Yiwu

Iniciado por Aguirre, Agosto 03, 2007, 06:23:32 PM

Tema anterior - Siguiente tema

Aguirre

 Hola, queridos amigos. Me alegra volver a encontraros. Os escrito esta carta para comunicaros que tras el viaje que acabo de realizar soy un hombre nuevo, un nuevo Aguirre. Sé que a priori no me creéis, pero no tardaréis en daros cuenta de ello. Antes de este viaje, mi vida era monótona y aburrida; sin sentido. Mis amistades me habí­an abandonado y hasta mi madre poní­a cara de fastidio al verme. Me faltaba chista y don de gente. Me habí­a vuelto  soso y aburrido, ¡con lo que habí­a sido yo! Nadie querí­a acercarse a mi. A mi lado bostezaban hasta las ovejas. La gente me aborrecí­a como los pajarillos aborrecen los nidos cuando…(  perdón, con el recuperado don de gente también me he vuelto un poco cursi. La felicidad, ya se sabe) Digamos que mis relaciones sociales eran ya inexistente. Cada vez que llegaba a una reunión, la gente marchaba dejándome solo Y una y otra vez me preguntaba: ¿por qué. Y si no os lo creéis,  escuchad:
-   ¿Por qué? ¿Por qué?
¿Veis? No os engaño. Pero un amigo mí­o, el ultimo que me quedaba, ¡oh, bendito él!, hace veinte dí­a, me visitó en mi domicilio y dio con la solución a mi mal. Me dijo
-   Tú lo que necesitas en una IP móvil.
-   ¿Y eso?
-   Con una IP móvil- me dijo mi amigo-  tu personalidad se enriquecerá y adquirirá ricos matices. Es más, podrás adquirir tantas personalidades como desees. Serás imprevisible y la gente se acercará a ti llena de curiosidad y empatí­a.
-   ¡No jodas!
-   Así­ es…
-   ¿Y eso dónde se compra?- le pregunté entusiasmado
-   Pues en una IPerí­a. â€" me contestó
-   ¿Cuál es la más cercana?- le pregunté con ansiedad 
-   Hay muchas, pero a mejor está en esta dirección:  Avenida del Ejercito de Liberación numero 1.002.345. Yiwu. China.
-   Pues allá que voy ahora mismo, - exclamé levantándome de la silla- a ver si puedo estar de vuelta  para la cena
Así­ que sin más dilación me fui al aeropuerto.
-   Tiene usted un billete para China.- le dije a la señorita de la ventanilla- Para Yiwu.
La señorita miró en el ordenador
-   Ah, pues sí­. Me queda uno  a Yiwu en Ganga air. Tenga. Son diez euros.
Cogí­ mi billete y embarqué la maleta. Pasé el control de pasaportes y equipaje de mano y me dirigí­ a la Gate 35. Vuelo GA 666 con destino a Malaga, Guatemala, San Mamede, Afganistán, Isla de los Leprosos, Shanghai y por fin Yiwu. El viaje fue largo pero entretenido. Como muestra diré que el  sobrecargo se enamoró de una pasajera y un sacerdote que vení­a con nosotros los casó. Celebramos una gran fiesta. Luego  todos asistimos al nacimiento de su primer hijo e hicimos otra fiesta para su bautizo, y más tarde cuando celebramos  la  primera comunión del niño. La verdad es que cuando desembarcamos en Shanghai parecí­amos náufragos: el cabello nos llegaba por las corvas. En Shanghai pasamos los controles de identificación y sanitarios, y partimos para nuestro destino final en un avión más pequeño de las lí­neas aéreas chinas. Yiwu se encuentra a sólo media hora de vuelo de Shanghai, pero tardamos dos horas y media, ya que estuvimos dos horas sobrevolando el aeropuerto  debido a que la mujer de la limpieza del aeropuerto acababa de fregar la pista de aterrizaje y no permitió que aterrizásemos hasta que no se secara.
-   ¡Qué oportunito eres, hijo!- le dijo con ironí­a la mujer de la limpieza al piloto de nuestro avión cuando aterrizamos
-   Disculpa, mujer.
-   ¡Pero es que no sabes que siempre friego a la misma hora, hombre! Ah, y pon hojas de periódicos en el suelo  para que pisen los pasajeros, que por aquí­ todaví­a está húmedo.
-   Vala, vale.
El aeropuerto de Yiwu es pequeño,  pero suficiente  para su población, ya que  Yiwu  apenas sobrepasa los seis millones de habitantes. Es tan pequeño el aeropuerto que no tiene cinta automática para la entrega de las maletas de los pasajeros, te las trae personalmente Wong, un empleado.
-   Su maleta.
-   Gracias.
Y le das una propinilla.
En el viaje de regreso conocí­ personalmente a Wong. Tal vez, si queréis, os lo cuento otro dí­a, ahora se me está haciendo tarde.
Fuera ya, cogí­ un taxi.
