"Viaje con nosotros": Turismo areopagita

Iniciado por Bic, Marzo 11, 2007, 12:35:53 PM

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PP2000

...si alguno te envidia africanamente, digamos que con saña de secarral?, lee o no?

JM

In God we trust (sometimes, some pictures: http://www.areopago.eu/index.php?topic=888.msg574445#msg574445 )... (C) Extineo

45rpm

Oygan que han despenalizado el cannabis en tailandia, desde el pasado año, por qué he de enterarme in situ? Florecen tiendas y restaurantes a puntapala birlando negosi a putas y ladyboys.

defedef232

Tailandia, con un rey jefe de estado que está a loque de verdad importa
Quitame la mierda, haz favor (con esos ojillos tan bonitos que a Pavel Ahla` le'jha daado)

Afirmacionista

Un anciano que orinaba junto a la vía del tren, muere aplastado por una vaca "voladora". En la India. Cómo no.

https://www.20minutos.es/noticia/5122517/0/muere-anciano-aplastado-vaca-voladora-orinaba-lado-vias-tren/
Sancta Lejia, ora pro nobis.

defedef232

en Orense, pero les daba cosa publicarlo sin filtros
Quitame la mierda, haz favor (con esos ojillos tan bonitos que a Pavel Ahla` le'jha daado)

Carson_

#5481
Cualquier interrelación  necesita un tiempo para el descubrimiento del otro. Con las ciudades ocurre lo mismo. Cinco días son nada para conocer Praga, una ciudad que conserva los tonos pastel del régimen comunista, pero que yo, como turista, advierto menos grises y apuesto a que también su población. Ecléctica y a la vez homogénea. Me dio la impresión de una ciudad que aún no se sabe guapísima.

Un gran salto generacional: los mayores, una población amable, comedida, sacrificada como mis padres, y otra, los hijos que seguramente leen la historia reciente de sus progenitores en los libros de texto. Siento que los mayores no se saben ubicados en una ciudad maravillosa porque seguramente no lo fue. Pero tampoco a los jóvenes. Una sensación.

Museo comunista. Impresionante. Para los que coqueteamos con el comunismo en nuestra adolescencia, una bofetada, un zarandeo existencial que te devuelve a lo peor de la humanidad: maniqueísmo absoluto y despiadado hacia la persona. Hay joyas como los primeros trajes de astronautas, de modista, en la costosa carrera al espacio de "y yo más" mientras la población mendigaba abastecimiento.

Museo Franz Kafka. Las lecturas de Kafka te sacuden, es más, te expelen hacia un existencialismo cruel y cierto: la nada del individuo. Un placer observar facsímiles, una T remarcada en la parte horizontal como una cruz  de muerte (ahora morimos sobre todo de cáncer,  hace nada de tuberculosis: Chejov, Kafka, la Mansfield...)  Las fotos de sus padres, sus hermanas, sus amigos, sus novias, las cartas, te lo devuelven a una intimidad que no sé si él habría deseado que se expusieran públicamente. Adoro a Kafka desde la distancia, un escritor al que admiro y  no disfruto con sus lecturas. Una prosa seca, árida. Si hubiera que ponerle un color a Kafka sería el gris cemento tirando a negro. Un túnel negro con iluminación de prostíbulo (luces rojas a la salida)  y unos cajones archivadores negros supongo que evocadores de su etapa más burocrática (que ésta es otra, la "leyenda" de chupatintas, cuando él era abogado y escogió un trabajo de funcionario para poder escribir), te ofrecen un batiburrillo que no le digna. Luego la iluminación desastrosa de textos grabados sobre vidrio imposibles de leer por el reflejo cenital. Y menos fotografiarlos. Eso sí, estupendas las imágenes en movimiento de la Praga de principios del siglo pasado. Arquitecturas imposibles, como una especie de cúpula antepuesta a un edificio romo que me chocó desde el primer día, ya existía por 1900.

Conciertos. De coña sentarte cuando llegas agotada del viaje. Madame Butterfly. Soy una negada de la música. Ya sentada, con la misma ropa que llevaba desde las 4 de la madrugada, me enterneció ver a praguensas vestidas de lujo haciéndose fotos delante del telón del teatro. Espaldas al aire, vestidos ajustados, bovarys de una noche. Cincuenta euros es mucho dinero.

Una curiosidad, no he visto reír a nadie en Praga. Me atrevo a afirmar que siquiera sonreír. Tampoco a jóvenes corriendo, besándose. Me queda la imagen de la cajera de Billa, un supermercado estilo  Mercadona cercano al hotel donde íbamos a comprar cuatro cosas diarias. Ella llevaba  el ojo derecho vendado, a la hora que fuéramos seguía ahí, de cajera.  Pedía a gritos una baja. He buscado enlaces sindicales a la República checa y no los encuentro. Seguro que los habrá.

Museo del holocausto. Una sinagoga que rinde homenaje a las víctimas judías a través de sus paredes. Paredes y paredes y paredes escritas con nombres, apellidos, fechas de nacimiento y muerte que invita al recogimiento.  Seguramente también hay un recordatorio a las tres hermanas de Kafka. La sobriedad frente a la barbarie impone. En el piso superior un recopilatorio de dibujos de niños que te acercan a una realidad naif del terror.  Vida y muerte a través de la mirada infantil de la incomprensión. Algún atisbo de alegría en el infierno.

En la parte exterior un cementerio judío de los más antiguos del mundo en el que además de nombres y apellidos hay una especie de grabados que identifican la profesión y/o rango del fallecido. Piedras y monedas encima de algunas tumbas. Viendo un documental precioso de Agnès Varda, la de Cléo de 5 a 7, y a propósito de una visita a la tumba de Catier Bresson, depositó unas piedras en la sepultura para mostrar su respeto. En la cultura judía creo que se asocia más aun acto de purificación.

El museo Dox no suele aparecer en guías, vale mucho la pena. Rulaska, la ópera de Dvorak, compositor checo, pero también cuartetos de cuerda en cualquier iglesia o esquina.

Tranvía por la ciudad. Unas redes de comunicación estupendas y gratis, la rapidez de un metro con la ventaja de que te acerca al cielo.

Ya no tengo tanto miedo.

defedef232

Museo comunista. Impresionante. Para los que coqueteamos con el comunismo en nuestra adolescencia, una bofetada, un zarandeo existencial que te devuelve a lo peor de la humanidad: maniqueísmo absoluto y despiadado hacia la persona. Hay joyas como los primeros trajes de astronautas, de modista, en la costosa carrera al espacio de "y yo más" mientras la población mendigaba abastecimiento.

mierda seca untada en pantumaca paratodos
Quitame la mierda, haz favor (con esos ojillos tan bonitos que a Pavel Ahla` le'jha daado)

defedef232

Una curiosidad, no he visto reír a nadie en Praga. Me atrevo a afirmar que siquiera sonreír.

De hecho la Praga que retrata el de la Insoportable Levedad del Ser (que son dos libres, el frívolo y el tocho aun más frívolo, el que lee sabe leer entre líneas esto) era mil veces más divertida siendo, eso sí, tope soviética, tope con la cope (que es otra cosa bien soviética, pero eso sí dos veces milenaria)
Quitame la mierda, haz favor (con esos ojillos tan bonitos que a Pavel Ahla` le'jha daado)

Carson_

Sabía que responderías, también sabía que no te entendería.

Expláyate un poco más con Milan Kundea.

Carson_

Como tardas te contesto yo. Milan  Kundera no es uno de mis escritores favoritos. El título, La insoportable levedad del ser me parece incluso mejor que el contenido. Hay una clara referencia a lo poco que importamos, tú, yo, cualquiera.

El accidente final actúa como metáfora de tantas ejecuciones sumarias: ya no existes.

Dirás que eso pasa en cualquier lugar del mundo, bajo cualquier régimen. Sí, pero a veces un poquitito más y otras menos.


defedef232

La inmortalidad (Nesmrtelnost, 1990), Milan dice, lo escribió durante una década, veáse el año de la movida y como caía el muro, que ese libro era el que iba a llamarse La insoportable... ero que el editor le dijo que tira millas y pónselo a la cosa erótico-festiva que lo petó en mido universo... el caso es que es verdad que éste otro, tocho, pero no a nivel Dostojevski, dice más cosas de la condición humana... Carson, si no lo has leído, aun estás ha tiempo




y sí, no sabéis lo que os perdéis sin poner un Stalin en vuestra vida
Quitame la mierda, haz favor (con esos ojillos tan bonitos que a Pavel Ahla` le'jha daado)

45rpm

Ya que va museos comunistas, yo estuve visitando un gilimuseo de impedidos en la capital de Laos, gente que cincuenta años después de acabada la guerra secreta de usa vs laos, tienen la mala potra de pisar algún regalito de racimo que dejaron por ahí tirado los bombarderos de usa. Dicen que la historia la escriben los vencedores y por crìmenes contra la humanidad son condenados los perdedores, entonces, pregunta para nota, en realidad quien no perdió la guerra de vietnam y su excrecencia laosiana?

Otro rato comento sobre la s 21, en camboya, que tela.

defedef232

Roma nunca perdía guerras, solo batallas, a veces cuatro seguidas, que parecía milagro que aún quedarán dos o tres legiones siriacas disponibles
Quitame la mierda, haz favor (con esos ojillos tan bonitos que a Pavel Ahla` le'jha daado)

45rpm

... y atractivos monstruos les sonreirán.

La s21 en la capital camboyana fue un centro penitenciario de paso donde los jemeres rojos pasaban el tiempo torturando sospechosos, es decir casi todo dios que se cruzara en su camino. Los jemeres rojos idealizaban la figura del agricultor iletrado, de una pureza de alma no contaminada por un sistema educativo que según ellos solo producía individualismo, egoísmo, que corrompía primero el alma y después Camboya. En consecuencia se dedicaron a reclutar por las áreas rurales jovencillos follacabras analfabetos que, una vez ganada la guerra, también acabaron ejerciendo de guardianes en la s21. Sospechoso de traidor o enemigo al jemer rojo decíase de cualquier ciudadano camboyano con cierta edad, o cuya profesión denotara ciertos estudios, ya no digamos superiores, simplemente básicos. Calzarse gafas sobre la nariz ya era indicio de saber leer y la vía más rápida para terminar en la s21. Y de paso porque una vez redactada la declaración, el torturado abandonaba la s21 y procedían a liquidarlo en cualquiera de los mataderos designados para tal fin.  Hasta aquí reconoceréis que la exposición del caso pinta como inmaculada para engordar esa suerte de paracuellos versión internacional con que la caspa suele usar el genocidio de Pol Pot, el líder de estos angelitos.

Pena de los detalles. El primer detalle es que lo jemeres rojos duraron poco en el gobierno, no derrotados por ese colapso económico irremediable cuando uno extermina a todos los ciudadanos con +2 neuronas +2 lecturas, sino que hubo que echarlos a tiros por una coalición de democracias occidentales en nombre de los derechos humanos bajo al amparo de la ONU, el Papa y su puta madre con esto. Quien echó a los jemeres rojos fueron los comunistas prosoviéticos del vecino Vietnam, que ya venían entrenados en derrotar paranoias varias pero de otro signo. Los líderes del jemer rojo, pol pot en cabeza, encontraron asilo en Tailandia y en el asiento que la ONU estuvo concediéndoles durante una década con el rango de gobierno legítimo en el exilio. Si una cosa buena tiene el rincón del exilio es que da tiempo para pensar a no ser que te apellides puigdemont, y en esas los jemeres rojos renegaron de su marxismo y abrazaron el capitalismo a dios y a micky mouse, valga la redundancia, que de algo tenía que servir el apoyo de nuestras excelentes democracias occidentales que nos llevan de excursión.

El segundo detalle va de un preso australiano, un tipo con mala suerte que se estaba marcando su particular willy fogg alrededor del mundo y que tropezó en un puerto de camboya la semana que no tocaba. Lo detuvieron y lo llevaron a la s21 para que confesara trabajar para la cia la tia o la santamaria. El registro de su declaración es puro humor negro (entre otros disparates acabo cantando que fue reclutado por los servicios secretos de la kentucky fried chicken y el analfabestia que lo interrogaba así lo registró) con lectura entrelíneas de un estremecedora despedida a su madre, tenía claro su destino. En esa antigua escuela de cuatro barracones enormes que luego fue la s21 hoy se expone un museo de los horrores del genocidio. Y lo más terrorífico no son las habitaciones con somieres y útiles de torturar. No son el centenar de fotos carné de los guardianes cuyas miradas puedes catalogar entre bovinas, o cínicas, o bien de jovencillos asustados tratando de sobrevivir en un país enloquecido. Donde uno se viene abajo es al acceder a las salas con fotos de las víctimas, que se cuentan por miles y de las que solo se recuperaron un pequeñísima parte. Porque alguna de esas miradas a punto de interrumpir va a descomponerte y vas a querer salir de la sala pero inmediatamente vas a querer obligarte a presentar respeto a todas y cada una de ellas. Sin embargo al citar un caso , yo no he elegido entre los millones de comboyanos exterminados, he elegido uno de los escasos occidentales asesinados, el australiano, porque también la empatía es perversa y no pretendo encubrirme..

Una vez tenemos clara la naturaleza del regimen, básicamente ni comunista ni capitalista sino estrictamente psicópata, toca fijarse en quienes apoyaban a los jemeres rojos antes de descubrirse sus intenciones, quieren lo combatieron cuando su genocidio se materializo, y quienes los siguieron apoyando ya en el exilio. Y es que la empatía también es perversa al juzgar a los criminales y a los que les dan soporte. Y si os quedara alguna duda os invito que visitéis el museo del las víctimas del franquismo en Madrid, Paseo de la Castellana, número.. qué número era?

la la lala lala lalá ...