El tardofranquismo al alcance de todos

Iniciado por Pornosawez, Febrero 17, 2007, 10:49:58 PM

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Pornosawez

-- Esto para areopago.es, ya que no tiene salida en viruete.com â€"

En estas fechas señaladas, en las que a uno le apetece tomarse un café en el bar Galaxia rodeado de gente abigotada, se nos olvidan los verdaderos sí­mbolos, el verdadero carácter del Ancien Régime que nos precedió. ¡Qué sencillo era anteriormente ir a la estatua del caudillo! ¡Qué emoción al alzar el brazo! Se conocen catedráticas del departamento de historia medieval en la complutense que lo hicieron, llorando ante la partida de ese genio legionario que inventó el Cola Cao.

Galaxia cerrada, el monumento a Ramón Fr. inaccesible, la estatua del papá semiótico de Vázquez Montalbán - ¡Grotesco personaje!- quitada. Queda el Valle al lumpen autopelado, a los Skin-Cubos que buscan referentes después de que ochaí­ta pegara a medio BCN en la final de Baloncesto.

Queridos amigos, queridos ultraderechistas, hay un lugar más cercano. Más verdaderamente franquista, más casposamente finisecular, donde los tecnócratas decidí­an el estado del paí­s y de sus cuentas.



En efecto ¿Quién ha clamado alguna vez por los sí­mbolos del tardofranquismo? Todos conocemos el Valle de los Caí­dos (trabajando), el monumento a Juan(ito) Yagí¼e en plan mecanicismo castellano (¡Eironeia!). el bar cerca de Despeñaperros donde van los tontos del Mondo Brutto hacer franquismo pop-kitch, pero ¿Dónde están los sí­mbolos del tardofranquismo? ¿Dónde están los ministros con la crucecita al cuello? ¡Con sus camadas (¡Manadas dirí­a Maruja Torres! ¡Envidia de mujer escasamente horadada!) de pequeñines, futuros protagonistas de las canciones de Hombres G¡

Sí­ amigos, Capitán Haya, ese calle que Llamazares quiere quitar por algo más popular (Ceacescu, ese hombre nos parece un tí­tulo adecuado, de concordia...), fue el lugar en el que a través del Sol Meliá y la embajada de Emiratos írabes se movió la polí­tica internacional del franquismo. Es prácticamente imposible no imaginar a Manuel Fraga - ese funcionario modélico, ese árbol marmóreo craneal (¡Es una metáfora!) de cuentas y boletines del estado, con las manos hacia atrás (¡Hizo la guerra!) conversando en estos pasillos con algún jeque de la Arabia feliz. Y tan feliz: la clase polí­tica de la transición se perfila aquí­ como la perfecta simbiosis de la ausencia de separación entre lo público y lo privado. Condottieros de Panrico (cuyos consejeros glosó Atleta Sexual) decididos a hacer negocio por el Imperio hacia Dios.

Manolito descendiente del descubridor: Oye mufaki, todo de puta madre, te damos 40 hectáreas en Málaga y tú nos das suministro de petróleo.

Mufak-Al-Pknia: Hermano spangnolo, poca extensión. El reino de Alá no es de este mundo.

Manolito descendiente del descubridor: Sí­ sí­, todo bien con el profeta. Yo ejerzo el sincroquetismo o como se llame, pero dice el generalí­simo que lo tomas o lo dejas.


¡Cuántas dinastí­as forjaron sus primeros galones aquí­! Imposible no acordarse de esos hombres, catedráticos de todo, con gafas de pasta con un grosor superior a los grupos de los cinco últimos FIB unidos. La figura del tecnócrata inmarcesible, montado a caballo en el Rolls y llevando a un hombre vestido de virgen (¡Definición exacta del vestido árabe!) era frecuente aquí­, en Capitán Haya. Los tiempos, como el carné de militante de Jorge Verstrynge, han cambiado.

Ahora, este reducto de dignidad, de posibilismo con zapatos de rejilla, de palmeras mantenidas con litros y litros de agua en la meseta castellana imperial, se ha convertido en una especie de lugar de congresos, bodas y comuniones (¡Imposible diferenciar!) de sectores como el zapato, la braga de mujer (mujer, que dirí­a Aznar), o las siempre escasas prótesis dentales (En efecto, cerca de este lugar se ubicó la Asociación de Protésicos Dentales, a la vanguardia en la caza al elefante africano ¿?)

Reivindico su lugar en la historia. Quiero un monumento a Fraga con la inscripción “La nación al tecnócrata maniobrero” y en él el Rey Fahd regalando un reloj al hombre en cuya cabeza cabí­a un estado (y un bombí­n).
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga