Help mascotas

[Carlo]

Por cierto, Carlo, qué tal si adoptaras.......

(Don Pésimo, no se lo toma a mal)

Pues que acabarí­a sin ancas (muy ricas)

De un momento a otro, me aconsejáis que adopte grillos, que por la noche dan mucha alegrí­a a la casa.

[Ariete]

[El Miserable]

Son unas letras preciosas, Ariete, de lo más adoptables.

E.M.

[Ariete]

[El Miserable]

Preciosas, ya te digo, con esas oes peluditas, esas kas que te miran como diciendo "¡abrázame, abrázame!", esas eses tal que promesas de infinitos arrumacos...

E.M.

[Scardanelli]

No olvides que el conejo se saca de la chistera, pero que del conejo, real o metafórico, no se saca ningún chiste:

[Imparable]

¿Carlo, porqué no compras un senegalés? Son más duros a la hora de apalearlos (cuando cagan fuera de su caja por ejemplo) que una rata gigante, comen poco, y hasta se puede mandarles a hacer recados y con un poco de trabajo conseguir que aprendan a usar las llaves.

[Carlo]

Imparable, porque ya dije que nada de bichos que crezcan más que yo.

(Además de que sólo apaleo pulpos)

[lukera]

Carlo, ¿y una tortuga? Personalmente me parecen aburridí­simas, pero para un niño pequeño pueden estar bien. Son duras y necesitan unos cuidados mí­nimos. Eso sí­, no sueñes con poder adiestrarla para que te traiga el periódico o el cupón de la ONCE.

[Carlo]

Carlo, ¿y una tortuga? Personalmente me parecen aburridí­simas, pero para un niño pequeño pueden estar bien. Son duras y necesitan unos cuidados mí­nimos. Eso sí­, no sueñes con poder adiestrarla para que te traiga el periódico o el cupón de la ONCE.

Justo por eso 

[Andresito]

Yo tuve una tortuga griega de niño, y era tan sosa que cuando finalmente murió tardé horas en darme cuenta.

[El Miserable]

Me he reí­do.

E.M.

[Oddball]

Tortugas y niños recien levantados saltando desde literas tienden a ser incompatibles con la vida.

[Ariete]

yo de niño le poní­a una pequeña manta en invierno a las tortuguitas que tení­a, ignorando que eran de sangre frí­a y eso de las mantas de poco serví­a. Luego, claro, se morí­an sin parar.