LA GUERRA CIVIL: Post de debate

Iniciado por Pornosawez, Mayo 28, 2006, 01:20:01 AM

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Pornosawez

Moa de Nuevo

UNA VISIÓN CRíTICA SOBRE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL
Un Gobierno contra la Constitución
Por Pí­o Moa
Hemos visto cómo desde la misma noche electoral del 16 de febrero se reabrió en España, con gran violencia, el proceso revolucionario que habí­a sido derrotado en octubre de 1934. Podrí­amos ver en ello un factor de deslegitimación del Gobierno de entonces, pero no es así­. Un gobierno puede tener que afrontar un perí­odo de desórdenes o desestabilización;
la cuestión en torno a la legitimidad es si lo afronta desde la defensa de la ley o contribuye a hundir ésta, rebasándola gravemente o colaborando con el proceso revolucionario.

Una lí­nea muy frecuente en la historiografí­a de la época afirma la legitimidad de los gobiernos de Azaña y Casares disociándolos de los disturbios causados por sus aliados izquierdistas, los cuales habrí­an sido explotados fraudulentamente por las derechas para hundir la República. En el peor de los casos, a dichos gobiernos sólo podrí­a acusárseles de insuficiente energí­a â€"algo subsanable en principioâ€" frente a la agitación reinante;
pero nada más. Ellos seguirí­an representando la legitimidad democrática de la República.

Pero, como ocurre con tantos otros mitos creados por la propaganda, no es así­ en absoluto: ya desde su mismo programa electoral el Frente Popular se situó frente a la ley y la democracia. Ese programa se ha presentado a menudo como moderado, por cuanto rechazaba explí­citamente algunas demandas de los partidos obreristas, tales como la nacionalización de la banca o la tierra;
pero en sí­ mismo era un monumento de palabrerí­a demagógica y un peligroso conjunto de contradicciones.

Proponí­a amnistí­a y reposición en sus cargos para polí­ticos, militares y empleados complicados en la revolución del 34, dando a entender que habí­an sido perseguidos por sus ideas o actuaciones polí­ticas normales, y justificando así­ la rebelión contra la legalidad;
al mismo tiempo anunciaba la persecución contra quienes habí­an defendido entonces la república. Prometí­a "independencia"
de la justicia… una vez ésta fuese depurada y reorganizada convenientemente, así­ como de la policí­a, con funcionarios "de cumplida lealtad hacia el régimen". Es decir, lealtad hacia la izquierda, pues ésta, desde Azaña a los más extremistas, consideraba el régimen republicano propiedad suya. Se trataba especialmente de depurar el Tribunal de Garantí­as Constitucionales, lo cual condenarí­a de antemano cualquier recurso de las derechas.

A estas medidas, que establecí­an un principio de ilegalidad y ataque a los principios democráticos, las llamaban, tan osada como pomposamente, "restablecer el imperio de la Constitución".

Ello aparte, las medidas contradictorias propuestas para estimular la economí­a y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, o la decisión de impedir "las prórrogas abusivas de los estados de excepción", constituyen un sarcasmo, vistos en perspectiva: el triunfo del Frente Popular vino acompañado del caos económico, el paro masivo y un estado de excepción permanente, con graves restricciones de los derechos ciudadanos, censura de prensa, etc. Como dato curioso, el programa se debí­a especialmente al polí­tico y jurista Felipe Sánchez Román… el cual se negó a firmarlo por considerar que no lo respetarí­an sus aliados obreristas (cosa que, por lo demás, no ocultaban éstos).

Azaña empezó su nuevo perí­odo en el poder con un discurso prometedor, muy bien acogido por las derechas:

"El Gobierno se dirige con palabras de paz (…) Nuestro lema es defensa de la República, República restaurada, y, por consiguiente, libertad, prosperidad y justicia en toda España. Unámonos todos bajo esa bandera en la que caben republicanos y no republicanos".

Pero sólo diez dí­as después de las elecciones proclamaba sus verdaderas intenciones ante una agresiva manifestación de izquierdas. Anunció que el programa se realizarí­a "para que la República no salga nunca más de nuestras manos". Un designio antidemocrático que suponí­a un cambio de régimen para transformar la República de una democracia liberal en algo parecido al PRI mejicano: quedarí­a una oposición testimonial y justificadora de una democracia inexistente en la práctica. El régimen mejicano, muy masonizado, era muy admirado por las izquierdas republicanas españolas, y respondí­a a un ideal de despotismo presuntamente ilustrado que también guiaba a Azaña, como hemos visto.

