Gustavo Bueno en relación con el «saber cientí­fico» y con el «saber religioso»

Iniciado por Kamarasa GregorioSamsa, Febrero 08, 2008, 12:13:46 PM

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ENNAS

Tengo una mala noticia,



En el Principio fue la Carne
Y la Carne inventó el Verbo
Y el Verbo imaginó mundos imposibles y personajes de leyenda.
Mas el Verbo no podí­a comprender el mundo sin la Carne
Y el Verbo sólo era y es uno de tantos vehí­culos de comunicación que la Carne emplea...
Pero no el único, como puede comprobarse en cualquier discoteca.

Así­, caro mí­o, me pasas en un pispas de "factor extrí­nseco" a "agente intencional", sin solución de continuidad y sin explicar el trillón de estados intermedios que deberí­a haber entre los dos conceptos. ¿Seguro que no atribuyes intenciones donde no las hay?

Quiero creer que en realidad rechazas la presencia de ningún supuesto "agente intencional" por ser una muestra de la por tí­ deplorada religioserí­a.

Pero luego te veo incurrir en la groserí­a de equiparar "azar" y "dios" y mira, no. Cuando explicamos la teorí­a de la evolución se insiste mucho en los factores externos: orografí­a, climatologí­a, presión ambiental del ecosistema, competencia interna del grupo...
Son tantos los factores y sabemos tan poco de éllos a ciencia cierta, que prudentemente nos decimos "esto es pausible que sucediera aproximádamente así­, pero no conocemos ni podemos conocer todos los factores que intervinieron, por lo que preferimos presentarlo como hipótesis razonable y razonada, en vez de haceros creer (falsamente) que es Ley". Por comodidad, por vagancia, se emplea "azar" -mal hecho- como metáfora-resumen. No como entidad omniscente. Obviamente, no puedes tomarte la palabra "azar" literalmente.

Pues no hay ningún agente intencional detrás, al creyente meapilas de poco le sirve coger el editor de textos y sustituir la palabra azar por la palabra dios en los tratados de biologí­a. Aún así­ la resultante le indica que la ciencia no necesita de entidades ficticias para explicar el mundo.

Me da que no te interesa hablar de cómo funciona un cerebro humano y que sólo pretendes tratar términos filosóficos intelectualmente, sin entroncarles con la realidad palpable.


Kamarasa GregorioSamsa

Exacto, para explicar el mundo, obviando el yo. Extraí­do y separado es posible explicar el resto, poquito a poco, cada vez mejor.

"Observador-observa-observado" ---> "yo-observo-el mundo".

Puedo explicar la observación (función, reacción de), y puedo explicar el mundo (estructuras, formas), pero siempre a costa de extraer el "yo". Ese es el limite que no se puede sobrepasar. Puedes objetivar o cosificar el "yo", convirtiéndolo en una suerte de "objeto" observable. Pero ese no es el yo, naturalmente, es su fijación.

Me interesa sobremanera cómo funciona y qué estructura presenta el cerebro, pero también me interesa su aspecto subjetivo, la mente. Y ésta, siento decepcionarte, no es meramente "la acción cerebral" ni "las estructuras cerebrales". Por más que intentemos reducirla a eso no va a dar buenos resultados.

Dime en qué momento igualo "azar" a "Dios". A ver si voy a tener que empezar a indagar otra vez en algún aspecto que se te escapa lastimosamente. Que aquí­ sois muy dados a encontrar igualdades que no están siquiera esbozadas. En todo caso lo que he dicho es que se sustituye el ser supremo por la selección natural como agente intencional en el lenguaje común, aunque luego se recule en cuanto se le advierte.

Lo que sí­ he dicho, que tal vez te haga confundirte, es que es una de las mayores estupideces humanas que jamás he tenido la desgracia de escuchar afirmar, sin que se te caigan los pelos del colgajo que: "Todo es mecánico, fortuito, azaroso, y se produce por la evolución ciega", sobre todo teniendo en cuenta el origen de esa idea, claro. Que el mecanicismo nace de plantearse un "mecanismo" y un agente creador de ese "mecanismo", el Gran Relojero. ue no existe ningún mecanismo que FUNCIONE sin ningún agente intencional. Que un ordenador no funciona sin la intervención del humano. Y que gracias a esta bobada algunos aprovechan para meter ahí­ el ingrediente que falta: el agente intencional. Que es un error de los mecanicistas y que es un error de los que introducen ese agente intencional (i.e. los creacionistas). Que ambas son dos caras de la misma estulticia.

