotagada
y siempre crudo cuando no beodo.

Perdida la razón, goza a su modo,
y nunca estar en su razón le agrada;
que el vino es todo, la razón es nada,
y sólo vive al empinar el codo.

Cuando al inflamarle empieza el aguardiente,
lenguaraz, atrevido y vivaracho,
es intrépido, franco y excelente

amigo;
pero juzgo sin empacho
que no es franco, ni amigo, ni valiente;
porque el borracho, en fin, sólo es... borracho.

Antonio Plaza


Diego de Silva Velázquez

perdidiya

DESNUDA

Desnuda eres tan simple como una de tus manos:
lisa, terrestre, mí­nima, redonda, transparente.
Tienes lí­neas de luna, caminos de manzana.
Desnuda eres delgada como el trigo desnudo.

Desnuda eres azul como la noche en Cuba:
tienes enredaderas y estrellas en el pelo.
Desnuda eres redonda y amarilla
como el verano en una iglesia de oro.

Desnuda eres pequeña como una de tus uñas:
curva, sutil, rosada hasta que nace el dí­a
y te metes en el subterráneo del mundo

como en un largo túnel de trajes y trabajos:
tu claridad se apaga, se viste, se deshoja
y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.

Pablo Neruda



Dark Chaves

Sigo sin pillarle la sonoridad a los versos de Neruda;
no insistan por favor 
:-X

perdidiya

Cita de: Dark Chaves en Abril 26, 2006, 11:27:53 AM
Sigo sin pillarle la sonoridad a los versos de Neruda;
no insistan por favor 
:-X

jo 
:'( :'( :'( :'( :'(

fumanchu

Apelando al sustrato
Una roca y un gato
Mis entresijos
yo sigo buscando un punto fijo
mojando magdalenas
como hací­a mi amigo Marcel en ginebra
Con la G pequeña
un desayuno con fuerza
Una forma 
ideal de evocar el recuerdo
Para empezar algo nuevo
Empezó la revuelta
Le he pedido a juanita
Que me abra la puerta
De su casita pequeña
Cerca de la frontera
Entre lo que se ha ido y lo que nos espera
Con la fe que queda
Cantando guantanamera
Una forma ideal de dejar de pensar
Para seguir dando guerra

Iscuga

Te borraré con una esponja de vinagre,
con un poco de asco.
Te borraré con una lágrima importante
o con un gesto de descaro.

Te borraré leyendo metafí­sica,
con un telefonazo o los saludos
que doy a la ceniza;
con una tos o un cárdeno minuto.

Te borraré con el vino de los locos,
sacándome estos ojos;
con un varón metido aquí­ en mi tumba.

Te borraré con juegos inocentes,
con la vida o la muerte;
¡aunque me vuelva monja o me haga puta!

Carilda Oliver Labra