Los hechos corroborarí­an las intenciones. Como primera medida de fondo, el nuevo poder redujo sensiblemente, con una "revisión de actas", la representación parlamentaria de las derechas. Así­, la mayorí­a conseguida de forma dudosa por las izquierdas en febrero se arrogaba tiránicamente el papel de juez y parte para despojar a la CEDA de numerosos puestos de diputados. La CEDA, indignada, se ausentó de las Cortes para no legitimar tal desafuero, siendo acompañada de una salva de amenazantes acusaciones de golpismo. No sólo debí­a resignarse al despojo, sino legitimarlo con su presencia, en una clásica polí­tica de trágala. Mutilada todaví­a más, de esta forma, la oposición en las Cortes, la mayorí­a izquierdista se hizo simplemente arrolladora.

Otro peligro legal para la izquierda provení­a de las atribuciones presidenciales de Niceto Alcalá-Zamora. Azaña temí­a que pudiera usar sus prerrogativas para derribar su Gobierno, como habí­a hecho con los de Gil-Robles y Lerroux, y desde el primer momento se dedicó a intimidarlo, como él mismo explica, en tono burlesco, en sus cartas.

"[De momento] me contento con decirle atrocidades. No me falta más que sacudirle por las solapas. El hombre se encoge, se retuerce, mete los dedos en el tintero, se embolsa puñados de caramelos…".

Como el desdichado presidente invocase su derecho a hacer observaciones al Gobierno, le replicó: "Las hará usted mientras haya aquí­ alguien que se crea en el deber de escucharlas. En otro caso se las hará usted a los muebles";
y añade: "Esto es lo más suave que nos decimos".

Desde el principio pensaba Azaña en eliminar a Alcalá Zamora y ocupar su puesto, lo que llevó a cabo en combinación con su amigo Prieto, como la anterior maniobra para hundir a Lerroux y su Partido Radical. A tal efecto debí­an resolver varios problemas. El presidente tení­a autoridad para disolver dos veces las Cortes, pero quedarí­a automáticamente destituido si las Cortes posteriores a la segunda disolución determinaban que ésta habí­a sido arbitraria.

Mas, para empezar, la disolución de 1936, ¿habí­a sido la primera o la segunda? Habí­a habido una primera, en 1933, pero correspondí­a a las Constituyentes, y muchos opinaban que no debí­a entrar en las dos del derecho presidencial, con lo que la de 1936 serí­a la primera y no podrí­a ser juzgada por las Cortes. Así­ pensaba don Niceto, y Azaña habí­a compartido esa interpretación, como observa en sus diarios, considerando demagógica y peligrosa la contraria. Sin embargo, una vez vuelto al poder, Azaña perdió todo escrúpulo y resolvió considerar la disolución de 1936 como la segunda. Con ello quedaba sentenciado don Niceto, dada la enorme mayorí­a parlamentaria izquierdista.

Claro que habí­a un segundo problema: existiendo tal conflicto legal entre la interpretación de las Cortes y la de la presidencia, debí­a dictaminar el Tribunal de Garantí­as Constitucionales. Pero Azaña y Prieto decidieron, nuevamente, constituir a las Cortes en juez y parte e imponer su criterio, lo cual constituí­a algo muy parecido a un golpe de estado.

Y el tercer problema no era, en principio, menos peliagudo. La disposición legal sobre la segunda disolución tení­a por objeto frenar el posible despotismo presidencial. Si en las elecciones subsiguientes ganaba el mismo partido que habí­a sido expulsado del poder por el presidente al disolver las Cortes, quedaba claro que la disolución habí­a sido innecesaria, y dicho partido podí­a entonces expulsar al presidente por su arbitraria conducta. Así­ habrí­a obrado la CEDA, seguramente. Pero el Frente Popular debí­a su victoria, precisamente, a la decisión de don Niceto, y declararla improcedente equivalí­a a declarar el derecho de la CEDA a seguir gobernando, y por tanto el carácter improcedente del propio Gobierno izquierdista. Si a alguien debí­a el poder Azaña, era al hombre a quien querí­a eliminar.

