Detectan huellas de otras siete dimensiones en el Universo

Iniciado por yonodio, Febrero 13, 2007, 01:59:50 PM

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Los fisicos del lugar, opinad un pelin


Fí­sicos norteamericanos han detectado huellas de dimensiones adicionales en el Universo, analizando los datos de los primeros momentos de la formación del Universo obtenidos mediante satélites. Utilizando geometrí­as matemáticas simples, han podido reconstruir un mapa de energí­a alternativo de aquellos momentos primigenios en el que se aprecian indicios de al menos otras siete dimensiones. Aunque los datos obtenidos no pueden considerarse concluyentes, de confirmarse demostrarí­an la validez de la Teorí­a de las Supercuerdas. Por Yaiza Martí­nez.

Construcción informática de posibles dimensiones adicionales. UWM.
Un equipo de fí­sicos norteamericanos ha detectado nuevos indicios de la existencia de dimensiones alternativas en el Universo, a partir del desciframiento de la influencia que dichas dimensiones tuvieron sobre la energí­a cósmica liberada por la violenta explosión que originó el Universo (Big Bang), y que virtualmente ha quedado intacta durante 13 mil millones de años.

Estas huellas dimensionales obtenidas de los primeros momentos de la historia del Universo han sido captadas por satélites como la WMAP de la NASA, y han permitido a estos fí­sicos desarrollar, a partir de geometrí­as matemáticas simples denominadas “warped throats”, un mapa de energí­a alternativo en el que las dimensiones extra (según ellos siete en total) se hacen algo visibles.

De esta forma, las dimensiones extra sobre las que ha teorizado la Teorí­a de las Supercuerdas podrí­an ser observadas gracias a un metafórico viaje en el tiempo: concretamente al instante posterior al Big Bang.

La fórmula que permite desentrañar las dimensiones alternativas ocultas en el Universo consiste, según informa la universidad Wisconsin-Madison en un comunicado, en descifrar la influencia de estas dimensiones en la energí­a cósmica liberada por la violenta explosión que dio vida al universo hace 13 mil millones de años.

El método, del que también se ha hecho eco la revista Physical Review Letters, proporciona evidencias de que se pueden utilizar los datos experimentales de ese momento primigenio del Universo para discernir la naturaleza de estas elusivas dimensiones, cuya existencia es una clave aún no probada de la veracidad de la teorí­a de las supercuerdas.

Importancia de la Teorí­a de las Supercuerdas

La importancia de la Teorí­a de las Supercuerdas radica en que se espera que explique a la vez todas las partí­culas subatómicas existentes y que unifique las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza (gravedad, interacción electromagnética, interacción nuclear fuerte e interacción nuclear débil).

Esta teorí­a propone que todo en el Universo está formado por diminutas y vibrantes cuerdas de energí­a â€"desde las galaxias hasta las partí­culas subatómicas-, y propone, además, una noción extraña para nuestra mente, acostumbrada a la percepción de tres dimensiones, más la cuarta o tiempo: en el Universo podrí­an existir seis dimensiones espaciales más, ocultas y curvadas, de diminutas formas geométricas.

Por tanto, el Universo tendrí­a en realidad 10 dimensiones, de las que se desconocen las formas que toman, a pesar de que los cientí­ficos han aplicado ya imágenes informatizadas para visualizar su posible geometrí­a. ¿Cómo podrí­an medirse estas dimensiones que, según los fí­sicos, podrí­an adoptar decenas de miles de posibles formas, cada una de ellas correspondiente a un universo con su propio conjunto de leyes fí­sicas?

Dimensiones extra demasiado pequeñas

Según señaló en dicho comunicado el fí­sico Gary Shiu, que ha liderado el estudio, el problema de estas otras dimensiones es que son demasiado pequeñas para ser medidas a través de las actuales métodos de observación con las que cuentan los cientí­ficos.