Kamarasa GregorioSamsa

Derivado de esta visión tuerta, se puede admitir sin discusión soplapolleces como "el cerebro nos engaña".

¿Qué quiere decir exactamente que "nos" engaña? ¿Quién o qué es el "nos" que es engañado por el cerebro? Pero, ¿no habí­amos quedado que el "yo" es el "cerebro en acción"? ¿Eso quiere decir que "el cerebro en acción" engaña al "cerebro en acción" o cómo va eso? Si se engaña a sí­ mismo, ¿cómo sabe que se está engañando? Y, lo mejor de todo, ¿cómo una estructura "sin intención" puede "engañar" o, mejor, aún "saber que es engañada"? ¿Quién atribuye a esa acción cerebral intenciones? Qué cosas más difí­ciles de entender, oye.

Kamarasa GregorioSamsa

Otra de similar corte podemos encontrarla en la manera en que trata de explicarse cómo emerge la "acción intencional", la consciencia. Y claro, se pretende explicar desde la única herramienta que se dispone, la acción extensional. Porque claro, como da la inquietante casualidad que la acción intencional intrí­nseca (nosotros mismos) no puede negarse, queremos buscar una explicación a algo que simplemente tenemos que presuponer por experiencia...

Se nos hace la picha un lí­o constantemente, generando actores intencinonales externos y matándolos si no nos valen para explicar TODA LA REALIDAD (no sólo el mundo, sino a nosotros mismos, ¿o nosotros no somos parte de la realidad?).

En fin, son tantas rendijas que resulta ridí­culo afirmar que no quiero conocer la realidad. Es lo único que intento, pero debo estar solo en esto, porque los demás queréis conocer el mundo. No más...

Kamarasa GregorioSamsa

El fundamentalista objetivo afirma sin pudor que el aspecto subjetivo (yo) es una "ilusión".

Curiosamente, realiza la misma afirmación que el fundamentalista subjetivo, que dice que la ilusión es el aspecto objetivo (el mundo).

Los que queremos integrar ambos aspectos somos siempre sospechosos, tanto para los fundamentalistas objetivos como para los subjetivos. Es así­, somos negros para los blancos y blancos para los negros. Parias :)

ENNAS

En lo que pienso en lo que me has dicho y como hay pocas ganas de trabajar, entretengamos a la concurrencia con dos series de ví­deos sobre el cerebro humano.

Un documental de la BBC en cinco partes:







Y unos cuantos extractos del el programa de RTVE2 "Redes":

26/10/2004: ¿Por qué nos engaña el cerebro?




8/12/2004: Cosas que nunca debimos aprender.





29/11/2005: Nueva percepción del cerebro.




javi

99% de acuerdo con lo que dice este señor; en cuanto termine de leer el artí­culo, seguro que es el 100%

"No se pueden enseñar en el mismo colegio ciencia y religión"

El quí­mico José Marí­a Mato reflexiona sobre la emoción de descubrir y la necesidad de una buena educación pública


Suena suave música clásica de fondo en el despacho del director general del CIC bioGUNE, el quí­mico José Marí­a Mato, mientras habla de emoción y ciencia en esta entrevista, realizada pocos dí­as después de que el bosón de Higgs saltara a la fama.

-Peter Higgs lloró cuando el CERN anunció que posiblemente ha encontrado el bosón que lleva su nombre.

-Es comprensible. La emoción que produce la ciencia cuando un experimento sale bien es tremenda. Y, cuando el resultado es algo que propusiste hace 40 años y supone un punto de inflexión en la historia de la ciencia, tiene que ser extraordinario.

-¿Usted se emocionó?

-Sí­, sí­. Hay pocas veces que una noticia cientí­fica ocupe las portadas de todos los principales periódicos. ¿Por qué todos coincidieron con el bosón de Higgs? Porque saben que, aunque la mayorí­a no entendemos el experimento, es muy importante.

-Un paso clave en nuestra exploración del Universo.

-Ese es el atractivo de la ciencia. De pequeños, todos los animales buscamos lo desconocido. Explorar es fundamental para aprender a manejarnos en el mundo. Es algo que está en el programa genético de cualquier organismo, porque le va la vida en ello. Todo organismo debe explorar el entorno para ver lo que es comestible, lo que es un veneno, la especie amiga, la que no lo es... Los descubrimientos que hacemos de pequeños nos dejan huellas, que todos recordamos, de cosas que hemos tocado, oí­do o visto por primera vez.