Los tres problemas fueron resueltos de modo golpista, como señala, con razón, su ví­ctima. El 7 de abril Prieto presentó a las Cortes una proposición:

"Los diputados que suscriben, atentos únicamente a la suprema razón polí­tica de asegurar en todas las instituciones del Estado republicano la observancia y la defensa de la Constitución, proponen que las Cortes declaren que no era necesario el decreto de disolución de Cortes de 7 de enero de 1936".

Pocas veces se habrá desafiado la verdad y la decencia con tal cinismo, ¡y en nombre de la Constitución! Martí­nez Barrio, presidente interino mientras se cumplí­a la formalidad de sustituirlo por el propio Azaña, lamenta en sus memorias el golpe asestado a la legitimidad del Gobierno, y recuerda la ceremonia de su nombramiento más como "velada fúnebre que fiesta de recién nacido. Nos habí­amos lanzado por uno de esos despeñaderos histórico que carecen de toda posibilidad de vuelta". Azaña, en cambio, estaba eufórico:

"Dejo aparte el placer estético de la operación, que no es pequeño. Seguimos destituyendo peces gordos, no va a ser sólo Don Niceto. No se me olvida ninguno".

En mayo pasaba a presidir él mismo la República, dejando como jefe de Gobierno a su amigo Casares Quiroga.

Habí­a una especie de justicia poética en la caí­da, un tanto ignominiosa, de Alcalá-Zamora a manos de aquellos a quienes tanto habí­a favorecido. Gil-Robles se lo habí­a vaticinado.

Faltaba una tercera columna al poder antidemocrático que estaban erigiendo los republicanos de izquierda: el control del poder judicial, que pronto tomó rasgos grotescos. Pronto se arrogó el ministerio el nombramiento directo de los cargos de la justicia municipal, y el 9 de junio se creaba un tribunal especial para vigilar a los magistrados, formado con mayorí­a de presidentes de asociaciones de izquierda y ultraizquierda. Observa Gil Robles:

"La ley consumaba la monstruosa paradoja de que para enjuiciar a un magistrado o a un juez, bastaba saber leer y escribir, mientras que todos los demás ciudadanos habí­an de ser juzgados por quienes demostrasen una capacidad suficiente".

Al dí­a siguiente, otra ley concedí­a a una asamblea de 75 miembros, con hegemoní­a gubernamental, la elección del Tribunal Supremo. Medidas tales anulaban a un poder judicial acobardado. Apenas hubo protestas o gestos de independencia entre los jueces.

Algo semejante ocurrió con la policí­a. Nada más revelador que las circunstancias del asesinato de Calvo Sotelo. El crimen tomó como pretexto la venganza por otro asesinato, el del teniente Castillo, de la Guardia de Asalto, a manos de ultraderechistas. Castillo habí­a participado en el movimiento guerracivilista de 1934, y actuaba como instructor de las juventudes socialistas, lo cual, en la práctica, significaba instructor en terrorismo.

El director del secuestro y asesinato de Calvo Sotelo, el capitán Condés, de la Guardia Civil, repetí­a los rasgos polí­ticos de Castillo. De hecho, los órganos de seguridad del Estado se estaban convirtiendo, en buena medida, en auténticos grupos terroristas, que organizaban razzias contra las derechas con la colaboración de milicianos del PSOE. El caso de Calvo Sotelo fue sólo la culminación del proceso.

Serí­a mucho decir que el Gobierno estaba contento con estas derivas. En buena medida se sentí­a desbordado, pero no cabe duda de que habí­a sido él, habí­an sido los republicanos de izquierda encabezados por Azaña, quienes habí­an emprendido la destrucción de la legalidad e intentado crear un nuevo régimen de hecho, al estilo mejicano.

Pero, mientras en Méjico una oligarquí­a extremadamente corrupta controlaba la situación, en España se estaba viendo desbordada, sobre la marcha, por sus aliados más radicalizados y utópicos.
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga

k98k

Cita de: alvaro en Junio 30, 2006, 01:13:46 PM

Pero otra cosa, Hitler no pisó España porque le llegaba con que Franco le devolviese la ayuda con la minerí­a y tal (que es precioso: yo te ayudo a destruir tu paí­s, pero luego me lo pagas con los recursos que queden) Y es que España, excepto por eso, era un solar. Haciendo historia ficción, de no haber traición de Casado ¿hubieran los ingleses desembarcado en España para ayudar a Negrí­n?

