La mentira

[_Amazonia_]

Así­, a bote pronto, dirí­a que una mentira piadosa no siempre implica el uso de lo falso ni hacer creer lo que no es al destinatario.  Puede ser simplemente un recurso empleado para ceñirnos al Princio de Cortesí­a, el cual consiste en la utilización de estrategias de atenuación para no herir la sensibilidad de quien nos escucha. Así­, por ejemplo, cuando nos invitan a comer y los platos no son de nuestro gusto, o incluso la cocinera (cocinero, cocinere) no ha logrado el punto de cocción adecuado o le ha salido directamente un churro incomestible, si se nos pregunta qué nos parece o se nos interroga sobre por qué no hemos terminado el plato, tenemos la opción de decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, y declarar lacónicamente, 'está crudo', 'está recocido', 'no me gusta', etc. o, por el contrario, acudir a subterfugios, en caso de un plato fallido siempre podemos elogiar algo que esté bien en él, 'me gusta mucho cómo lo has presentado, se come con los ojos', e incluso in extremis está el socorrido 'yo como de todo'; y en caso de que sea algo que no nos agrada y hemos hecho el esfuerzo de no dejar el plato intacto evadirnos con un enunciado del tipo, 'es que me habí­as puesto mucho', 'yo no como demasiado' etc.

No hemos acudido a la mentira, decir 'no como demasiado' sólo señala que no cometes excesos, pero no cuánto comes habitualmente, y en caso de haber elogiado lo único salvable has utilizado una verdad que camufla el resultado del conjunto.  No mientes, en sentido estricto tampoco engañas, sólo has atenuado el mensaje y te das tiempo para introducir las puntualizaciones cuando el contexto situacional las haga ser adecuadas. Ni toda pregunta busca por respuesta un enunciado descriptivo, que son los que pueden ser calificados de verdaderos o falsos, ni siempre es adecuado utilizarlos.  En muchas situaciones comunicativas lo propio es el empleo de enunciados realizativos, los que, más que afirmaciones verbales, son actos. En el ejemplo que he utilizado, el anfitrión no busca ser informado sobre la calidad de su guiso, sino que lo que está pidiendo es el beneplácito; y la atenuación cortés te hace posible dárselo, tal cómo darí­as tu pésame cuando te están pidiendo una condolencia. ¿Hipocresí­a? No, respeto que facilita la convivencia.  Y el emisor saca provecho de su enunciado realizativo, no sólo porque queda bien, sino porque se evita un conflicto y un desencuentro. 

Este es el esquema que subyace en la práctica totalidad de casos donde el sentido común nos aconseja mediar mentiras piadosas.  Amazonia me pregunta no sé qué un poco más arriba, ¿realmente busca conocer una verdad? No, su objetivo es obtener la aceptación social por parte del grupo, pide una acción realizada con lenguaje, y el silencio es también expresivo y realizativo.  En este caso, yo acudo al silencio como fórmula de atenuación cortés.  Cabrí­a ver en que situaciones lo adecuado, pragmáticamente hablando, es suspender el Principio de Cortesí­a, porque, haberlas, haylas.

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Tienes razon, que coño ¡¡, te pregunto un no se que arriba, no es tan cierto lo que dices sobre mi busqueda de la aceptacion social, acabo de darme cuenta de que no la necesito, al menos no en la cuantia que la necesitas tu.

El silencio puede mostrarse como cortesia, pero tambien Mon, puede darse como un sintoma de "Si hablo igual la cago". Haces bien en cualquiera de los casos, si es por cortesia, estupendo, ya sabes como me pongo cuando exploto, si es por cautela, mejor, lo grave de la mentira y el engaño no es crearlos, alimentarlos o hacerlos crecer hasta que se jubilen, lo realmente jodido es que te pillen, es entonces...estas perdida.

[Quercus Cistensis]

En el ejemplo que he utilizado, el anfitrión no busca ser informado sobre la calidad de su guiso, sino que lo que está pidiendo es el beneplácito

Esto me lo tengo que masticar despacio.

[Recolectando]

En el ejemplo que he utilizado, el anfitrión no busca ser informado sobre la calidad de su guiso, sino que lo que está pidiendo es el beneplácito

Esto me lo tengo que masticar despacio.

Asegúrate de que el plato es comestible antes de masticarlo mucho Pueden darse diferentes supuestos, que el anfitrión esté tratando de aprender a ser buen cocinero, en ese caso, a muerte, porque en esa situación la atenuación te lleva a incumplir con las máximas de Grice (cantidad, dar la información necesaria ni más de la debida ni menos; calidad, no decir lo que se cree falso o aquello de lo que no se tiene pruebas, relación o relevancia, ceñirse al tema, no divagar; modo, ser claro, no caer en ambigí¼edades) y, por tanto, no estás cooperando.  En una invitación normal, cuando el anfitrión te pregunta: '¿Qué tal está?' su pregunta lleva implicito un mensaje más extenso que el que verbaliza la literalidad de las palabras, si le interesa saber cómo está el guiso es para asegurarse de que te está dando un buen trato, que te está satisfaciendo, que la velada transcurre agradablemente y le importa más conocer tu respuesta respecto a lo implí­cito que respecto a lo que ha explicitado.  Si el plato le ha salido como el culo y le sueltas a bocajarro que es una mierda, aparentemente habrás cumplido con las máximas de Grice, pero sólo en apariencia porque en verdad no te preguntaba eso (no sólo, al menos), no era ese el tema al que te debí­as ajustar con voluntad cooperativa.  Con la atenuación te ajustas a las máximas, das la información justa, no afirmas algo en lo que no crees o de lo que no tienes pruebas (has eludido la pregunta directa, pero no has dado datos falsos), te has ceñido al tema dando la información relevante para responder a lo implí­cito que era lo que más le importaba, y no has sido ambiguo (has dado una respuesta concreta, parcial, pero concreta).

¿Qué ocurre si el plato estaba cojonudo pero tú no lo soportas? o ¿qué ocurre si no le haces ver en qué se ha equivocado?  Si no verbalizas lo primero, te tocará zamparte (o hacerlo ver) una comida que te repugna las próximas veces que te invite, si no aclaras lo segundo, el anfitrión no podrá corregir sus fallos y puede que el siguiente comensal al que invite no sea tan cortés como tú, con lo cual concluirá que le mentiste y, si se deja llevar por el cabreo, pasará a considerarte mal amigo.  No debes marcharte sin hacerle llegar cualquiera de esas informaciones, al menos si es un amigo y tienes intención de volver a quedar; se trata tan sólo de que esperes al momento oportuno.  Cuando te lo ha preguntado, delante del plato servido, no era adecuado, pero siempre llega la sobremesa; como has cooperado para que la comunicación sea fluida y haya buen ambiente, podrás introducir el tema hábilmente y dar la aclaración sin que pueda parecer un desplante.  Si no comprende las sutilezas y la próxima vez vuelve a la carga con otro atentado contra el buen gusto culinario, entonces ya sí­, le cantas las cuarenta y las veinte que hagan falta, ya puedes suspender la cortesí­a; a menos, claro está, que tengas interés en comer otras cosas 

[SrCualquiera]

Hola, soy nuevo por aquí­


Así­ en principio estoy bastante de acuerdo con firmado, y creo que la ventaja de la verdad sobre la mentira es que la verdad tiene arraigo en lo real. O sea, que la verdad tiene un aval y la mentira tiembla en el peligro de ser descubierta. La mentira siempre se dice para sacar alguna ventaja, el examen moral de la mentira se centra en los detalles de esa ventaja que se quiere sacar.
El que equivoca la realidad creyendo decir la verdad no está mintiendo, está dando lugar a una larguí­sima lista de comportamientos. Desde el fanatismo a la inocencia.