-¿Es la emoción de estar descubriendo el mundo?

-Sí­. Y con los datos de esas observaciones hacemos una teorí­a del mundo que no es correcta, pero nos sirve para interpretarlo. Luego, nos empiezan a dar conocimientos y podemos interpretar el mundo con más rigor, pero perdemos espontaneidad. Hay un punto máximo: cuando todaví­a mantienes la pasión por lo desconocido y la espontaneidad y, además, tienes el suficiente conocimiento como para elaborar nuevas teorí­as. Así­ se hace la ciencia.

Grandes hallazgos


-¿Se debe a eso que las ideas revolucionarias suelan, en ciertas disciplinas, ser obra de mentes jóvenes?

-Parece ser que los genios matemáticos pueden aprender en muy poco tiempo todas las matemáticas necesarias para desarrollar nuevas teorí­as y hacerlo cuando todaví­a ven el mundo con espontaneidad. Los matemáticos, los fí­sicos y los quí­micos pueden formular nuevas teorí­as cuando son muy jóvenes. Ese interés infantil de llegar a lo nuevo a través de lo desconocido nos emociona enormemente a los cientí­ficos, pero le queda a toda la sociedad. Por eso, todos nos emocionamos con algo que no entendemos, como la partí­cula de Higgs, pero que sabemos que es importante.

-¿Es equiparable al descubrimiento de la estructura del ADN o a la secuención del genoma humano?

-¡Es mucho más importante que la secuenciación del genoma! Aquello era un problema de ingenierí­a. En biologí­a, algo equiparable al bosón de Higgs fue el descubrimiento de que el ADN es la sustancia de los genes por Avery, MacLeod y McCarty en 1944. El de Watson y Crick fue emocionante porque, al ver la estructura del ADN, comprendimos la herencia.

-¿Lo emocionante del bosón de Higgs es que, aunque muchos no supiéramos de su papel clave, si no existiera, no estarí­amos aquí­?

-¡Claro! Además, de no existir esa partí­cula, toda la teorí­a sobre la que hemos construido nuestra visión de la estructura de la materia, de la realidad, no serí­a cierta. Al dí­a siguiente, seguirí­a lavándome los dientes y viniendo a trabajar, pero... ¡uffff!

-Stephen Hawking llegó a decir que le parecí­a mucho más divertido que no existiera el bosón de Higgs porque habrí­a que edificar una teorí­a nueva desde cero.

-Serí­a mucho más divertido, pero significarí­a que lo que hemos creí­do durante cien años no es cierto. Yo solo creo en la ciencia. Si uno tiene otras creencias, a lo mejor puede vivir cómodamente si este edificio se le cae. Pero yo solo creo en la ciencia; es mi única creencia. Imagí­nate a alguien que tiene una firme convicción religiosa y, de repente, por alguna razón deja de creer porque algo se desvanece. ¡Debe de ser terrible! Si uno de los pilares de la ciencia, la estructura de la materia, de lo que estamos hechos, se desmorona, yo, que no tengo fe, me sentirí­a fatal. ¡Este descubrimiento es fantástico! Si no hubiera existido, no me habrí­a deprimido, pero...

-¿Le habrí­a dado vértigo?

-Eso es. Creemos que tiene que haber lí­mites al conocimiento cientí­fico. ¿Hasta dónde puede comprender la mente humana? ¿Podremos comprender el origen del Universo desde el comienzo? ¿Podremos comprender cómo se hace un pensamiento abstracto?

La educación pública

-Hemos podido comprender de dónde venimos.

-Sí­. La forma de mirar la biologí­a cambia con Darwin. Todos los descubrimientos de los siguientes 150 años han corroborado su teorí­a. No hay ningún experimento en biologí­a que exija algo ajeno a ese guion. Cualquier célula humana se rige por los mismos principios que un virus o una bacteria. Todos los seres vivos estamos hechos de los mismos componentes.

-Que la hierba, una mosca y nosotros seamos parientes resulta impactante.

-Sí­, es extraordinario. No tenemos ninguna duda de que el virus que me infecta, la hierba que piso y el pescado que como están hechos de lo mismo que yo y gobernados por los mismos principios. No hay ningún propósito en ninguna especie; las cosas ocurren porque ocurren. El Universo no tiene ningún propósito. No hay en nosotros ningún principio extraordinario. Hasta las bases del pensamiento abstracto tienen que estar en los microorganismos. Tenemos de especial que hemos sido capaces de salirnos de la evolución. Ya no la necesitamos para evolucionar. Disponemos de herramientas más precisas que los dedos, ordenadores que hacen cosas impensables para el cerebro... Y, de vez en cuando, nace un Higgs.