Hitler si no hubiera tenido a la Urss tranquilamente hubiera entrado en España, porque hubiera tenido tropas suficientes para continuar el muro del Atlántico y de paso cerrarles el estrecho de Gibraltar, hubieran quitado de enmedio a Franco y hubiera puesto a alguien más de su agrado bien militar proalemán o falangista y nosotros nos hubieramos quedado sin las Canarias.

Pero si los ingleses no habí­an tomado partido en la campaña del Norte, que era donde se cocí­an sus intereses, no lo iban a tomar bajo ningún concepto, la City habí­a tomado partido y encima las explotaciones británicas de Huelva y demás operaban tan ricamente con el bando nacional, que ellos estaban encantados.

JM

Hitler si no hubiera tenido a la Urss tranquilamente hubiera entrado en España, porque hubiera tenido tropas suficientes para continuar el muro del Atlántico y de paso cerrarles el estrecho de Gibraltar, hubieran quitado de enmedio a Franco y hubiera puesto a alguien más de su agrado bien militar proalemán o falangista y nosotros nos hubieramos quedado sin las Canarias.

Y puestos a suponer, hubiera este hecho influido en un alargamiento de la 2GM, o incluso en un final bastante diferente al que tuvo ?
In God we trust (sometimes, some pictures: http://www.areopago.eu/index.php?topic=888.msg574445#msg574445 )... (C) Extineo

Andresito

Creo que (por más que esto horrorice a los partisanos del Mito de la España Heroica y Eterna, umbilicus mundi) la actitud de las potencias extranjeras debe ser entendida a la luz de la absoluta marginalidad de España en el contexto europeo e internacional. Y es que al margen del interés general en sacar la mayor tajada posible del pastel español, el futuro régimen polí­tico de España se las traí­a completamente al pairo tanto como se las tuvo la dictadura de Primo de Rivera o la proclamación de la República. En ese sentido, la conclusión de la guerra tuvo tanta incidencia en los acontecimientos posteriores como la contemporánea Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia.

Bambi

¿Y les importaba más Checoslovaquia, el corredor del Danzig y todo eso? creo que ni tanto ni tan calvo, ak-47

Andresito

La zona desmilitarizada de Renania, los sudetes y Danzig fueron importantes en cuanto a sí­mbolos del expansionismo alemán, de que Alemania seguí­ siendo el mismo peligro para el orden internacional que el 1914 y que por tanto era necesario actuar en consecuencia. En ese sentido sí­ les importaba mucho más. Ver como contraste la completa indiferencia de las potencias occidentales hacia los expansionismos italiano y soviético.

Pornosawez

Cita de: AK-47 en Junio 30, 2006, 10:37:34 PM
Creo que (por más que esto horrorice a los partisanos del Mito de la España Heroica y Eterna, umbilicus mundi) la actitud de las potencias extranjeras debe ser entendida a la luz de la absoluta marginalidad de España en el contexto europeo e internacional. Y es que al margen del interés general en sacar la mayor tajada posible del pastel español, el futuro régimen polí­tico de España se las traí­a completamente al pairo tanto como se las tuvo la dictadura de Primo de Rivera o la proclamación de la República. En ese sentido, la conclusión de la guerra tuvo tanta incidencia en los acontecimientos posteriores como la contemporánea Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia.

No es tanta marginalidad un paí­s que organiza la Conferencia de Algeciras, que controla (en parte) el paso del estrecho y que fue clave en el devenir de la primera guerra Franco-Prusiana.

La actitud no se basa en eso, se basa en la pusilaminidad de las cancillerí­as europeas al sacrificar España (o mejor dicho el frente popular, que no somos Rafael Torres y tenemos estudios) por desprecio ideológico o por evitar (y esta es la opción obvia) una nueva guerra europea.

Y la consecuencia directa de esta guerra, fue el pacto germano-soviético.
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga

Bambi

la guerra Franco-Prusiana habí­a sido sesenta años antes, alma de tocino, no veo yo a las potencias mirando el ministro de defensa a los ojos al presidente, sudando ambos, y sentenciando: fueron fundamentales en la guerra franco-prusiana, tenemos que hacer algo

yo me inclino por que Inglaterra en principio no querí­a desencadenar la IIGM por lo de España, y tragó sapos y culebras (recordemos que chamberlain no era muy brillante) y luego, tras ganarla, pues no iban a sacrificar ni un solo hombre para quitar a Cerillita, qeu se pusiese vete tú a saber qué, y sobre todo porque el Caudillo ya les habí­a implorado "neutralidad".

con todo, nos tuvieron veinte años dejados de la mano de dios

Ariete

#143
Cita de: alvaro en Junio 30, 2006, 01:13:46 PM
Pero otra cosa, Hitler no pisó España porque le llegaba con que Franco le devolviese la ayuda con la minerí­a y tal (que es precioso: yo te ayudo a destruir tu paí­s, pero luego me lo pagas con los recursos que queden) Y es que España, excepto por eso, era un solar. Haciendo historia ficción, de no haber traición de Casado ¿hubieran los ingleses desembarcado en España para ayudar a Negrí­n?

Himmler en cambio si estuvo visitando España en 1940. fue al Monasterio de Monserrat y a Toledo en busca del Santo Grial. Por suerte no lo encontró, porque un chupito de agua santa con ese cáliz a cada soldado alemán en el frente y habrí­a cambiado el curso de la guerra. Habrí­a sido el arma definitiva, más que los panzers, los V-2 o la bomba atómica.


P.D.: menos mal que Indiana Jones lo impidió

Agarkala

#144
Antes habrí­an entrado los Nazis, y puesto un gobierno tí­teres.

Yo como mi ideologí­a no está con una República socialista (ni lo estará jamás) no puedo sino alegrarme.


Ni en la de Negrí­n, más bien partidario de República Burguesa.

Hubieran entrado los nazis, encumbrado a Falange y puesto a algún germanófilo de pro (Serrano Súñer?). Vale, y ? No creo que ese factor hubiera influido demasiado en la derrota final de Adolfo, y a la postre hubierámos tenido maravillosas fotiquis de los GI's desfilando por la Castellana.

El intento de Negrí­n de enlazar con la II GM no tiene nada de fantasioso, al contrario, era una posibilidad bastante real. Aunque yo creo que la idea era una intervención francesa, más que británica. En el contexto de una guerra europea, Inglaterra ya no hubiera tenido motivos para negar a su aliado una intervención en España.

¿ Un tí­tere de la URSS, Caver ? Deja de beber, anda. Para la época de la ofensiva del Ebro, Alemania y la uRSS se han llevado el tablero de ajedrez a otra parte, y firman el pacto Ribbentrop-Molótov. ¿ Cómo hubiera podido la URSS "salvar"
a la República entonces ? ¿ Para qué quiere un tí­tere en el culo del mundo ? En 1936 puede que sí­, pero en 1938 no hay ninguna intención por su parte, porque simplemente no les vale para nada;
el coste es grande y el beneficio muy escaso. Incluso podrí­a tener efectos negativos en la polí­tica estalinista de ganar tiempo. Sólo podrí­an haberla salvado en 1938-39 las democracias burguesas, concretamente los franceses. Creo que la URSS nunca se planteó en serio hacer de España un tí­tere suyo. Si no, hubiéramos vito estupendas fotiquis de decenas de miles de soldaditos rusos desfilando por la Castellana.

Edito: Las directrices de la URSS respecto a la guerra de España fueron dos: impedir una revolución obrera al margen de la soviética, y mantener entretenida a Alemania.

Pornosawez

Ni en la de Negrí­n, más bien partidario de República Burguesa.

Una cosas son las declaraciones, y otras los hechos. De ser en verdad republicano, Negrí­n no se habrí­a entregado al PCE de la forma en que lo hizo.

Hubieran entrado los nazis, encumbrado a Falange y puesto a algún germanófilo de pro (Serrano Súñer?). Vale, y ? No creo que ese factor hubiera influido demasiado en la derrota final de Adolfo, y a la postre hubierámos tenido maravillosas fotiquis de los GI's desfilando por la Castellana.

