Mi compañera de piso me acosa

Iniciado por yonnon, Agosto 18, 2011, 10:09:44 AM

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yonnon

Evidentemente, no es mio. aqui el original

Todo empezó a los 3 meses de aterrizar en Dublí­n, cuando invertí­ mi segundo sueldo en una flamante Taylor 314CE.

Le dije "let's go downstairs and I'll show you my guitar", así­ que fuimos al salón y desenfundé la guitarra, que aún desprendí­a ese olor a madera y barniz que tienen las cosas nuevas. Con el portátil al lado empezamos a rescatar canciones populares del imaginario colectivo internacional -ella es caribeña de habla francesa y habí­a que encontrar puntos en común-, pero somos de generaciones diferentes y resultó difí­cil cantar a dúo más allá de los 2 ó 3 primeros superhits. A partir de aquí­ empezó el semi-monólogo.

Se puede decir que me sigue dando cierta vergí¼enza cantar delante de alguien desconocido, pero soy consciente de que esto es algo en lo que tengo que mejorar y a estas edades no están el tema como para ir dejando pasar oportunidades. Le di un trago a la Guinness y simplemente me dejé llevar, cantando con los ojos cerrados. Noté que ella me m...
























































... un momento...



























PERO

















QUÉ











CLASE














DE













COÑAZO
















ES











ÉSTE????











































































---------------------------- Volvamos al registro clásico ----------------------------































































































Sentí­a que llevaba una puta eternidad viviendo en esta mierda de paí­s de vacas y champiñones. Todo el puto dí­a lloviendo. Irlanda es como un parque acuático pero sin Sol y sin atracciones. Vine para aquí­ con un curro bajo el brazo y dispuesto a vivir "aventuras" pero cuando vi el panorama me entraron ganas de:

a) Suicidarme
b) Suicidarme + BONUS = Llevarme al máximo numero de pelirrojos por delante que pudiera antes de acabar con mi vida.

Me calmé un poco y pensé que, estando en mi mano, una guitarra puede ser también una perfecta arma de destrucción masiva. Así­ que el dinero de mi primer sueldo lo gasté en cosas esenciales como ponerme hasta el culo de Guinness y comida nutritiva (galletas saladas TUC y noodles de la marca KOKA -ojo, la bolsita no es esnifable-), todo con el objetivo de ahorrar un poco y poder así­ pillarme justo el mes siguiente algo que pudiera avivar la llama de esta vida de mierda que estaba llevando y que parecí­a que tení­a intención de perdurar.

Valorando la opción ametralladora o guitarra vi que desde eBay de Estados Unidos me ofrecí­an las mismas facilidades para comprar un producto u otro, pero me decanté por el segundo después de hablar con el dueño de la tienda de guitarras, que parecí­a majo, de confianza y además, tal y como estaba el dólar, se quedaba a un precio que te cagas.

A los 2 dí­as de llegar la guitarra (guitarrón, por cierto), por fin tuve un momento de tranquilidad para tocarla y entonces fue cuando irrumpió en casa mi nueva compañera de piso. Os cuento algo sobre ella: llegó porque el anterior chaval que viví­a en casa, el calvo-fumapetas-ni-cocino-ni-limpio irlandés (en ocasiones pensé que era mi yo del futuro), dejó la habitación libre y ella fue la persona que más nos apañó de entre las que vinieron a verla. Era mayor que nosotros -unos 35-, hablaba francés pero habí­a vivido en Londres 14 años, con lo cual su inglés era muy bueno, parecí­a seria, profesional y echada pa alante.. lo único que daba algo de mal rollo es que tení­a unas ojeras brutales, rollo oso panda, pero por lo demás jamás la valoré a nivel fí­sico hasta que sucedió lo innombrable.

----------------- fin del flashback -------------------

Después de estar tocando un rato la guitarra, mientras tocaba la canción "With or Without you" de U2 (lo sé, suena rastrero pero os juro que no intentaba nada con ella) noté un ruido y abrí­ los ojos; vi que habí­a salido violentamente de la habitación. Volvió al cabo de un minuto con un pañuelo y los ojos llorosos. En este momento pensé lo tí­pico: al tocar la canción pues le habí­a recordado alguna situación del pasado y la tí­a pues se emocionó. Ok.

Acabamos el "concierto" y me subo pa mi habitación (y ella pa la suya). Siguiendo la tónica general de lo que vení­a siendo mi rutina, siendo las 12 de la noche y teniendo mi dí­a siguiente libre, lo normal que estuviera chateando con algún colega o perdiendo el tiempo con ví­deos del youtube de Jodorowsky. Lo que no fue normal fue oir un "psssssssssst" proveniente de la habitación contigua. Era ella:

- Jaaavi!

- Sí­?

- Come to my room

Me acerco y veo que tiene la luz apagada. Raro. La tí­a está sentada en su cama y apenas puedo verla bien. Le digo "hey, dime" y me suelta:

- What is it that I like about you, Javier?

