¿Ha caí­do el mundo occidental?

[Johnnie]

Los cálculos, que yo sepa, siempre se hacen a valor actual.

En el ejemplo del Excel pone que de una hipoteca de 210.000 euros a 30 años acabas pagando 360.000.  En una hipoteca por el mismo precio a 100 años acabas pagando 930.000.  Bien, esos son valores actuales.  Acabas pagando 930.000 euros de AHORA.  Tus últimas cuotas de 770 euros no son 770 euros, son 3/4 partes del sueldo de mileurista de dentro de 100 años.  Que yo sepa.

Lo de las rentas antiguas es antiguo y no va a volver a ser.  Que los menos tontos del mundo son los banqueros, Frualán.

[Cerillita]

Los chinos. Ésos se ñamparán a los moros con salsa agridulce, o nos los servirán en sus restaurantes por un módico precio en el menú para 2 personas.

Tampoco me atlae soblemanela la idea de un mundo de ojos glasgados y todos comiento aloz con palillos.

Mil quinientos millones de amarillos no pueden estar equivocados, balilla.

[ushap]

Felipe, te lo he dicho ya varias veces: revalorizaciones pasadas no garantizan que haya futuras revalorizaciones. En todo tu discursillo falla un factor determinante: el poder adquisitivo de la clase media. Me parece bien que todo suba de precio, pero siempre dentro de unos equilibrios, ya sabes, los salarios han de subir más o menos porporcionalmente al incremento de los precios de bienes y servicios (sobre todo si son básicos o de primera necesidad). Si la cosa de desequilibra, no es de extrañar que al cabo de un tiempo se produzca cierta corrección para volver a un estado de equilibrio. Me importa poco que me hables de precios pasados, inflaciones pasadas, tipos pasados, cuotas pasadas,... si ahora ni tienes presente en que momento estamos, ni tampoco si no eres capaz de poner en tela de juicio esas últimas cifras de incremento de precios (ya por debajo de los dos dí­gitos). Retomando el hilo de este mensaje, "la caí­da del mundo occidental", parece obvio que estamos hoy ante un nivel de incertidumbre apreciable, y no sólo por la supuesta existencia, a escala internacional, de burbujas crediticias, inmobiliarias y de materias primas. Todo el sistema capitalista se sostiene bajo una premisa sencilla, crecimiento infinito. Si por las circunstancias que sea (comenzando por el cénit del petróleo) no se puede sustentar esa premisa, todo se viene abajo. De igual forma, no se le puede abusar de la máquina de generar dinerito en metálico, porque en caso contrario los bancos centrales tienen que subir los tipos de interés para controlar la excesiva masa monetaria en circulación.

De aquí­ a 100 años pueden pasar muchas cosas, eso es cierto, pero si tenemos que tomar alguna decisión financiera importante, a largo plazo, más nos vale dejar a un lado el optimismo desmesurado y la ingenua confianza hacia un sistema que reparte de forma poca equitativa la riqueza que creamos todos. Después de todo, tal vez nuestros principales problemas no se deban a esos sarracenos, moritos, chinitos,... inmigrantes en general. Tal vez, nuestros mayores problemas provienen, una vez más, de la complicidad polí­tica que envuelve a toda plutocracia, es decir, de las mentiras de nuestros gobernantes que, a falta de argumentos de peso, tiran de leyendas urbanas; porque las hipotecas a 100 años no dejan de ser una leyenda urbana, o si lo prefieres, una excepción en el panorama financiero internacional. Bueno, si tu cuentas con datos fiables que desmientan esta afirmación, ya sabes, compártelos y yo me la envaino con mucho gusto.

[ushap]

Ejemplo prático que circula por internet, y que algunos incautos lo asocian a cierto texto que escribió, no hace mucho, Forges en "el paí­s". Puestos a trazar progresiones matemáticas en base a ciertos datos económicos, no te resultará muy dificil establecer las circunstancias que padecerán aquellos que lleguen a 2030, 2055, 2080,... si sigue todo como hasta ahora.