-   Al mejor hotel que encuentre- le dije al taxista
En China no se circula por la derecha, no señor, ni por la izquierda…En China se circula en zic zac. Debido a lo cual, el gobierno chino, para que los conductores no sobrepasen la velocidad permitida, ha ideado un sistema infalible: ha llenado todas las carreteras de baches de todo tipo y tamaños. Desde los que simplemente te acunan, a los que el conductor se debe bajar y mirar  el fondo del bache que ha de cruzar por  si hay uno varios ciclistas dentro y esperar a que salgan para que no haya una masacre.
Como le solicité, el taxista me llevó al mejor hotel. Era pequeño, modesto y barato. Un hotel del pueblo, cuya clientela estaba compuesta principalmente por los ganaderos de las aldeas vecinas que vení­an a Yiwu a intercambiar su ganado. Lo extraordinario fue comprobar que los ganaderos dormí­an en las  habitaciones del hotel con su vaca, su cordero o su caballo. Aún así­ solicité una habitación. Sólo debí­a pasar una noche, - me dije- era tarde y el sueño por el jet lag me tení­a narcotizado. Pero cuando subí­ a la habitación, cuál no serí­a mi sorpresa al descubrir que ya estaba ocupada por una cucaracha de dimensiones espectaculares. Rápidamente bajé enfurecido a recepción y grité:
-   ¡Hay una cucaracha en mi habitación!
-   ¿En qué habitación está usted?
-   En la diez
-   Ah, sí­,- me dijo recepcionista con toda naturalidad- Es Cuca.
-   ¡Quiero que la saquen ahora mismo de allí­!- vociferé
-   Imposible, vive en esa habitación.
-   ¡Pues quiero que desaparezca!
-   No se sobresalte, es sólo una cucaracha.
-   ¡Mide metro y medio!
-   No le molestará.
-   Si no la sacan de mi habitación inmediatamente yo mismo lo haré a patadas.
-   No se lo aconsejo, sabe kung Fu
-   ¿Una cucaracha que sabe Kung Fu?
-   Sí­ señor. Cinturón negro
-   En ese caso me iré del hotel.
-   Como usted quiera, pero no le resultará fácil encontrar una habitación a estas horas, mañana se inicia la feria regional del ganado y está todo ocupado. Además, este es el mejor hotel de Yiwu.
Tras estas palabras, intimidado, bajé el tono de voz.
-   ¿Y dice usted que Cuca es inofensiva?
-   Del todo. No tiene por qué preocuparse.
-   Está bien- acabé diciendo.
Solo era una noche, me decí­a a mi mismo mientras subí­a en el montacargas con un individuo subido en su caballo.
Cuando llegué a la habitación, oh, sorpresa, Cuca estaba encima de la cama, boca arriba y en negligé, fumando  y señalando provocativamente el lado de la cama vací­o.
-  ¡Eso ni se te ocurra!-  la dije
Gracias al jet lag dormí­ de un tirón. A la mañana siguiente, al despertarme, encontré que Cuca fumaba satisfecha a mi lado  un pitillo. No quiero saber lo que ha ocurrido esta noche- la dije temiendo que fuera el tí­pico cigarrillo…ya sabéis - ¿De acuerdo? Me duché, desayuné, y salí­ pitando para la IPerí­a. Cuando llegué, sin más preámbulos, dije al IPero:
-   Quisiera una IP móvil.
-   ¿Cómo la quiere su IP?- dijo el chino
-   Hermosa. Grande. Así­ más o menos, rojiza, que sea espabilada, con don de gente.- dije sin tener mucha idea de lo que solicitaba
-   Tenemos ésta- dijo el chino mostrándome orgulloso una IP de considerables dimensiones-  China, última generación. Copia exacta de la última tecnologí­a japonesa. Aerodinámica. Muy estable. Nunca falla. En su interior lleva un mecanismo de autorregeneración que va muy bien para autorregenerarse. Un lujo. Y además habla tres idiomas exóticos. ¿Qué le parece?
-   No está mal- dije haciéndome el entendido- ¿Cuánto vale?
-   Doscientos mil yuanes.
-   Carilla, ¿no le parece?- dije. Al cambio eran veinte mil  euros
-   Sí­, en eso hemos superado a los japoneses. En Japón vale sólo veinte yuanes.¡ Están que trina los japoneses!
-   No me extraña- le dije al chino, y añadí­:- ¿Y es móvil?
-   ¿Que si es móvil…?- dijo el chino asombrado por la pregunta- Que si es móvil, dice… Esta IP anda, salta, hace cabriolas, piruetas y volteretas, aunque si le soy honesto, las volteretas no le salen muy bien. Figúrese si será móvil, que con ella le damos tres kilos de diazepán, dos de fentanil y cuatro de pastillas valerianas intravenosas.