- Qué?????

- Y repite; traduzco ahora "Qué es lo que me gusta de ti???"

Evidentemente, lo primero que pensé fue que no entendí­a un capullo de lo que me decí­a. Esto de hablar en puto guiri genera unos malentendidos de la hostia, así­ que pensé que la tí­a me querí­a decir otra cosa y me acerqué un poco más a ella, puesto que estando recostada en la penumbra me impedí­a ver el jepeto que poní­a y así­ era jodido calibrar el tema o interpretar el lenguaje verbal.

- Sorry, what??

Y me repite lo mismo. Que qué es lo que me gusta de mí­. Ahí­ ya noté algo rarito en el tono de voz y a medida que mis pupilas se dilataban para ver más claramente la situación, me daba cuenta de que la mirada de esa hija de puta se estaba volviendo lasciva... hasta el punto de sentirme avergonzado. Entre semi-balbuceos le dije que vale, que guay, que era halagador y que supongo que era una pregunta retórica, que no tení­a que contestar, ejem... y poco a poco me fui haciendo pequeñiiito pequeñito mientras le decí­a "may I close your door???? te cierro la puerta???" y la pava puso cara de este emoticono ----> ¬¬ sin contestarme. Aquí­ saqué mi mejor razón para largarme: "sorry pero es que estaba hablando con el Skype con un amigo y ejjque.. ejemmm... bueno, te cierro y eso" (supongo que mientras pronunciaba estas palabras la tí­a veí­a el cartelito de LOSER serigrafiado en mi frente)

Le cierro la puerta y en cuanto lo hago, oigo desde fuera un estridente:

- JAVIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIEEEEEEEEEEEEEERRRRRRRR!!

Me cago en la puta, con las horas que son. Le abro la puerta de nuevo, entro y me siento directamente en la cama a su lado.

- Oh Candelle, WHAT??? TELL ME.

Y en ese momento ME HACE UNA ESPECIE DE LLAVE DE JUDO que empuja sus manos contra mi nuca, impactando su boca contra la mí­a Y ME METE LA LENGUA HASTA LA CAMPANILLA. Desde el interior de mi cerebro me llegaban mensajes "MEIDEI, MEIDEI!!! Niveles de estupefacción al máximo, alerta!!" pero desde el nabo me llega otro mucho más visceral "Acuérdate de los malos tiempos... y sobre todo... TIENE LAS TETAS FUERA, TIENE LAS TETAS FUERA!!!!".

La tí­a iba con el batí­n puesto y sólo llevaba las bragas. En cuanto rocé teta, pasó como en aquella serie de los 80 en la que se paraba el tiempo y tuve una visión lúcida de la situación. Me di cuenta de que tení­a 2 opciones:

1.- Volver a la habitación, chatear por el messenger como un puto loser a las 12 de la noche y cascármela antes de dormir como siempre.

2.- Follar con una pava exótica, con el morbo añadido de es tu compañera de piso (recordemos que entre machos una hazaña semejante se equipara a desbloquear el equipo de Brasil Clásico en el Pro Evolution).

En el momento de tomar la decisión, más del 50% del riego sanguí­neo de mi cuerpo se concentraba, por decirlo de un modo sutil, en el hemisferio sur. Ni que decir tiene cuál fue la opción que elegí­...


El dí­a siguiente tuve un despertar tí­pico de sabor a sábanas ajenas, tortí­colis clásica de cuando duermes con una pava y una ligera sensación de remordimiento. Recuerdo que cuando estábamos empezando a darlo todo yo le decí­a "tí­a, estas segura?, que somos compañeros de piso" y a ella se la sudaba "pues me largo de casa si hace falta".. todo por yacer conmigo, la verdad es que fue halagador. Pero claro, mirándome a mí­ mismo, me veí­a así­: te acabas de liar con tu compañera de piso -----> potencial mal rollo en casa; la tí­a, además, es negra, que yo no soy racista pero ------> mi madre me deshereda; que vivimos con una tercera tí­a en casa y no sé si el equilibrio doméstico se va a ir a tomar por culo... en fins.

Estuvimos como 2 dí­as sintiéndonos extraños después de que esto pasara. Al tercero, intentamos tener una conversación normal y parecí­a que se reanudaba la cordial relación que habí­amos tenido hasta entonces... las tí­picas conversaciones de colegueo que tienes con un colega, o con un compi de piso, vaya... pero justo aquí­ es cuando empieza el percal "retorcido": en cualquier situación normal, cuando estamos solos, la tí­a se me tira. Le da igual que no me apetezca, que me aparte, que la rechace... ella me agarra fuerte y no se suelta, y claro... la tí­a tendrá cara de oso panda pero con 35 tacos tiene un cuerpo de escándalo, y hay algo raro en ella que me atrae misteriosamente. El caso es que después de 20 segundos de forcejeo, siempre me empalmo y cuando llego a ese punto, digamos que es el punto de no retorno. Me ciego; ya no tengo poder de decisión sobre mí­ mismo... y ella lo sabe.