El texto compara poder adquisitivo y esfuerzo para la compra de una vivienda, para los años 1979 y 2006:


La nómina de mi padre en diciembre de 1979 era de 38.000 pesetas. Él trabajaba como peón en una obra. En ese mismo momento le ofrecieron comprar una casa. Le pedí­an un total de 500.000 pesetas por ella.

Decidió no arriesgar y continuar viviendo en régimen de alquiler, en unas condiciones muy buenas. Se trataba de una casa modesta pero muy bien ubicada, en pleno centro de un pueblo cercano a Barcelona. A los pocos meses mi padre y mi madre compraron un terreno en otro pueblo de la misma provincia y en menos de cinco años de esfuerzo ya habí­an levantado y pagado una vivienda de 120 m2.

Han pasado 27 años. En 2006 y en el mismo pueblo donde viven, un piso modesto de 75m2 a las afueras no se encuentra por menos de 35 millones de pesetas, y estoy siendo muy generoso.

En el año 1979 el coste de un piso era del orden de 14 mensualidades de un peón de obra 38.000 pts/mes x 14 meses = 532.000 pts

El sueldo en 2006 de un universitario recién titulado en ingenierí­a informática sin experiencia profesional no llega a las 200.000 pesetas mensuales. En el año 2006 una vivienda modesta cuesta 175 mensualidades (14 anualidades!!!) de un ingeniero informático (200.000 pts/mes x 175 meses =35.000.000 pts).

Los jóvenes de hoy necesitarí­amos cobrar 2,5 millones de pesetas mensuales para estar en igualdad de condiciones con nuestros padres que compraron una vivienda a principios de los años 80. (2.500.000 pts/mes x 14 meses = 35 Mill. de pts)

Los pisos en el año 2006 deberí­an costar 2,8 millones de pesetaspara que los jóvenes de hoy estemos en igualdad de condiciones con nuestros padres en 1979 (200.000 pts/mes x 14 meses = 2.800.000 pts).

No encuentro adjetivo alguno en el año 2006 para calificar lo que mi padre consideró arriesgado en 1979.

Está claro que los pisos no van a pasar a costar de la noche a la mañana 30 veces menos, de 35 a 3 millones.

También está claro que no voy a cobrar 2,5 millones de pesetas mensuales, por muy buen trabajo que encuentre y por muchos estudios que tenga.

Lo primero que se le ocurre a uno es seguir viviendo en casa de sus padres y ahorrar el 100% del sueldo durante los próximos 14 años, para el año 2020 (yo rondaré ya los 40 años de edad) tendré el dinero suficiente para comprar una vivienda al coste del año 2006 pero, por supuesto, no al coste del año 2020. Evidentemente esta ocurrencia la desecha uno antes de hacer cualquier cálculo.

Aunque un joven bienintencionado consiga ahorrar 2, 4 o 6 millones con mucho esfuerzo en pocos años, a dí­a de hoy nunca podrá evitar lo siguiente:
1) Pedir un préstamo al banco a 40 o 50 años (si consigues ahorrar 2, 4 o 6 millones puedes reducir el perí­odo a 35 - 45 años, pero 5 años no suponen prácticamente nada cuando estamos hablando de medio siglo de pago).Te darás cuenta de que no vives en una democracia sino en una dictadura. El dictador no se llama Francisco Franco o Fidel Castro sino La Caixa, BSCH, Banc de Sabadell o, en general, "la banca". Ni siquiera tendrás la libertad de decir lo que piensas a, por ejemplo, tu jefe, no vaya a ser que cierre el grifo y no puedas pagar al dictador.

2) La otra solución es pagar un alquiler de por vida. En este caso el dictador se llamará Juan Garcí­a, José Pérez o Pablo el arrendador. La situación no es distinta a 1).

Después de esta reflexión ten la delicadeza de no decir a un joven que su problema es que no ahorra, eso fue válido para ti en 1979, incluso era valido para algunos jóvenes en 1999, pero no en 2006, en 2006 sólo consigues cargar con más impotencia, si cabe, al muchacho.

El esfuerzo de nuestros padres, sin duda alguna admirable, no era estéril(podí­an obtener una vivienda de propiedad en un perí­odo de 5 años). El mismo esfuerzo realizado por nosotros, los hijos, sólo llega para quizá reducir en 5 años una hipoteca de medioo siglo.

La vivienda nunca fue un objeto para enriquecerse, sino para vivir y es de lo poco material que sí­ necesitamos. La ley del libre mercado puede establecer el precio de los televisores de plasma al precio que quiera... yo no los compraré... pero nunca tuvimos que permitir que esa misma ley fijara el precio de la vivienda, porque todos necesitamos vivir en una y no todos podemos pagarla. Los jóvenes, incluso aquellos que tenemos estudios superiores, no podemos competir".

[Imparable]

Todos preocupados porque parece imposible solucionar el hambre en el mundo, los nacionalismos periféricos, las plagas, guerras y enferrmedades, la delincuecia, el terrorismo, la inmigración, la destrucción de nuestra cultura...y resulta que es todo tan sencillo como bajar los pisos en España y esto se tornará el paraí­so.

Hazte okupa.

[ushap]

Un último comentario. Con todo lo dicho hasta ahora, no pretendo alabar la opción del alquiler. Alquilar una vivienda en España, en esots momentos,  no deja de ser un mal menor y no es la panacea ni ejempalriza una  buena decisión financiera a medio o largo plazo. No obstante, queda claro que ahora mismo la decisión de una megahipoteca para comprar una vivienda que seguramente está sobrevalorada, no es un buen negocio, sobre todo si tenemos presente que para ello ya nos están obligando (a la clase media) a emparejarnos con una persona que también disponga de un sueldo decente y estable. Eso ahora, porque si la progresión se confirma, y el poder adquisitivo sigue menguando, nuestros gobernantes occidentales no tendrán más remedio que legalizar dentro de unos añitos la poligamia para que una "familia" pueda acceder a una hipoteca y así­ comprar su casita. Supongo que será en ese momento cuando muchos católicos griten que "occidente ha caí­do".

Una cosa más, Felipe, el problema de una hipoteca a 100 años no es sólo su duración y su supuesta herencia. Su principal problema, y por eso mi referencia a las matemáticas, es la prácticamente nula incidencia en la reducción de la cuota mensual. En otras palabras, una vez que se sobrepasan los 40 o 50 años, ya da igual estirar el número de años, que al final vas a pagar casi lo mismo en cada cuota mensual. Y respecto a la erosión via inflación, pues eso, que ya "semos europeos", para lo bueno y para lo malo, así­ que si no vamos a volver a ver (según algunos expertos) tipos de interés por encima del 6%, tampoco vamos a ver inflaciones elevadas, siempre y cuando el precio del crudo lo permita. En pocas palabras, pase lo que pase el único que sigue y seguirá ganando es la banca.

[ushap]

Todos preocupados porque parece imposible solucionar el hambre en el mundo, los nacionalismos periféricos, las plagas, guerras y enferrmedades, la delincuecia, el terrorismo, la inmigración, la destrucción de nuestra cultura...y resulta que es todo tan sencillo como bajar los pisos en España y esto se tornará el paraí­so.

Hazte okupa.

Si esta es tu conclusión después de los ladrillos que he soltado hoy, y otros dí­as, no me dejas otra opción que suspenderte. O eso o mandarte a tomar por ...

Mi conclusión (por si sirve de algo): si llega la crisis y la corrección de precios, lo de menos va a ser lo mucho o poco que bajen los pisitos. Y respecto a tu fobia racista, yo de ti estarí­a tanquilo, si aquí­ no hay empleo, muchos sarracenos, latinoamericanos y gente del este se largaran del paí­s. La mayorí­a de esa gente no es como nosotros, ellos vienen a trabajar y a ahorrar todo lo que pueden.

[ushap]

Felipe, a ver, centrémonos. Con lo de leyendas urbanas me referí­a a eso de las hipotecas a 100 años. Sólo a eso. No he negado los datos que comentas y que están ahí­ para el que los quiera ver. Tampoco he negado la progesión pasada y actual de los precios. Eso es lo que tenemos aquí­ y ahora. De igual forma, no puedo negar que hasta la fecha todos aquellos que han vaticinado una caí­da oficial y generalizada de precios inmobiliarios han fallado, años tras año. Hasta aquí­ de acuerdo, pero no me puedes negar que la situación es mucho más complicada que hace 3, 4, 5 o más años. Joder, la cuerda no se ha roto pero está más tensa, tanto que incluso hasta el amigo más optimista que me saluda en el café ya no tiene la misma cara, ni tampoco se rí­e ya cuando le hablo de la insostenibilidad de nuestro modelo de crecimiento. Debe ser que a nadie le hace gracia eso de mirar la cartera y comprobar que hay menos euros y cunden menos, aunque tengas una hipoteca pequeñita (fruto de llegar a un mercado inmobiliario en un momento bueno). Si hasta lo describe ya, con pelos y señales, la propia prensa socialista, por algo será, digo yo.

Bueno, yo no de ti no me jugarí­a el cuello, ni por mis intenciones ni por un sistema capitalista que es demasiado jovencito (ni siquiera han pasado todaví­a 100 años del último gran crack bursátil). Yo no sé lo que harí­a en este preciso momento, con la información que dispongo, si apareciera mañana un chollo inmobiliario ante mis narices. Y te lo digo sineramente. Tal vez es que soy demasiado pesimista o que no albergo muchas esperanzas para nuestro querido y entrañable sistema capitalista. No sé, 100 años son muchos y creo que no habrá petróleo barato para tatos años y tantos millones de personas. Además, y en eso estoy de acuerdo contigo, el dinero ha de representar cosas tangibles. Por eso creo que no van a bajar los tipos de interés, ni aquí­ ni al otro lado del atlántico. Ahora mismo los mercados siguen inundados de liquidez, de dinero que no representa cosas tangibles, tan sólo humo propiciado por la especulación, la avaricia humana y una huida hacia adelante provocada, según algunos, por la irresponsabilidad de la reserva federal y el banco central europeo (bajando tipos a mí­nimos para relanzar el consumo). Si estoy en lo cierto, puede que en algunos meses los datos bursátiles (incluida Astroc) no te sirvan como argumento

[javi]

¿No tení­ais bastante con un hilo?  ?huh?

El precio y la dificultad para comprar una vivienda es un tema sugerente (tanto que voy a obviar contaros lo que me pidió hace unos dí­as un "timador" agente de la propiedad inmobiliaria, por un apartamentillo con vistas a una plaza), pero la guerra El Paí­s vs El Mundo lo es mucho más. Porque es muy extraño que estén abmos diarios con los papeles cambiados. ¿Será que Pedrojota ha visto algo en ZP que no ve en Rajoy?

[Imparable]

Todos preocupados porque parece imposible solucionar el hambre en el mundo, los nacionalismos periféricos, las plagas, guerras y enferrmedades, la delincuecia, el terrorismo, la inmigración, la destrucción de nuestra cultura...y resulta que es todo tan sencillo como bajar los pisos en España y esto se tornará el paraí­so.

Hazte okupa.

Si esta es tu conclusión después de los ladrillos que he soltado hoy, y otros dí­as, no me dejas otra opción que suspenderte. O eso o mandarte a tomar por ...

Mi conclusión (por si sirve de algo): si llega la crisis y la corrección de precios, lo de menos va a ser lo mucho o poco que bajen los pisitos. Y respecto a tu fobia racista, yo de ti estarí­a tanquilo, si aquí­ no hay empleo, muchos sarracenos, latinoamericanos y gente del este se largaran del paí­s. La mayorí­a de esa gente no es como nosotros, ellos vienen a trabajar y a ahorrar todo lo que pueden.

Verás, es que yo voy a heredar tierras y casas.

[Scardanelli]

Los chinos. Ésos se ñamparán a los moros con salsa agridulce, o nos los servirán en sus restaurantes por un módico precio en el menú para 2 personas.

Tampoco me atlae soblemanela la idea de un mundo de ojos glasgados y todos comiento aloz con palillos.