-Un genio.

-Sí­. Un Higgs, un Mozart... Gente extraordinaria. Pero muchos podemos hacer con esfuerzo contribuciones interesantes a la ciencia y al arte. En el siglo XX, disminuyó la mortalidad, se alargó la vida y la mujer se incorporó a la educación y al trabajo. Antes no podí­a porque, como muchas morí­an de parto y muchos niños fallecí­an, para mantener la población la mujer debí­a tener una función principalmente reproductiva. El éxito de la salud pública ha permitido su incorporación a la educación y al trabajo. El Estado del bienestar ha hecho posible además que, independientemente de tus orí­genes, puedas educarte. De nada sirve que nazca un Higgs, una mente privilegiada, si luego no accede a una buena educación. Sin una buena educación, a Higgs lo hubiéramos perdido.

-España está haciendo recortes en educación.

-Para seguir haciendo grandes hallazgos, como solo se da un Higgs por cada muchí­simos de nosotros, necesitamos dar una buena educación a todos, poner a prueba a todos. La educación pública es muy importante. En Estados Unidos, los mecenas que dan dinero a los colegios a los que fueron saben que el éxito del paí­s radica en que haya mentes prodigiosas que desarrollen grandes negocios, generen conocimiento o tengan grandes ideas. Nadie sabe de dónde va a salir un genio. Estadí­sticamente hablando, la probabilidad de que nazca en una familia muy rica es muy, muy pequeña.

España analfabeta

-Es que son muy pocos.

-Por eso hay que dar una buena educación a todos para que surjan los genios y florezcan. ¿Cuál ha sido el éxito de España? Ahora, nuestra producción cientí­fica es la de un paí­s europeo. Estamos donde tení­amos que haber estado siempre. ¿Por qué? Porque en mi generación muy poca gente accedí­a a una educación razonablemente buena, pero, a partir de finales de los 70, la educación pública llegó a todos. A finales de los 70, habí­a en nuestro paí­s un 20% de analfabetos entre la población de 20 a 25 años. Ese era el porcentaje de hombres que iba hacer el servicio militar y no sabí­a leer ni escribir.

-¿A finales de los 70?

-Sí­. De haber ahora servicio militar, todos llegarí­an sabiendo leer y escribir. La educación ha cambiado en España radicalmente. Hemos mejorado la de base, y de ahí­ para arriba. Y la gente de origen humilde ha podido acceder a una buena educación universitaria. Una sociedad necesita élites intelectuales y, como no sabemos de dónde van a salir, hay que levantar todo el sistema. Si ahora lo bajamos, saldrán menos genios, porque el talento no tendrá todas las oportunidades para florecer.

-Si todos nacemos con ansias de explorar lo desconocido, ¿qué pasa para que esa pasión desaparezca en muchos casos en la escuela?

-Hay varios componentes. Uno es el dogmatismo. Si tienes pasión por explorar e interpretar la realidad y alguien te dice que hay verdades fundamentales que lo son porque sí­, eso te desanima a la hora de buscar. Yo creo que no se pueden enseñar en el mismo colegio religión y ciencia. Nadie está de acuerdo conmigo en esto; pero no me puede importar menos.

-¿Y esa incompatibilidad...?

-El colegio es donde se educa, donde se guí­a esa inquietud por explorar el Universo con los sentidos, con el lenguaje... Te tienen que decir que sabemos cómo son algunas cosas y de otras no tenemos ni idea. Esa es la aventura del conocimiento, buscar lo nuevo a través de lo desconocido. Si, en ese mismo sitio, hay una clase en la que dicen que todo está perfectamente definido desde hace 2.000 años, no hay nada que hacer. No estoy en contra de que se enseñe religión, porque cada uno tiene sus creencias, pero hay que hacerlo en otro sitio. La catequesis no se puede impartir dentro del colegio. No puedes dar un concepto del todo, una explicación dogmática a todo, y a la vez enseñar quí­mica, fí­sica, biologí­a... Resulta perturbador. Ciencia y religión son dos cosas inmiscibles.
Running is life. Anything before or after is just waiting

Paquito Comocho


Interesante, pero a este senyor alguien deberí­a ensenyarle el concepto de selección sexual. Así­ se habrí­a ahorrado la única barbaridad que dice en toda la entrevista.