Segunda entrega.

Iniciado por _OjO_, Enero 22, 2011, 09:27:16 PM

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_OjO_

En vista de la enorme acogida por la crí­tica y la exuberante salva de aplausos y ví­tores de mi anterior relato, les agasajaré con otro esperando que la acogida masiva sea tan buena o incluso mejor que la anterior.

De antemano, gracias.



Una de piratas.

La vida de Cholo comenzaba a las 4,30 de la tarde. Con el bocadillo en la mano, entre mordisco y mordisco, reclutaba sus fuerzas piratas, pecosas, faltos de algún diente, mocosas y con loro (se llamaba Tosco, tenia cuatro patas y ladraba)

Cholo enarbolaba la bandera negra (uno de los pañuelos de cabeza de su abuela), con la calavera medio despintada de tiza, en lo más alto de su buque (un vetusto Ford 4). Sobre un mar embravecido de escombros, basuras diversas y gran cantidad de matojos. Los piratas perseguí­an al mando del capitán “Cholo el Tuerto” los más extraños bajeles en busca de los botines más suntuosos.
Un pequeño bergantí­n blanco (nevera) que por fin llegó al alcance de las hordas piratas, bajo los más espeluznantes gritos, reportó un excelente botí­n (las rejas del interior) tras ardua lucha, en las que sus espadas y sables (de madera) se tiñeron de rojo (espero que mama no se entere de lo del carmí­n) por la histórica resistencia de los tripulantes de aquel valeroso bergantí­n.
No menos dura fue la toma del castillo Marrón (caja de cartón). Con que í­mpetu lanzaron multitud de andanadas de cañón (piedras y cascotes) que medraron poco a poco las defensas y estructuras de la fortaleza. A la voz de -¡Al ataque!- del capitán Cholo el Tuerto, se lanzaron con desenfreno en pos del tan preciado bastión del rey Negro, el más peligroso y malo de todos los reyes del mundo mundial.
A pesar de lograr capturar con facilidad el castillo Marrón, las fuerzas piratas tuvieron serias bajas.
.- Las rodillas de Tito “Pata palo” que tropezó en una piedra cuando corrí­a al asalto.
.- Un chichón en la cabeza de Carlitos “Garfio” recibido por Sindo “Barba Roja y Azul” cuando al dar un mandoble con su espada, se fue del tino y atizó a Garfio en la testa.
.- La camisa de Cholo el Tuerto, que se enganchó en el retrovisor de su barco al  salir pitando para el ataque..
Se incautarí­an del castillo completo. Este servirí­a para hacer una techumbre al alcázar de popa (el maletero)

Toda esta aventura terminaba al anochecer, cuando la voz de mama clamaba su presencia en casa. El gran capitán Cholo el Negro se despojaba de todo su mando, recibí­a las consabidas nalgadas por la rotura de la camisa (las del carmí­n llegarí­an más tarde seguramente) y lo metí­an en un mar distinto al de sus aventuras. Un mar insulso de jabón y espuma donde le restregaban sin pudor ni respeto al mayor y más valiente pirata de la historia.

Terminó para siempre cuando Cholo pasó a ser Nicolás…

Un saludo.