Microrelatos again

Iniciado por California, Abril 16, 2009, 03:52:13 PM

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California

Fantasmas cotidianos I

Gerardo Cifuentes, de cuarenta y siete años y cardiólogo de rancia reputación, creyó ver una figura de negro en la sala de espera de su consulta. Se sintió mal durante toda la mañana, así­ que a las doce en punto bajó los tres tramos de escaleras y recorrió el largo pasillo que conducí­a a la cafeterí­a. En algún momento de ese trayecto murió, pero no se dio cuenta de ello hasta que traspasó la puerta.

Mon


Porfirio

¡Pobre Juan!, todo el mundo se rí­e de ti. Te llaman desde lejos los chiquillos: "Juan", y tu vas corriendo, queriendo reí­r. Nunca puedes llegar cerca de alguno. Se te escapan, menudos, por entre las calles, y vuelves a quedar solo, limpiándote con la mano las babas que la risa y la carrera te han producido.

California

Fantasmas cotidianos II

Carmen Santamarí­a, la tristemente célebre poetisa que odiaba las flores y la hermenéutica del amor, escribió su inmortal poema Cenizas de amor incompartido después de haber sido violada por Celestino Bernal, el único hombre que habí­a conseguido traspasar la rocosa corteza de su hastiado corazón. Esa misma noche se entregó a una orgí­a febril de lágrimas y palabras que se prolongó durante tres dí­as eternos. Por fin, abrasada por un indefinible rencor, salió a la calle con un sobre que contení­a diez folios que describí­an una experiencia mí­stica y atroz. Fue justo después de haber depositado el sobre en un buzón de correos cuando leyó el titular del periódico: Celestino Bernal, el asesino de Carmen Santamarí­a, abatido a tiros por la policí­a...

Dan

Vania Kiriev, nacido Kronsky, dejó caer su maletí­n al llegar al espacio abierto y levemente amueblado del aeropuerto hamburgués. Treinta y cinco años después de denunciar a todos sus compañeros del puerto a la policí­a soviética, veintidós de convertirse en un engranaje estatal, se encontró frente a frente con Otto Leipzig, el único superviviente de aquellos tiempos de frí­o resentimiento. Cuando Otto, pálido como un muerto, sacó su arma reglamentaria y la dirigió hacia su pecho, sintió el calor reconfortante del reencuentro con un amigo perdido en el mismo momento que la bala destrozaba sus ví­sceras y se empotraba en un puesto de salchichas, unos metros más allá.

Mon


Dan

Sí­, deberí­a haber sido un puesto de hamburguesas, y cerraba el cí­rculo. Pero es que yo escribo muy mal.

California

Fantasmas cotidianos III


Habí­a una vez un forero llamado CHE, notorio por su falta de animosidad --que algunos incluso calificaban de buenrollismo-- y por una renuencia extrema a aparecer en cualquier clase de kedada. Hasta el 2 de mayo del 2009, en que decidió reunirse con otros foreros en torno a una paella ahumada y unas zamburiñas en el restaurante Kaiku, sito en el passeig Juan de Borbó nº 74 de La Barceloneta. Fue una celebración cordial, entre risas y exabruptos, en la que quedó demostrado que el talante abrasivo y pedregoso de los foreros llamados areopagitas era un un mero tecnicismo difí­cil de aplicar a la tosca y palmaria realidad. La cuestión es que tal acontecimiento, como era de prever, quedó inmortalizado en una serie de fotografí­as en las que se veí­a a los foreros en cautas y amaneradas poses --conscientes de que al dí­a siguiente iban a ser despellejados y triturados en el foro--, con la excepción del forero llamado CHE, cuyo asiento aparecí­a vací­o y ligeramente inclinado hacia atrás, como sosteniendo una marmórea presencia invisible.

California

#8
Fantasmas cotidianos IV


   Mario Hernández, alias "el cipayo", se sitúa en el centro y extiende los brazos en un vano intento de abarcar toda la porterí­a. Queda un minuto para el final del partido, un minuto para el final del campeonato, un minuto para la gloria o el infierno. Aprieta los dientes cuando el delantero sitúa la pelota en el punto de penalti. El silencio pavoroso del estadio le pesa dentro del pecho; es como si el corazón se le hubiera convertido en una roca. Duda entre tirarse a la izquierda o permanecer en el centro. En el último momento se decide e impulsa todo su cuerpo persiguiendo una pelota encendida como una bola de fuego.
   Mario Hernández murió de un ataque al corazón mientras volaba hacia la escuadra izquierda en el último minuto del último partido del campeonato. Fue un tiro seco al centro mismo de la porterí­a.
   En su dorada eternidad, Mario Hernández, desvió la trayectoria de un balón que se colaba por la escuadra izquierda con las yemas del í­ndice y el anular de su mano izquierda.
   En su dorada eternidad, Mario Hernández se coloca en el palo derecho de la porterí­a esperando el lanzamiento del córner, atrapar el balón y hacerse de una vez con la puta copa...


