Teorizando y aprendiendo sobre el fracaso

Iniciado por Dolordebarriga, Junio 03, 2008, 05:00:15 AM

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Barbie

Si la opción al mileurismo para encontrar el éxito y la felicidad es opositar a brazo derecho del Dalai Lama casi prefiero la propuesta de Mon de irse a la chimbambas o ponerse a fabricar churumbeles. No, que digo, me pilla muy mayor para ambas cosas. Hedonismo vacuo. Me voy de compras que ha salido el sol y parece que ahora sí­ se quede unos meses. Un paseito con un ramo de bolsas de papel en cada mano, la banda sonora de Pretty Woman sonándome por dentro y el mundo es mí­o.

belzebu

El primer gamberro: orí­genes del fracaso escolar

La historia empieza en Sumer, de Samuel Noah Kramer (1956)


Si la delincuencia juvenil es, en el momento presente, un problema acuciante, podemos consolarnos sabiendo que en la antigí¼edad el problema en cuestión no era menos acuciante que ahora. Ya habí­a entonces muchachos rebeldes, desobedientes e ingratos que eran un verdadero tormento para sus padres. Dichos muchachos vagabundeaban por las calles, hací­an el golfo en los jardines públicos y hasta es muy posible que se organizaran en bandas a pesar de la vigilancia a que estaban sometidos por parte del monitor de la escuela. Como que tení­an verdadero horror a la escuela y encontraban odiosos los principios educativos de la época, no cesaban de importunar a sus padres con sus reproches. Esto es al menos lo que nos manifiesta un escrito sumerio recientemente reconstruido. Las 17 tablillas de arcilla y fragmentos de que consta se remontan a 3.700 años y es muy posible que su redacción original tenga unos cuantos siglos más de antigí¼edad.

Este texto que nos hace conocer a un escriba y a su hijo descarriado comienza con una conversación en un plan más o menos amistoso. El padre exhorta a su vástago a frecuentar asiduamente la escuela, a trabajar celosamente y a no perder tiempo por el camino cuando esté de vuelta a su casa y, para asegurarse de que el muchacho ha escuchado atentamente sus consejos, le hace repetir lo dicho, palabra por palabra.

El resto del texto es un largo monólogo. Después de varias recomendaciones de í­ndole práctica que el padre espera sirvan de ayuda a su hijo para que éste llegue a ser hombre (no vagar por las calles, ser sumiso con el vigilante, seguir la clase e inspirarse con la experiencia adquirida por los hombres del pasado), el escriba da un buen rapapolvo al dí­scolo adolescente; su conducta «inhumana» le ha dejado consternado; su ingratitud le ha decepcionado profundamente. Y le recuerda que él, su padre, jamás le ha hecho tirar de la carreta, ni conducir los bueyes, ni ir a recoger leña para el fuego; tampoco le ha exigido nunca que subviniese a las necesidades de sus padres, tal como suele ocurrir en las otras familias. Y, sin embargo, su hijo se muestra menos «hombre» que los demás chicos de su edad.

Mortificado el escriba, como lo son en nuestros dí­as muchos padres al ver que sus hijos se niegan a seguir la misma carrera que ellos, le incita a imitar el ejemplo de sus compañeros, de sus amigos y de sus hermanos, y a que se inicie a su vez en el arte de escriba, pese a que éste sea el más difí­cil de todos los oficios y artes de cuantos ha creado el dios de las artes y de los oficios. Pero, sigue explicando el escriba, no hay oficio más útil que éste para poder transmitir la experiencia humana bajo una forma poética. Y, en todo caso, Enlil, el rey de los dioses, ha decretado que el hijo tiene que abrazar la carrera de su padre.

Finalmente, el padre reprocha a su hijo su mayor interés en el éxito material que en tratar de conducirse como un hombre digno de este nombre. A continuación el texto se enreda en un pasaje de sentido oscuro, al parecer, en una serie de máximas vigorosas y concisas, tal vez destinadas a guiar al hijo por la senda de la sensatez. En todo caso, el documento termina con una nota optimista, en la que el padre invoca para su hijo las bendiciones del dios personal de este último, Nanna, dios de la luna, y de su esposa, la diosa Ningal.