Pero Shiu y el estudiante Bret Underwood han desarrollado la forma de medirlas, basada en la idea de que estas seis diminutas dimensiones extra debieron influir con la máxima potencia en el Universo, en el momento en que éste aún era un punto diminuto de materia y energí­a altamente compactas, es decir, justo después del Big Bang.

Mapa alternativo

En eso consiste su metafórico “viaje en el tiempo” hacia el pasado: utilizar el mapa de la energí­a cósmica liberada por el Big Bang, y que ha sido eleborado con la información captada por satélites como la WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) de la NASA. Esta energí­a cósmica ha permanecido de manera virtual intacta durante los últimos 13 mil millones de años, lo que permite conocer su estado en el inicio.

En la práctica es como conocer la forma de un objeto a partir de su sombra, es decir, que el patrón de la energí­a cósmica del Universo indica la forma original que debieron tener entonces esas otras seis dimensiones presentes, aunque casi invisibles.

Para leer los signos de su presencia en ese instante de creación del Universo y establecer su geometrí­a, los fí­sicos utilizaron dos tipos de geometrí­as matemáticas simples denominadas “warped throats”, con las que calcularon el mapa de energí­a que deberí­a apreciarse en un universo descrito por cada forma. Cuando compararon los dos mapas, hallaron pequeñas pero significativas diferencias entre ambos.

Huellas captadas

Lo esencial es que habí­a algunos patrones especí­ficos de energí­a cósmica que podrí­an dar pistas sobre la geometrí­a de esa forma de seis dimensiones, lo que supone un dato observable para demostrar la propuesta de la Teorí­a de las Supercuerdas.

Estos datos aún no son lo suficientemente precisos como para verificar dicha teorí­a totalmente, pero se espera que próximos análisis realizados por proyectos, como el del satélite Planck de la Agencia Espacial Europea, detecten otras variaciones mí­nimas que hagan referencia a esas diversas geometrí­as, afirma Shiu.

Si se confirman estas primeras observaciones, se obtendrí­a la prueba de que existen las pretendidas dimensiones ocultas, y que pueden descifrarse a partir del patrón de la energí­a cósmica inicial. Según señalaron los autores en la revista Physical Review Letters, este análisis ha demostrado por tanto que la geometrí­a de dichas dimensiones pudo dejar una huella en las microondas cósmicas de fondo, huella que podrí­a captarse.

Esfuerzos anteriores

Este importante avance en el descubrimiento de la impronta de las dimensiones extra del Universo se suma a otros descubrimientos anteriores ya publicados en nuestra revista. Por un lado, cientí­ficos norteamericanos detectaron en 2005 indicios de la existencia de otras dimensiones gracias a los datos proporcionados por el telescopio AMANDA, enterrado en el Polo Sur.

Con este telescopio pudieron observarse una decena de colisiones de neutrinos de alta energí­a (10.000 veces más elevada que las de los neutrinos que emite el sol) con otras partí­culas elementales. Estos neutrinos podrí­an considerarse como una prueba empí­rica de la existencia de otras dimensiones, aunque esta interpretación no ha sido totalmente aceptada por la comunidad cientí­fica.

Formación no aleatoria de dimensiones

Por otro lado, también en 2005, publicamos otro artí­culo sobre la creación de un modelo matemático que ha recreado las condiciones iniciales de la formación del universo. En ese modelo se establecí­a que la formación de dimensiones no es aleatoria, sino que se basa en patrones que combinan entre tres y siete posibilidades.

Ese modelo teórico apuntaba a que el universo tiene tres dimensiones espaciales visibles y seis ocultas, y fue elaborado por Andreas Karch de la universidad de Washington y Lisa Randall, de la universidad de Harvard.

Todos estos esfuerzos por detectar las posibles dimensiones extras pretenden la comprensión del Universo como realidad de más de cuatro dimensiones, tal como predice la Teorí­a de las Supercuerdas.