La victoria de la República satelizada por la URSS, habrí­a impedido cualquier asalto de los Nazis por lo menos hasta su plan final. Es dificilí­simo hacer historia ficción, puesto posiblemente que el pacto Molotov-Ribbentrop es consecuencia del fracaso de la Guerra Civil, como por la asunción de Hitler y sus generales que era difí­cil la guerra en dos frentes.

En el caso de invasión, posiblemente hubiera sido un caso parecido a la italiana: Polí­tica corrupta con coaliciones para impedir que el PCE gobernara.

El intento de Negrí­n de enlazar con la II GM no tiene nada de fantasioso, al contrario, era una posibilidad bastante real.

Es fantasioso por el pacto Molotov-Ribbentrop. Ahí­ la URSS vende, tal cual, a la República frentepopulista. El enlace, con la paz armada entre las potencias totalitarias, se harí­a sumamente difí­cil, tanto por la posición de Francia (que desaparece) o Inglaterra (incapaz de hacer un desembarco) como por la tardí­a entrada americana.

Las guerras son un conjunto de piezas de domino, y con un resultado adverso de la guerra civil es incluso posible que Hitler no hubiera declarado la guerra hasta más tarde. Es el terreno, claro, de la historia-ficción.

Aunque yo creo que la idea era una intervención francesa, más que británica. En el contexto de una guerra europea, Inglaterra ya no hubiera tenido motivos para negar a su aliado una intervención en España.

El problema es que piensas que los Nazis habrí­an atacado una España satelizada por la URSS, cuando no empezaron la conquista anticomunista hasta poco después. ¿La habrí­an hecho estando rodeados por dos extremos y con Inglaterra previsiblemente aportando ayuda marí­tima?

¿ Un tí­tere de la URSS, Caver ? Deja de beber, anda. Para la época de la ofensiva del Ebro, Alemania y la uRSS se han llevado el tablero de ajedrez a otra parte, y firman el pacto Ribbentrop-Molótov. ¿ Cómo hubiera podido la URSS "salvar"
a la República entonces ?


Era un tí­tere, pero un tí­tere vendido. Ese pacto, que he mencionado antes, es el que me hace muy reservado respecto a una intervención de los aliados (¿Declarar la guerra a un satélite de la URSS?) por lo menos de primeras. Y la conquista de los Nazis es también dudosa.

¿ Para qué quiere un tí­tere en el culo del mundo ?

Gibraltar no es el culo de El Mundo. La opiniones de "somos una mierda"
en un paí­s como España, muy importante por la geopolí­tica, no tienen sentido.

Incluso podrí­a tener efectos negativos en la polí­tica estalinista de ganar tiempo. Sólo podrí­an haberla salvado en 1938-39 las democracias burguesas, concretamente los franceses.

...Le repito que Francia no existe bélicamente.

Creo que la URSS nunca se planteó en serio hacer de España un tí­tere suyo. Si no, hubiéramos vito estupendas fotiquis de decenas de miles de soldaditos rusos desfilando por la Castellana.

Por lo menos hasta el 37-38 si lo intentan de manera seria. Uno no moviliza sus servicios secretos, sus militares, sus asesores, para no obtener nada. Y, por supuesto, el gobierno frentepopulista nunca actuó en contra de esto tanto por una polí­tica de hechos consumados (las democracias no iban a apoyar a una República cuyas fuerzas de Seguridad habí­an asesinado a un lí­der de la oposición polí­tica) como por afinidades ideológicas (grandes, aunque cambiantes. Con todo, Largo fue cesado al expulsar al Embajador soviético de sus despacho. ¡Qué contraste con el maquiavelismo de Franco!)

Edito: Las directrices de la URSS respecto a la guerra de España fueron dos: impedir una revolución obrera al margen de la soviética, y mantener entretenida a Alemania.

Sí­ ¿Y eso es poco?
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga

Agarkala


El problema es que piensas que los Nazis habrí­an atacado una España satelizada por la URSS,

El problema es que estás equivocando el escenario. Si hacemos polí­tica-ficción, hagámosla bien. Los nazis hubieran atacado una República, que de haber estallado la II GM en 1938 no hubiera sido salvada por la URSS. La URSS no tiene interés en España a esas alturas;
es por eso que Negrí­n juega la única carta que puede jugar. Y es por ello que no se tratarí­a de un satélite soviético, con lo que Adolf hubiera tenido manos libres para hacer lo mismo que con Bélgica, Holanda o Dinamarca.


