Hilo para restarurar viejos textos, propios o extraños.

Iniciado por Lapi_0, Julio 04, 2007, 03:13:29 PM

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Kamarasa GregorioSamsa

Fí­jate que recuerdo más la vara que le dio Garrulo (según él, Gárrulo) con motivo del cacareado texto.

Eso sí­, aquellas peleas de corral eran ciertamente divertidas. Luego, con la llegada masiva de los egóicos la cosa cambió.  

belzebu

Según él, la Real Academia y la Etimologí­a.

Es un error muy común. Yo también lo padecí­ durante años hasta que me animé a comprobarlo.

Kamarasa GregorioSamsa

Cita de: bocanegra en Julio 11, 2007, 10:34:13 AM
Según él, la Real Academia y la Etimologí­a.

Es un error muy común. Yo también lo padecí­ durante años hasta que me animé a comprobarlo.

No, verás, te lo explico porque tu no estabas allí­. En ya.com los nicks no pueden llevar tilde, de modo que lo único que puedes leer es garrulo. Lo que pasa es que el chaval, para evitar confusiones, o para jugar con ello, decí­a que él era gárrulo y no garrulo. Aunque las más de las veces interpretaba éste papel y no aquél.

Barbie

Cita de: bocanegra en Julio 11, 2007, 10:34:13 AM
Según él, la Real Academia y la Etimologí­a.

Es un error muy común. Yo también lo padecí­ durante años hasta que me animé a comprobarlo.

Creo recordar que existen las dos, con significados distintos, y que la llana es la que se utiliza más habitualmente con el significado que todos conocemos. No hay tal error común, por tanto.

Lapi_0

Mi adicción de las tardes: sus pezones

Sus pezones erectos y sensibles, morenos y suaves, reclamaban mis caricias. Eran suyos y mí­os cuando yo los buscaba y los encontraban mis dedos.

-¿Sabes que hoy tienes las axilas turbadoras, cadencia tibia de mujer hecha, y la mirada, la mirada exigente?

-Ay, amor, es que he entreabierto mi cuerpo para que tú le busques el destino en el tuyo.

Me atreví­ a la pregunta: dime de una vez si te enamoran mis razones o la ausencia de ellas, si como otras veces dejarás que me marche o cuando esté en la puerta me llamarás de nuevo y me dirás, no te vayas, voy a seguir escuchándote.

-Eres perfecta, eres el éxtasis, le dije. Mis palabras las notaron sus pezones. Cada vez que le hablaba de amores era como si se ajustaran mejor a mis dedos.

Me fijé un momento con detalle para observar su origen: provení­an de unos pechos densos, duros, relucientes.

-Acarí­ciamelos de nuevo, me pidió, insistentemente, hasta que te los lleves puestos entre los dedos.

Le he cogido adicción, no sé si a verla cada tarde o propiamente a sus pezones.




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14/05/2002