-   Caray- le dije admirado- Pero…, la verdad, me parece un poco cara. ¿No tendrí­a otra más baratita?
-   Por supuesto. Tenemos ésta de aquí­, pero que para moverse…, necesita su tiempo- dijo el chino mostrándome ahora una IP de menor tamaño. En su base tení­a dos apéndices forrados de un bello sedoso. Un poco hortera, se dirí­a, pero confieso que a mi me gustó por tener el gusto…retro
-   ¿Y hace cabriolas?
-   No…,
-   ¿Y piruetas?
-   No, no no, hace un movimiento leve, como si se desperezase. Aún así­, con esta IP nadie le reconocerá.
-   ¿Habla algún idioma exótico?
-   No. Ninguno.
-   Al menos aullará, ¿no? O piará, o…ululará…
-   No, no ulula. Éste modelo no
-   ¿Ni siquiera ulula? ¿Nada, no hace nada?
-   Bueno, algo sí­ hace…-
-   ¿Qué?
-   Escupe
-   ¿Cómo ha dicho?
-   Que escupe- repitió el hombre - Es tecnologí­a  afgana.
-   ¿Ni siquiera ulula, pero escupe?
-   Así­ es. Le advierto sin embargo, que ver escupir a esta IP móvil es todo un acontecimiento. Le gustará, créame
Dudé en llevármela,  lo de escupir me pareció asqueroso, así­ que, sólo por condescendencia, pregunté su precio.
-   ¿Cuánto vale?
-   Doscientos yuanes- dijo el chino
-   ¿ En euros?
-   Pues…,- dijo el hombre de Yiwu  pensativo traduciendo la moneda- pues…teniendo en cuenta que el euro es más caro  que el yuan, entonces… le sale por veinte yuanes. â€" acabó de decir el chino ante mi sorpresa. 
-   Me la quedo- le dije instantáneamente. Me pareció tan barata que no podí­a pasar una ocasión semejante. Además, cuanto más la miraba, más me gustaba su lí­nea, tamaño y diseño retro. Así­ que, saqué de mi bolsillo dos euros y le pagué. Luego el chino me envolvió mi flamante IP móvil y me marché hacia el aeropuerto.
Allí­ conocí­ a Wong, y en el viaje de vuelta sucedió un acontecimiento que nos llenó de pánico a toda la tripulación, pero esto, como he dicho, puede que lo cuente otro dí­a.
Con mi IP nueva ya en casa, pronto me he dado cuenta de sus ventajas. Esta misma tarde después de lavarla, darle de comer y acabar de instalarla, la he sacado a pasear al parque de mi barrio. Orgulloso como quien posee un don, la he exhibido ante todos los que allí­ se encontraban, luego, me he sentado a descansar en un banco con ella en el regazo. No exagero al decir que casi todas las personas que se hallaban en el parque, poco o mucho, han admirado mi nueva IP móvil. No llevaba diez minutos sentado, cuando una belleza de mujer que paseaba por el recinto, se fijó  en mi IP, y acercándose, me dijo sonriendo:
     -    Qué  bonita IP tiene usted.
-   Es móvil- la contesté alegremente
-   ¿Ah, sí­? ¿La puedo acariciar?- me replicó con ese punto de coqueterí­a que a veces usan las mujeres
-   Por supuesto.
Y La mujer empezó a acariciarla suavemente.
-   Qué pelo más suave tiene- añadió
-   Es que es afgana - la dije complacido
-   Y qué ojos más saltones…
A medida que la mujer acariciaba, no pude evitar que en mi rostro se dibujara una sonrisa de satisfacción.
-   ¡Uy!- exclamó de pronto la mujer- Está levantando la cabecita.
-   Ya se lo he dicho, es móvil.
-   ¿Puedo besarla? Es tan mona…
-   ¡Ya lo creo!- exclamé
La mujer dobló entonces su talle y comenzó a besarla.
-   Parece que le gusta.- hice notar
-   Pues sí­, me gusta- dijo la mujer
-   Me referí­a a mi IP. Noto que está estirando su cuellecito.
-   ¡Ah…!- exclamó la mujer ruborizada
La mujer siguió acariciando y besando a mi IP en silencio. En verdad la gustaba. Para estar más cómoda, ahora se habí­a arrodillado en el suelo y entre mis piernas
-   ¿Y sabe hacer algo?- dijo mirándome con los ojos brillantes
-   Pues… sí­- dije en un susurro- Escupe
-   ¡Anda, qué gracia!- exclamó sorprendida- Quiero verlo
Y la mujer siguió alternando  besos y caricias a mi IP, hasta que ésta, agradecida,  escupió; tan alto y tan lejos, que la mujer quedó impresionada. Era la primera vez que yo veí­a a mi flamante IP escupir. No pude sino exclamar algo, que  para asombro, fue un gemido de placer. La mujer, me preguntó entonces si solí­a pasear a mi IP todos los dí­as por allí­, y casi tan contenta como yo, se despidió de mi al decirle que así­ era.
     -    Mañana me traeré a mi perrito. Le encantará- me dijo alejándose