En el caso de invasión, posiblemente hubiera sido un caso parecido a la italiana: Polí­tica corrupta con coaliciones para impedir que el PCE gobernara.


Estoy de acuerdo.

Gibraltar no es el culo de El Mundo.

Gibraltar no es España. Gibraltar queda lejos de las garras del Komintern. Y si hay algún paí­s para el que es menos estratégica, es precisamente para la URSS.


...Le repito que Francia no existe bélicamente

No me caiga en el manido error teleológico. Eso lo sabemos ahora, creo que en 1940 ni siquiera el OKW esperaba una victoria semejante. En 1938 Francia era bélicamente hablando, temida y respetada.

Por lo menos hasta el 37-38 si lo intentan de manera seria. Uno no moviliza sus servicios secretos, sus militares, sus asesores, para no obtener nada

Seria es la Legión Condor o el CTV. Los movilizó para conseguir los dos objetivos que te explicaba, y que no, no es poco.


las democracias no iban a apoyar a una República cuyas fuerzas de Seguridad habí­an asesinado a un lí­der de la oposición polí­tica


Si, va a ser por eso. Demagogia no, estábamos hablando de geopolí­tica.

Pornosawez

El problema es que estás equivocando el escenario. Si hacemos polí­tica-ficción, hagámosla bien. Los nazis hubieran atacado una República, que de haber estallado la II GM en 1938 no hubiera sido salvada por la URSS.

No hubiera sido salvada por nadie ¿O es que olvidas la situación bélica anterior a la guerra? Francia era considerablemente inferior, y el Reino Unido no habrí­a gastado ni uno de sus hombres en salvarnos. Sólo la URSS por su grado de intervención en la guerra tení­a posibilidades. Estamos hablando de un paí­s pseudo-industrial, no de una colonia. Serí­a muy difí­cil dominar un paí­s como España con un simple cuerpo expedicionario.

La URSS no tiene interés en España a esas alturas;
es por eso que Negrí­n juega la única carta que puede jugar. Y es por ello que no se tratarí­a de un satélite soviético, con lo que Adolf hubiera tenido manos libres para hacer lo mismo que con Bélgica, Holanda o Dinamarca.


Es cierto que no tiene tanto interés, pero establecer que Negrí­n pretendiera una democracia (!¡) después de haber permitido lo que permitió es de locos. La invasión por un tercero hubiera purgado a toda la vieja polí­tica. El tema es que en 1938 la polí­tica española carecí­a del más mí­nimo liberalismo. Estás pensando en una especie de intelectuales ateneí­stas, en plan Cánovas o Castelar, haciendo el papel que hicieron en Italia, cuando todos ellos renegaron tanto de la República como del Franquismo. Es imposible, era imposible, establecer una democracia estable tal como pretendí­a Azaña, y ese régimen tendrí­a, como mí­nimo, que ser tutelado por largo tiempo por potencias extranjeras.

Es lo que suele decir Moa, con razón: Gran parte de la oposición al franquismo no era democrática. Ese es otro argumento de ficción muy de los años 70, con los especiales de Historia16 de Julio Aróstegui.

Ahora, si te refieres a una invasión en 1945 por los aliados y que derrocara a Franco, aunque difí­cil si habrí­a dado fruto. Uno, porque ya se habí­an dividido claramente la geopolí­tica mundial (elemento por lo que siempre dudo del plan de Negrí­n), y dos, porque el régimen todaví­a no estaba consolidado (época de pasteleo de Don Juan, y la opción de mediación inglesa de otra Restauración)

Con todo, para mí­ la clave es los flujos de poder internacionales. Por eso el plan Negrí­n es imposible, y por eso justifico el golpe del pobre General Casado, que vio más guerra que el Doctor y muchas más muertes.

Estoy de acuerdo.

Lo cual tampoco es un modelo ejemplar...

Gibraltar no es España. Gibraltar queda lejos de las garras del Komintern. Y si hay algún paí­s para el que es menos estratégica, es precisamente para la URSS.