Con el primer par de escarceos la cosa molaba, daba morbo, con el tercero, cuarto, quinto... ya tengo la sensación de que voy a remolque y de que la cosa se me ha ido de las manos, y además -no sé por qué- me da mal rollo que la otra se entere. El otro dí­a lo hicimos por primera vez estando la otra compi de piso en casa. Esta casa tiene 2 pisos, con los dormitorios arriba y el salón y la cocina abajo. Me esperó a que terminara de cenar y ahí­ se me tiró, y os juro que aquel dí­a no tení­a putas ganas, y ya la situación me empezaba a quemar.. pero también os digo que me di cuenta de LA DESGRACIA DE SER UN HOMBRE en ocasiones: tu fuerza de voluntad, tu orgullo y tu todo se esfuman en cuanto se te hincha el nardo... y ya puedes ponerte a pensar en niños mutilados en Kosovo o lo que quieras, que NO HAY nada que hacer. Acabamos echando uno de los cohetes más salvajes de mi vida en el salón de la casa, tirados en el suelo y bombeando como un salvaje en esta puta guarrada de moqueta, y para más inri dándome de hostias con el muslo derecho contra el pie del tendedero. Era una mezcla entre peli de Almodóvar, trainspotting y el cuchitril de Joe.

Los dí­as siguen pasando y ésta ya no se corta un pelo: entra en mi habitación sin permiso, incluso a veces estando la otra en su habitación (puerta con puerta con la mí­a). Le digo que se corte, que necesito también mi intimidad, y que, bueno... (aunque eso ya se lo dejé claro desde el primer dí­a) yo no buscaba una relación ni nada que supusiera una "continuidad afectiva o sexual"... me mola que si el tema surge, pues que surja, pero llegados a aquel punto las situaciones las forzaba ella y yo me sentí­a como un nabo con piernas.

A partir de aquí­ empieza la época a la que yo llamo "sonrisas y lágrimas". Forcejeos infructuosos en los que me imponí­a cada vez más, a veces hasta incluso conseguí­a que se largara. Puede que el tono que empleo y el modo de contarlo en plan "ligero" no transmita el nivel de agobio que uno siente cuando alguien te agarra y no te suelta, y te magrea, y le intentas quitar importancia al tema y no ponerte violento para quitarle hierro al asunto, pero la cosa ya pasaba de castaño a oscuro. Llegados a este punto ya se sucedieron varios episodios a lo Benny Hill: yo huyendo de ella en la cocina y ella corriendo detrás de mí­, acabábamos siempre dando vueltas a la mesa como gilipollas. En muchas de estas ocasiones, como he dicho, me poní­a ya serio y aunque estuviera semi empalmado hací­a un esfuerzo SOBREHUMANO por centrarme en el objetivo, que en ese momento era tratar de salvaguardar el poco criterio que me quedaba, al menos por el bien de mi salud mental. Tení­a que ponerme firme (en el buen sentido de la palabra). Entonces la mandaba a cagar y sentí­a de nuevo que volví­a a tomar las riendas de mí­ mismo.

Pero claro, en cuanto la hija de satán vio que yo podí­a evadir sus sucios movimientos, se empleó de fondo y AQUí ES CUANDO LE DOY EL NÓBEL... aquí­ hizo un movimiento digno del mismí­simo Karpov, movimiento al que yo llamo LA TÉCNICA DE KAITO. Este movimiento consistí­a en algo ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE de resistir para un hombre: esperaba a que me quedara sopa en mi habitación, y una vez así­, sabiéndome indefenso, la pava reptaba hasta mi puerta, entraba en la habitación y directamente se acercaba sigilosa por un lado de la cama hasta topar con mi pantalón... me lo quitaba lentamente y empezaba a chupármela.

Despertarse a las 4 de la mañana, o a las 6 de la tarde, ya tengas que trabajar 3 horas después o no; ya puedes estar sintiendo un seí­smo de la hostia acercarse o lo que quieras, que ni la caí­da de una puta bomba atómica hacen A UN HOMBRE PENSAR EN DECIRLE A LA TíA QUE DEJE DE COMÉRTELA. Y una cosa lleva a la otra, y es el cuento de nunca acabar.

Evidentemente, omito detalles. Otras veces entra y no es tan agradable; directamente mientras estoy sobando me despierto notando cómo me mete de nuevo la lengua hasta el gaznate y más allá. Es que encima besa fatal, es super animal...

Será que soy un sensibleras?

Desde luego me siento casi culpable y muchas veces me viene a la mente esa frase... "cuidado con lo que deseas"...

De momento voy encontrando soluciones: llevo 2 semanas cerrándome con llave por dentro cada vez que duermo.


¿Qué me sugerí­s vosotros? Mi novia dice que la tí­a está loca y que me tengo que largar de aquí­ como sea