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Hilo perspicaz

Iniciado por Kamarasa GregorioSamsa, Marzo 20, 2007, 11:13:58 AM

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Kamarasa GregorioSamsa

Cita de: Cocó en Marzo 20, 2007, 04:00:40 PM

Oh, la importancia global de nuestra individualidad...

Entiendo que nula, la vida sigue y nosotros somos sus meros transmisores (unos más que otros)

Claro que... para nosotros mismos, no es que seamos lo más importante, es que somos casi lo único

¿Van por ahí­ los tiros?

No es nula, ya que cada pequeño elemento de un sistema tiene su grado de importancia. Sin él el sistema serí­a ligeramente distinto, aunque fuera de manera inapreciable para un observador externo. Pero es un tipo de importancia como integrante de algo, no la importancia que nos damos de manera individual, eso que comentas de "para nosotros mismos". Es la reducción con la que nos sentimos cómodos y la que nos hace pensar que puede extrapolarse más allá de ella. Y ese es el error fundamental, no el hecho mismo de darle importancia a nuestra existencia como "sistema" dentro de la escala adecuada. Nos creemos importantes a cualquier escala, y los resultados de esa convicción se ven tanto en nuestra forma de pensar como de actuar, siendo incapaces de salir de esa rueda de autoengaño.

Cocó


Corrige mi nulidad por tendiente a nulo.

Cuenod decí­a unos más que otros, me referí­a a casos como el de comparar la importancias en el sistema de la vida de un hermitaño con la de alguien como Mozart o Hitler, cuyas acciones tienen consecuencias muy duraderas.

Una forma muy sencilla de comporbar nuestra poca importancia es faltar al trabajo unos dí­as. Aunque los haya que piensen que sin ellos se cae el mundo, cuando vuelven ven que todo sigue su curso.


La vida sigue.


Kamarasa GregorioSamsa

Cita de: Cocó en Marzo 21, 2007, 09:16:10 AM

Corrige mi nulidad por tendiente a nulo.

Cuenod decí­a unos más que otros, me referí­a a casos como el de comparar la importancias en el sistema de la vida de un hermitaño con la de alguien como Mozart o Hitler, cuyas acciones tienen consecuencias muy duraderas.

Una forma muy sencilla de comporbar nuestra poca importancia es faltar al trabajo unos dí­as. Aunque los haya que piensen que sin ellos se cae el mundo, cuando vuelven ven que todo sigue su curso.


La vida sigue.



Como te digo, todo es cuestión de escala. Si se amplí­a lo suficiente, apenas somos la última gota de la última ola del inmenso océano cósmico (Gould dixit), y entonces no somos apenas nada, aunque como contrapartida desarrollamos una conciencia de importancia por creernos capaces de entender las grandes escalas de fenómenos. En cuanto la reducimos, las relevancias se van presentando con más claridad, hasta llegar a la escala del observador, es decir, nosotros. Si seguimos bajando la escala nuestra sensación de importancia crece exponencialmente.

Digamos que el hombre estarí­a situado en una escalera (cada peldaño es una escala) que baja en ambas direcciones. Y esa es fundamentalmente la ilusión que nos creemos a pies juntillas, seamos conscientes o no de ello, actuando en coherencia a esa información.