Dionisio Aerofagita

DISEÑO INTELIGENTE

En un futuro muy, muy lejano, la Ciencia avanzó tanto y los seres humanos se hicieron tan, tan listos que llegaron a demostrar de manera irrefutable que la evolución biológica es producto de un diseño inteligente. En un segundo momento, alcanzaron un descubrimiento aún más asombroso: la evolucion biológica no se debe a cualquier inteligencia, sino a una inteligencia propiamente humana en el sentido más estricto del término (ya por entonces se conocí­an las demás inteligencias y no habí­a manera de que encajaran en la rudeza y tosquedad del darwinismo). El tercer descubrimiento en este sentido se desplomó como una manzana newtoniana por pura causalidad sobre el intelecto de Leo Dradonius, joven y prometedor doctorando de la Universidad de Écija, en una frí­a mañana de noviembre. En aquella frí­a mañana de noviembre, Leo Dradonius, joven y prometedor doctorando de la Universidad de Écija, logró decodificar en el genoma del caracol vulgaris un mensaje dirigido a su persona y firmado por un tal Leo Dradonius, Catedrático de Universidad, en el que se enviaba gentilmente saludos a sí­ mismo y manifestaba que estaba encantado de conocerse.

Desde aquel dí­a, la Humanidad perdió la inocencia y comprendió que tení­a que darse prisa en producir la evolución de las especies para legitimar debidamente ante el Cosmos su propia existencia.
Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.

casio

#10
Dos algoritmos y una llamada.

Nada que hacer.

  Nada que querer hacer. Un no. Es tan fácil. Es mucho mas fácil que soportar la carga de un sí­.
  Lo vacio resuena mejor que lo lleno. De lo hueco nace lo que aún no es. Lo lleno solo es la memoria de lo que ya axfisió. La hierba de la sorpresa no crece en terreno ocupado, aun feliz.





Lo fundamental.



¿quien puede soportar a alquien que te mire un instante  a la cara para a continuación desviar la mirada y envarandose imperceptiblemente  decir : escucha, lo fundamental.........
Valiente hijo de perra. ¿como se puede utilizar ese lenguaje ? prefiero un insulto. Muérete con tus fundamentos.
 

               



! Ferdinand, vuelve !

Dionisio Aerofagita

#11
Fantasmas cotidianos ¿V?

Hercúleo Arándano, vigoréxico de profesión, oficinista en paro y padre de familia en los escasos ratos libres que le deja la agricultura corporal, se hincha y deshincha como un globo rojo mientras repite una vez más su serie -ahora con el doble de peso- al ritmo del chundachunda. Chunda brasileño chunda, que machaca la cabeza al son de los versos, también hinchados y deshinchados de Vinicius de Moraes "hoy es sábado" y el globo vigoréxico se infla y desinfla una vez más, animado por  un hálito de esteroides. El tiempo se ha detenido y la gente interrumpe sus series gimnásticas para contemplar al coloso en llamas levantando su carga atlante. Chunda chunda, "hoy es sábado", y Hercúleo Arándano berrea como un extraño animal a cada nuevo impulso de la serie, 7 org, 8 ooorrg 9 oooorg. "Hoy es sábado, mañana domingo" perogrulla Vinicius de Moraes, pero es mentira. Los sábados cierra el gimnasio. Todos lo están mirando con extrañas muecas, 12 oooooorg, 13 ooooooooorg, 14 ooooooooooorg. Sólo un esfuerzo más, piensa Hercúleo, y ya habrá terminado, pero no puede parar ahora que todos lo están mirando. "Hoy es sábado". Al terminar, por fin la serie y soltar su aliento en un último berrido, Hercúleo acaba de darse cuenta que al fin y al cabo la canción no miente. Sí que es sábado, pero no hay ninguna canción porque el gimnasio está cerrado. Ya no hay nadie mirándolo, ya no se clavan los ojos en sus músculos enrojecidos. Hace tiempo que recogieron los restos del globo reventado y que limpiaron la sangre. Ya sólo queda su aliento de esteroides soplando y resoplando entre las pesas. Bueno -se dice a sí mismo Hercúleo-, ya que estamos aquí, habrá que empezar una nueva serie...
Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.

California


Porfirio

Isabel da un brusco tirón mientras exclama: "-¡tengo que ir a Zaragoza! Estoy embarazada de mi tia Pura.  ¡tengo que sacarme esta mierda de dentro!"

Sor Marí­a sujeta las manos de Isabel mientras caga en el inmaculado vater del Hospital psiquiátrico.

California

Cita de: Porfirio en Mayo 13, 2009, 09:33:56 AM
Isabel da un brusco tirón mientras exclama: "-¡tengo que ir a Zaragoza! Estoy embarazada de mi tia Pura.  ¡tengo que sacarme esta mierda de dentro!"

Sor Marí­a sujeta las manos de Isabel mientras caga en el inmaculado vater del Hospital psiquiátrico.


joder, porfiriez, la verdad es que no sé si juzgar este escrito como surrealista, o sencillamente hiper-realista