El rollo de la hipocresí­a social es una cuestión de simple vaselina, de limar asperezas que serí­an destructivas. Pero aquí­ también se dan comportamientos muy variables, desde el peloteo convulso hasta esa maní­a que les da a algunos porque les cuentes la vida. A mí­ me gusta el vecino que te sonrí­e o el que no te perdona la vida si se tropieza contigo por la calle. Me gusta la amabilidad de los desconocidos, lo que no quiero es conocerlos. Asi que si algún vecino pretende conocerme, suelo hacerle un scaner rápido por esta cosa latosa de las excepciones, y a continuación, muy educadamente, eso sí­, enveneno de silencios su posible interés por saber a qué dedico el tiempo libre o cosas así­...Uno se salva de la mala educación siendo distante, y se salva de la mentira si dice mentiras que no hieran su honestidad. (y en eso de qué sea la honestidad de cada uno, sálvese quién pueda)

Por otra parte, está esa deliciosa mentira de ficcionarse uno lúdicamente en los recuerdos, eso es casi un deber. La literalidad debiera estar proscrita hasta en los manuales de ética para adolescentes.

[Kamarasa GregorioSamsa]

Hola, SrCualquiera.

[lesboguai_oflife]

La dichosa maní­a de limitar el significado de las palabras. De no haber existido una Iglesia amenazando de muerte a los que profiriesen falsos testimonios, ni un Bush definiendo unilaterlamente lo que es el Bien y lo que es el Mal con una lí­nea de "recorte por aquí­" la Mentira sólo serí­a una anécdota más de la comunicación.

Las habrí­a inocentes como la del niño que dice que no fue él el del plato roto, o piadosas como la de una enamorada diciéndole a un gordo que le ve más delgado. Las habrí­a ruí­nes como las de Acebes, o lascivas como las de "déjame acompañarte a casa", las habrí­a por exceso de falsedades en el discurso o por omisión u ocultación de certezas conocidas, y las habrí­a de mayor y menor relevancia, como quien en un pequeño accidente rompe el retrovisor a otro o quien por conducir en estado Aznar acabase con la vida de 3 miembras de una familia de 4.

Respetando a todos los usuarios del hilo, creo que me quedo con la cita de Boadella que trajo mastropiero:

“La hipocresí­a es uno de los grandes avances de la civilización. Tiene que existir un equilibrio entre las cosas que te guardas y las que dices. Ser un honesto radical serí­a lo más parecido a un niño crónico, Resultarí­a patético”.

Hay que saber medir las palabras, las relaciones, las ingestas de alcohol, las horas que nos pasamos frente al ordenador, etc, La Mentira, que da nombre al hilo, apenas es más que una curiosa canción del Marley de nuestro barrio

[SrCualquiera]

Hola Gregorio, a tí­ sí­ te conozco

Creo que hablar de verdad y mentira así­ en abstracto nos llevarí­a por la calle de la amargura filosófica hacia ese bonito momento en que el filósofo se vuelve loco y dice: harto estoy, todo es relativo.

Cada mentira tiene un peso distinto, algunas hasta dan ligereza a la vida, pero otras la empozoñan miserablemente. Sobre todo esas que tienen que ver, como alguien decí­a, con la propia noción de lo que somos. Quien se miente a sí­ mismo, tarde o temprano lo acaba pagando porque la realidad es como uno de esos prestamistas matones que se cobran las deudas con muy mala leche.

[Kamarasa GregorioSamsa]

Y a Mon también.

Me alegra leerte de nuevo, aunque no sea en tu ambiente habitual.

[SrCualquiera]

Me alegra leerte a tí­ también, a Mon no la reconozco, de momento. Confiesa Mon, antes de que sea demasiado pronto

Por cierto, en la foto de aquí­ sales mejor, donde va a parar

[Recolectando]

Pos, pos, si Greg dice que me conoces, será cierto, él no miente.  Y si nos relaciona a ambos, mi hipótesis se inclina por los búhos.

[Kamarasa GregorioSamsa]

Efectiviguonder.

[SrCualquiera]

Mon, estoy sufriendo ya con la intriga ésta. Cambiamos cromos? yo era sinombre

[Recolectando]

Mí­ recordar, sí­.  Mi nick allí­ era Pensativa, pero yo estuve mú poquico.

[SrCualquiera]

Recuérdote yo también. Un saludete

[Kamarasa GregorioSamsa]

Tengo el taller manga por hombro. Ahora estoy centrado en la evolución y en el sentido de la vida, con eso tengo bastante de momento.

Bueno, ya podéis seguir con el hilo. Siento la desviación momentánea.