...Controlar los estrechos SIEMPRE, SIEMPRE, será estratégico. Y el comercio mediterráneo le interesa a cualquiera con el más mí­nimo cerebro. Otra cosa es que tener una España satelizada y un este combativo podrí­a hacer más sencillo el control de las antiguas democracias, aunque después de Yalta esta estrategia se paralizó por la acción de EEUU.

No me caiga en el manido error teleológico. Eso lo sabemos ahora, creo que en 1940 ni siquiera el OKW esperaba una victoria semejante. En 1938 Francia era bélicamente hablando, temida y respetada.

Una cosa es lo que se decí­a, y otra lo que fue. A Francia la liberan los americanos. El poder Nazi fue total y absoluto. Los tiempos de Valmy se quebraron para siempre con la guerra franco-prusiana. La primera guerra mundial es un espejismo, puesto que fue más una guerra de posiciones que de avanzadilla.

Y todo ello lleva a lo que yo digo: Francia era incapaz de defenderse, como para defender a otro paí­s.

Seria es la Legión Condor o el CTV. Los movilizó para conseguir los dos objetivos que te explicaba, y que no, no es poco.

Pero lo de "controlar las revoluciones obreras"
suena a eufemismo. Después de la unificación de las juventudes socialistas y comunistas está la mano de Moscú. Se pretendí­a, y se creí­a, en una Revolución Comunista en España. Del grado de satelización tanto el oro, como la sucesión de gobiernos del 37 al 39 lo dicen todo.

Si, va a ser por eso. Demagogia no, estábamos hablando de geopolí­tica.

Es demagogia, sí­. Pero no es falso. Aquí­ se habla demasiado del legalismo republicano, y muy poco de las infracciones monstruosas de este legalismo. El cese Alcalá Zamora es de sainete, la revisión de actas, la ley de defensa de la República, etc.

La realidad es que la Restauración fue más garantista con las libertades que la República.
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga

Bambi

#148
Cita de: Ariete en Julio 01, 2006, 04:57:15 PM
Cita de: alvaro en Junio 30, 2006, 01:13:46 PM
Pero otra cosa, Hitler no pisó España porque le llegaba con que Franco le devolviese la ayuda con la minerí­a y tal (que es precioso: yo te ayudo a destruir tu paí­s, pero luego me lo pagas con los recursos que queden) Y es que España, excepto por eso, era un solar. Haciendo historia ficción, de no haber traición de Casado ¿hubieran los ingleses desembarcado en España para ayudar a Negrí­n?

Himmler en cambio si estuvo visitando España en 1940. fue al Monasterio de Monserrat y a Toledo en busca del Santo Grial. Por suerte no lo encontró, porque un chupito de agua santa con ese cáliz a cada soldado alemán en el frente y habrí­a cambiado el curso de la guerra. Habrí­a sido el arma definitiva, más que los panzers, los V-2 o la bomba atómica.


P.D.: menos mal que Indiana Jones lo impidió

Tengo en mi poder un ABC con Hitler viendo una corrida de toros

PD: Querí­a decir Himmler

Pornosawez

Cita de: alvaro en Julio 02, 2006, 10:49:12 PM
Cita de: Ariete en Julio 01, 2006, 04:57:15 PM
Cita de: alvaro en Junio 30, 2006, 01:13:46 PM
Pero otra cosa, Hitler no pisó España porque le llegaba con que Franco le devolviese la ayuda con la minerí­a y tal (que es precioso: yo te ayudo a destruir tu paí­s, pero luego me lo pagas con los recursos que queden) Y es que España, excepto por eso, era un solar. Haciendo historia ficción, de no haber traición de Casado ¿hubieran los ingleses desembarcado en España para ayudar a Negrí­n?

Himmler en cambio si estuvo visitando España en 1940. fue al Monasterio de Monserrat y a Toledo en busca del Santo Grial. Por suerte no lo encontró, porque un chupito de agua santa con ese cáliz a cada soldado alemán en el frente y habrí­a cambiado el curso de la guerra. Habrí­a sido el arma definitiva, más que los panzers, los V-2 o la bomba atómica.


P.D.: menos mal que Indiana Jones lo impidió

Tengo en mi poder un ABC con Hitler viendo una corrida de toros

Lo de Himmler en 1940 en Montserrat es verí­dico. El nivel de locura del nazismo es algo difí­cilmente superable por las generaciones venideras.
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga