Areópago

¿Son ustedes bárbaros nórdicos con los caninos hiperdesarrollados o epicúreos amantes de la moderación? ¿Compran chuletas de diez en diez kilos en la carnicerí­a de la Paqui o echan las tardes en el herbolario mientras discuten sobre la calidad de las tarrinas de toffu con su impotente dependiente? ¿Son ustedes dionisí­acos feroces que arramblan con lo que se les ponga por delante y dejan un reguero de sangre de vacuno a sus espaldas o disponen de una mini-báscula para pesar los cereales importados con muesli del desayuno como sacerdotes órficos?

Pregunto , hostia.

Lace, creo que estábamos pensando en lo mismo. Mi repuesta:

http://www.areopago.eu/index.php?topic=4312.0

Olvidas la medianí­a en la que transcurre la vida de la mayorí­a. ¿Trabajas en el Cosmopolitan?

Lo que se me pone por delante a menudo, me cuido ocasionalmente. De modo que aquí­ estoy, cuellitoro tejonesco y feliz porque aún queda un huevo para el verano, por fin ha llegado el frí­o y qué leches, los gorditos somos gente feliz.

CitarLace, creo que estábamos pensando en lo mismo. Mi repuesta:

http://www.areopago.eu/index.php?topic=4312.0

Hostia , pues yo llevo dos dí­as comiendo empedrado -judí­as pintas , arroz , morcilla , chorizo y oreja - y disfrutando de los gratificantes efectos de un intestino turbulento pero feliz.
Además , a mi señora madre le ha dado por comprar yogures raros ; uno griego con pasas , piñones y avellanas y el gran invento del siglo : mousse de yogur con melocotón .

Teniendo en mente la foto que ronda por ahí­ en que aparezco vestido de troglodita, será fácil al areopagita lector visualizarme en uno de mis restaurantes tarraconenses preferidos en cuanto a calidad-cantidad-precio: "El racó del carní­vor" (o sea, el rincón del carní­voro). Allí­ sirven barra libre de costillares de cerdo con una salsa dulce de menta, patatas y ensalada, de forma que pagando un solo plato es posible repetir tantas veces como se desee.

Una vez al año, generalmente cuando llega el invierno y hay que acumular grasa para garantizar la supervivencia, voy a cenar con unos amigos a ese restaurante. Allí­ tengo por costumbre deglutir entre rugidos hasta seis enormes costillares, preferiblemente comiendo con las manos y arrancando pedazos de carne a dentelladas leoninas mientras la risa incontrolada provoca que caigan regueros de salsa y baba que me empapan la perilla, ante la mirada aterrorizada del resto de comensales.

Para compensar, el resto del año cocino exquisiteces selectas junto a mi pareja (que suele no acudir a la cena carní­vora para no horrorizarse), como fruta y verdura abundantes cada dí­a como un caballero, me sirvo raciones pequeñas, unto tostadas de foie y bebo vino dulce a sorbitos levantando el meñique. Vamos, como harí­a el fallecido 'a priori'.

P & L

Uuuuuh, yo tengo amigos y familia en Tarraco.
Tomo nota, ya sé dónde me llevarás a celebrar el I Año de Administración Sin Incidentes Carcelarios.

Un servidor, como bun vasco, es aficionado a esas comidas largas y húmedas que duran tres dí­as, sobre todo si se trata de recios productos terreños tí­picos del lugar.

Por ejemplo, cada vez que voy a ver a mis primos bercianos nos apretamos lacón con pimientos, un botillo y una compota de peras como está mandado, regado con un vinillo que no sé si lo ha recomendado alguien ya, se llama "Bembibre" y es de la bodega Dominio de Tares. Es excelente. Después nos metemos unos buenos orujos de un pueblo que se llama Quilós, aderezados con unas hierbas especiales que cultivan mis primos. Marihuana, vamos. No se emocionen: antes de consumir el THC suficiente como para notar algo, agarras un pedal que no te lames.

Mi suegra, catalana ella, prepara esqueixadas de bacalao, escudella y calí§ots cuando llega la ocasión, y mi madre compite por mis favores atiborrándome los domingos con paellas de marisco, bacalao a la vizcaí­na, merluza en salsa verde y alubias con sacramentos. Cuando voy a ver a mi hermana a Miranda solemos cogernos el coche e irnos a algún rinconcito cercano a darnos un buen homenaje en forma de lechazo asado. Y con mi tí­o el riojano hemos conseguido alcanzar la perfección chuletillera y sardinera mediante la combinación fuego de sarmiento y hojas de vid. Y mi difunta abuela preparaba unas quijadas de bacalao con arroz y patatas que te hací­an bailar las papilas, y un guisado de jabalí­ con ní­scalos de esosde quedarte sin pan de tanto rebañar.

Y el mejor postre que imaginarse pueda: goxua. Una capa de nata montada, ota capa de bizcocho preferiblemente borracho, otra capa de crema pastelera, y un último toque de caramelo por encima por eso de aligerarlo un poco. Orgásmico.

En fin, que me gusta comer. 

Cita de: Dan en Noviembre 30, 2006, 11:21:44 PM
Uuuuuh, yo tengo amigos y familia en Tarraco.
Tomo nota, ya sé dónde me llevarás a celebrar el I Año de Administración Sin Incidentes Carcelarios.

Hecho, a ver cuándo te pasas por Tarraco Imperial.
Estoy intentando que vengan a forear varios tarraconenses a los que aprecio: a ver si pican y llegamos a masa crí­tica suficiente para organizar un Tarracópago.

Citargoxua. Una capa de nata montada, otra capa de bizcocho preferiblemente borracho, otra capa de crema pastelera, y un último toque de caramelo por encima por eso de aligerarlo un poco.

Ese gemidito que están oyendo de fondo es mi orgasmo, no hagan caso.
("Goxua", tomo nota).

P & L

Citar¿Compran chuletas de diez en diez kilos en la carnicerí­a de la Paqui o echan las tardes en el herbolario mientras discuten sobre la calidad de las tarrinas de toffu con su impotente dependiente?

Yo no compro comida. Yo entro en los corrales de ovejas y en los gallineros y me lí­o a bocaos con los bichos que haya.

Yo soy tan chulo, tan chulo, tan chulo que meo pretóleo
Yo soy tan chulo, tan chulo, tan chulo que cago melones...

(dijeron los Mojinos)

Si hay algo que agradezco enormemente a este foro, es haber conocido el hilo abierto para enseñar a cocinar a Che, y la página en la que colaboraba Beria.

Desde entonces me he adueñado de la cocina (esa gran desconocida para mí­ hasta aquél momento).

Compro de camino a casa, sólo lo que voy a cocinar ese dí­a, y tengo el armario de cocina lleno de tarritos de especias.

Ah, y tengo el recetario metido en el teléfono movil (así­ sé lo que tengo que comprar)

Cita de: Spiritofwine en Noviembre 30, 2006, 11:42:30 PM
....Cuando voy a ver a mi hermana a Miranda solemos cogernos el coche e irnos a algún rinconcito cercano a darnos un buen homenaje en forma de lefazo asado. ... Orgásmico.

En fin, que me gusta comer. 

¿En qué opción se supone inserta la desmedida aficción por la propia lefa?.

Por una parte es sutil y autegestionaria como comer algas.
Por otra parte es una cosa asociada al hecho de ser muy macho y el_por_huevismo ensangrentado asociado (violencia intrí­nseca al ordeño de uno mismo).

Estoy confuso, doña L.

Este verano intercambio móviles con Spirit y nos vamos con sus amigos, la puta, los mí­os no son así­, y eso que son de al lado. Putos montañeses.

Cita de: Bic Cristal en Noviembre 30, 2006, 11:45:20 PM

Cita de: Dan en Noviembre 30, 2006, 11:21:44 PM
Uuuuuh, yo tengo amigos y familia en Tarraco.
Tomo nota, ya sé dónde me llevarás a celebrar el I Año de Administración Sin Incidentes Carcelarios.

Hecho, a ver cuándo te pasas por Tarraco Imperial.
Estoy intentando que vengan a forear varios tarraconenses a los que aprecio: a ver si pican y llegamos a masa crí­tica suficiente para organizar un Tarracópago.

Citargoxua. Una capa de nata montada, otra capa de bizcocho preferiblemente borracho, otra capa de crema pastelera, y un último toque de caramelo por encima por eso de aligerarlo un poco.

Ese gemidito que están oyendo de fondo es mi orgasmo, no hagan caso.
("Goxua", tomo nota).

P & L

Es sencillo. Una tartera de barro, cubres el fondo con nata bien montada con azúcar. Después emborrachas un bizcocho de reposterí­a (el clásico redondo para tartas) o (atención briconsejo) sobaos pasiegos de mantequilla (intenta que no sean martí­nez, que sean mejores). Preferiblemente emborráchalo con licor dulce que no empalagoso (en casa uso ron). Sobre esa capa añade otra de crema pastelera que esté espesita, que tenga cuerpo (abajo digo por qué). Y cúbrelo con caramelo lí­quido o si te sientes estupendo, con azúcar caramelizado al momento al estilo de la crema catalana.

Mis amigos, cuando lo hago para culminar alguna comilona, siempre terminan protestando porque dicen que un postre tan contudente es más para merendar que para después de comer. Pero siempre repiten, los muy gorrones.

Por cierto, la crema tiene que estar espesa para que al meter la cuchara saquemos bien una capa de nata, otra e bizcocho y otra de crema y caramelo, sin que la crema se desparrame y se mezcle todo.

Una gozada de postre tí­pico vasco.