Reivindicación Histórica: 20 años sin metro

Iniciado por Paloma, Diciembre 19, 2006, 09:24:33 AM

Tema anterior - Siguiente tema

Paloma

El PP moviliza a militantes para jalear la apertura de la lí­nea 11
El metro llega a Carabanchel Alto tras 20 años de reivindicación vecinal
V. G. C. - Madrid - 19/12/2006


   
Llevaban esperando el metro más de 20 años, pero ayer, cuando por fin llegó, los vecinos de Carabanchel Alto aparecieron divididos: una treintena de personas se manifestó con pancartas en contra del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, por haber llevado los parquí­metros al distrito. Enfrente, más de 200 vecinos aplaudí­an a Ruiz-Gallardón y a la presidenta regional, Esperanza Aguirre. Esos vecinos acudieron al acto, invitación en mano, en seis autobuses fletados por el PP para la ocasión: la inauguración de las tres nuevas estaciones de la lí­nea 11.


Aguirre y Gallardón entierran el hacha
La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
Un portavoz de la Comunidad de Madrid confirmó por la tarde lo que la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto denunció por la mañana: que muchos de los vecinos concentrados ayer frente a la nueva estación de La Peseta para recibir con aplausos a presidenta y alcalde habí­an venido en seis autobuses fletados por el PP. "Muchas personas, la mayorí­a jubiladas, llevaban 20 años esperando este dí­a. Por eso el partido decidió traerlas en autobuses desde distintas partes de Carabanchel y Latina, porque para algunos de esos vecinos no es fácil trasladarse tan lejos. Era una inauguración histórica, y en total no han sido ni 300 vecinos. No veo dónde está el problema", argumentó el portavoz regional.

La Asociación de Carabanchel Alto -que también fue invitada pero declinó la oferta, aunque luego se manifestó con pancartas a las puertas de la estación- tiene otra lectura: fletando esos autobuses de vecinos afines, el PP "pretendí­a acallar a los vecinos que acudieron para celebrar la llegada del metro pero también para recordar a la presidenta y al alcalde que esto no justifica los incumplimientos programáticos regionales (biblioteca, centro de salud, escuelas infantiles) y los agravios municipales (parquí­metros y cierre de biblioteca municipal)".

Cordón de seguridad

Los "¡Viva Esperanza!" y "¡Gallardón eres el mejor!" de los vecinos satisfechos se mezclaron así­ con los "¡Fuera, fuera!" de los vecinos descontentos, separados del resto por unas vallas de obra y por un cordón de vigilantes de seguridad que mantuvieron a los segundos lejos de las autoridades. Eso duró apenas tres minutos, hasta que Ruiz-Gallardón y Aguirre se metieron en la estación de La Peseta, seguidos por los vecinos que tení­an invitación, y estrenaron la ampliación de la lí­nea 11. El portavoz regional admitió que sólo quien tení­a invitación entró, pero subrayó que los que protestaban habí­an rechazado expresamente la invitación.

La inauguración de ayer llegaba después de 26 meses de obras y dos décadas previas de reivindicación vecinal. Carabanchel, con 250.000 habitantes y un nuevo barrio en construcción en el que vivirán otras 30.000 personas, estaba conectado con Madrid sólo desde 1998 y con una lí­nea de dos estaciones: la 11, de Plaza Elí­ptica a Pan Bendito. Carabanchel Alto quedaba marginado.

La ampliación (que ha costado a la Comunidad 172 millones) ha consistido en estirar la lí­nea 2,7 kilómetros y construir tres estaciones: San Francisco, Carabanchel Alto y La Peseta, ésta en el Ensanche de Carabanchel. Más de 50.000 viajeros usarán la lí­nea cada dí­a, según el Gobierno.


Aguirre y Gallardón entierran el hacha
Ayer tocaba quererse. Sólo tres semanas después de la esperpéntica inauguración del metro de Alameda de Osuna -en la que, con los ecos aún vivos de la polémica biografí­a de ella, presidenta y alcalde casi ni se miraron-, Esperanza Aguirre y A lberto Ruiz-Gallardón fueron ayer como dos novios reencontrados. Todo fueron risas, animadas conversaciones, agarradas de brazo, complicidad... Triunfó el amor, o las severas recomendaciones del presidente del PP, Mariano Rajoy, para que Aguirre cese los ataques al alcalde y ambos entierren las discrepancias hasta, por lo menos, las elecciones de mayo.

El beso de entrada ya fue distinto: el 24 de noviembre, gélido; esta vez, cariñoso y sonriente. Después ambos se adentraron en las profundidades de la estación de La Peseta y recorrieron las instalaciones de la nueva lí­nea de metro sin parar de hablar. "Mira, se ha dado un beso con el Gallardón...", le susurraba una vecina atónita a otra, señalando a la presidenta. Juntos elogiaron los "supervagones", juntos visitaron la caseta del bibliometro y juntos llegaron a los discursos.

Ahí­ ya no hubo medida ni contención. Ruiz-Gallardón empezó felicitando el dí­a a su correligionaria: "Querida Esperanza, muchas felicidades, hoy es tu santo"; ella correspondió preocupándose por su salud: "Ponte la chamarra, Alberto, que hace mucho frí­o aquí­", lo que provocó alguna risa nerviosa entre los acompañantes de uno y otra.

La cosa llegó hasta este punto: "Hoy es un dí­a inolvidable para mí­ porque el alcalde ha tenido la amabilidad de felicitarme y porque el metro, por fin, ha llegado a Carabanchel Alto. Gracias a todos los que lo han hecho posible y, sobre todo, a Alberto, que con su entusiasmo es quien siempre nos ha abierto camino", lanzó al auditorio la presidenta. Ruiz-Gallardón, bajo su chamarra, parpadeaba.