¿Conocéis a Pere Calders?

http://www.xtec.es/~evicioso/garrotxa/invasio.htm

INVASIÓN SUTIL

En el Hostal Punta Marina, de Tossa, conocí­ a un japonés desconcertante que no se parecí­a en modo alguno a la idea que yo tení­a formada de esta especie de orientales. A la hora de cenar, se sentó en mi mesa después de pedir permiso sin excesiva ceremonia. Me llamó la atención el hecho de que no tení­a los ojos oblicuos ni la piel amarillenta. Al contrario, en cuestión de color tiraba a mejillas sonrosadas y cabello rubio. Yo tení­a curiosidad por ver qué platos pedirí­a. Confieso que era una actitud pueril, esperaba que pidiera platos poco corrientes o combinaciones exóticas. El caso es que pidió una ensalada, "con mucha cebolla", dijo, cabeza y pata, tuétanos asados y almendras tostadas. Para terminar, café, copa de coñac y una breva. Habí­a imaginado que el japonés comerí­a con una pulcritud exquisita, incluso irritante, pinchando los alimentos como si fuesen piezas de relojerí­a. Pero no fue así­.

El hombre se serví­a del cuchillo y del tenedor con gran desenvoltura y masticaba a boca llena sin complicaciones estéticas. La verdad, me fundí­a los esquemas. Por otra parte hablaba catalán como cualquiera de nosotros, sin una sombra de acento extranjero. Esto no era tan extraño, si se considera que esta gente es muy estudiosa y sobremanera lista. Pero a mí­ me hací­a sentir inferior, porque no sé absolutamente nada de japonés. Es digno de constatar que el toque foráneo a la entrevista lo poní­a yo, condicionando toda mi actuación - gestos, palabras, entradas en la conversación- al hecho de que mi interlocutor era japonés. Él, en cambio, se encontraba tan fresco como una rosa.

Yo creí­a que aquel hombre debí­a de ser representante o vendedor de aparatos fotográficos o transistores; o quizá de perlas cultivadas ... Probé todos estos temas pero él los despejó con un amplio movimiento del brazo. "Vendo Santos de Olot", dijo. "¿Todaví­a hay demanda?!, le pregunté. Me dijo que sí­, que andaba a la baja pero que él se defendí­a bien. Hací­a la zona sur de la Pení­nsula, y afirmó que en cuanto habí­a un puente de dos fiestas seguidas, regresaba enseguida y tan contento a casa.

- ¡No hay nada como la propia casa!-, remarcó con un aire de satisfacción.

- ¿Vive usted en nuestro paí­s?

- ¡Pues, claro! ¿Dónde quiere que viva?

¡Claro!, esta gente es cosmopolita y se mete por todas partes. Volví­ a mirarlo y aseguro que ningún detalle, ni en el atuendo ni en la figura, delataba su procedencia japonesa. Incluso ostentaba un escudo del Club de Fútbol Barcelona en la solapa.

Todo esto era muy sospechoso y me preocupé. Mi mujer se habí­a hecho servir la cena en la habitación porque no se encontraba del todo bien. Le conté la aventura, adornando el relato con mis apreciaciones. Evidentemente, se trataba de un espí­a.

- ¿Y de dónde has sacado que es japonés? -, quiso saber.

Me reí­, quizá no de buena gana, compadecido de su inocencia.

- Los conozco de lejos -, le contesté.

- O sea, ¿que has visto a muchos?

- No, pero los detecto enseguida.

- ¿Te ha dicho él que era japonés?

- Ni una sola vez. Son astutos.

-¿Te lo ha dicho alguien?

-Nadie, ni falta que hace. ¡Tengo el instinto afinadí­simo!

Nos enfadamos. Siempre me pincha diciéndome que soy un malpensado y que cualquier dí­a tendré un disgusto de los gordos. ¡Como si no me conociera! Parece complacerse en no razonar conmigo y es de una candidez increí­ble.

Aquella noche dormí­ poco y mal. No me podí­a quitar de la cabeza al japonés. Porque mientras se presenten como son, con la sonrisita, las reverencias y la mirada de soslayo, habrá modo de defendernos. ¡Eso espero! Pero si empiezan a venir con tanto disimulo y sofisticados disfraces, buena nos espera.