Así­ que ya sabéis amigos, si alguno de vosotros tiene problemas con su don de gente: Avenida del Ejercito de Liberación. Yiwu, China.

Fernández

Otro dí­a perfecto.

Aguirre

¿Quieres que aparezca Isleña, Fernandez?

Aguirre

Si lo deseas puedo intentar conectar mi IP móvil con la IP de Isleña

Isleña

Anda!!!, hola Aguirre, hola Fernández, hola a todos y todas (mira que somos pocos, eh?)

Yo también he venido siendo mas buenecita Aguirre. Te he leí­do y no me lo podí­a creer. Te he leí­do dos veces!

Así­ que de verdad eres tú el de la Ip móvil? Joder, las casualidades de la vida!!. Esa mujer es una amiga mí­a, que al parecer coincidió contigo en el parque. Rápidamente me llamó y mientras me lo contaba, yo me decí­a a mi misma: "esta está confundiendo IP con P.l..". Oh, que mal pensada soy, ahora mismo la llamo yo y le pido disculpas por mis pecaminosos pensamientos.

Por favor, por favor termina de contar que nos tienes en ascuas. Quiero saberlo todo, todo!

Fernández, ya estoy aquí­, aunque creí­ que quien me echarí­a de menos serí­a Nicotin.

Aguirre

No, no, por favor, no la llames, que siga confundiendo lo que confundió, Mi IP móvil, con mi P.I .  Acariciaba y besaba tan bien…No la saques de su emgaño.

Pd: Qué quieres que te cuente. ¿Lo de Wong? O lo del viaje de vuelta?

Además, espero que mañana me traiga su perrito. Estoy deseoso de conocerlo


Isleña

Quiero que me cuentes, primero lo de Wong y luego lo del viaje de vuelta. A ver, es que no me entendiste?

Quiero que me lo cuentes, todo, todo!

Huy su perrito, te encantará, aunque te aconsejo que no le dejes acercarse mucho a tu Ip, le encanta triturarlas lentamente con su pequeña mandí­bula.

Aguirre

Te prometo que te lo contaré todo, todo. Me encantan las mujeres con perrito Por cierto. ¿tú tienes perrito? Si lo tienes, ¿ de qué raza es?  Y si no lo tienes,¿ de qué raza es? ¿ Es cariñoso y hospitalario tu no perrito? ¿Cómo es tu IP?

Isleña

Ansiosa esperaré el relato de tus vivencias. Ese Wong debe ser un tipo interesante, por que lo nombras un par de veces. Seguramente te dejó huella.

Yo ahora tengo perritos, de todos los colores y razas y todos de peluche y son muy, muy cariñosos.

Huy, mi ip, mi ip es un poco salvaje y escurridiza. No se yo si harí­a buenas migas con la tuya. Por que la tuya escupe y la mia es salvaje, pero muy, muy educadita.

Aguirre



Escurridiza, salvaje, educada… Mmmmmmm…tu IP promete

Sobre Wong te contaré alguna anécdota. Lo terrible sucedió en el viaje de vuelta. Hubo un muerto y hasta pánico en la tripulación. Al final todo acaba bien, el muerto resucita y todos quedamos fortalecidos por la experiencia. Lo normal de la vida real.

Isleña

Sí­, sí­, mi Ip promete, aunque yo no me fiarí­a de ella. Es de esas que prometen hasta .... y después olvida lo prometido, te lo aseguro.

Pánico por que muere alguien y luego resucita?, Bah, para mí­ que eran todos unos flojos, no?

Bueno, esperare a que me lo cuentes, mas ya te advierto que ahora espero sin  ansias. No sé eso del pánico general, como que aburre un poco.