He aquí­, a continuación, una primera tentativa de traducción literal de los fragmentos más comprensibles de este texto. Sólo se han omitido de esta traducción algunos pasajes oscuros.

El padre empieza por interrogar a su hijo:

â€"¿Adónde has ido?

â€"A ninguna parte.

â€"Si es verdad que no has ido a ninguna parte, ¿por qué te quedas aquí­ como un golfo sin hacer nada? Anda, vete a la escuela, preséntate al «padre de la escuela», recita tu lección; abre tu mochila, graba tu tablilla y deja que tu «hermano mayor» caligrafí­e tu tablilla nueva. Cuando hayas terminado tu tarea y se la hayas enseñado a tu vigilante, vuelve acá, sin rezagarte por la calle. ¿Has entendido bien lo que te he dicho?

â€"Sí­. Si quieres te lo repetiré.

â€"Pues ya puedes repetí­rmelo.

â€"Te lo voy a repetir.

â€"Di

â€"Ya te lo diré.

â€"Pues dilo ya.

â€"Tú me has dicho que fuera a la escuela, que recitase mi lección, que abriese la mochila y que grabase mi tablilla mientras mi «hermano mayor» me grababa otra. Que cuando hubiese terminado mi tarea volviese para acá después de haberme presentado al vigilante. He aquí­ lo que tú me has dicho.

El padre sigue con un largo monólogo: «Sé hombre, caramba. No pierdas el tiempo en el jardí­n público ni vagabundees por las calles. Cuando vayas por la calle no mires a tu alrededor. Sé sumiso y da muestras a tu monitor de que le temes. Si le das muestras de estar aterrorizado estará contento de ti.»

(Siguen unas 15 lí­neas destruidas.)

«¿Crees que llegarás al éxito, tú que te arrastras por los jardines públicos? Piensa en las generaciones de antaño, frecuenta la escuela y sacarás un gran provecho. Piensa en las generaciones de antaño, hijo mí­o, infórmate de ellas.»

«...perverso que tengo bajo mi vigilancia..., no serí­a hombre si no vigilase a mi propio hijo... He interrogado a mis parientes y amigos, he comparado los individuos, pero no he hallado a ninguno que sea como tú.»

«Lo que voy a decirte transforma al loco en sabio, paraliza la serpiente a modo de hechizo y te evitará que des fe a las palabras falsas.»

«Puesto que mi corazón ha quedado henchido de lasitud por culpa tuya, yo me he apartado de ti y no me he precavido contra tus temores y tus murmuraciones. A causa de tus clamores, sí­, a causa de tus clamores, he montado en cólera contra ti, sí­, he montado en cólera contra ti. Como tú no quieres poner a prueba tus cualidades de hombre, mi corazón ha sido transportado como por un viento furioso. Tus recriminaciones me han dejado acabado; tú me has conducido al umbral de la muerte.»

«En mi vida no te he ordenado que llevaras cañas al juncal. En toda tu vida no has tocado siquiera las brazadas de juncos que los adolescentes y los niños transportan. Jamás te he dicho: "Sigue mis caravanas." Nunca te he hecho trabajar ni arar mi campo. Nunca te he constreñido a realizar trabajos manuales. Jamás te he dicho: "Ve a trabajar para mantenerme." Otros muchachos como tú mantienen a sus padres con su trabajo. Si tú hablases a tus camaradas y les hicieses caso, les imitarí­as. Ellos rinden 12 celemines de cebada cada uno; hasta los pequeños proporcionan 12 celemines cada uno a su padre. Multiplican la cebada para su padre, le abastecen de cebada, de aceite y de lana. No obstante, tú sólo eres un hombre cuando quieres llevar la contraria, pero comparado con ellos no tienes nada de hombre. Evidentemente, tú no trabajas como ellos...; ellos son hijos de padres que hacen trabajar a sus hijos, pero yo... no te hice trabajar como ellos.»

«Obstinado contra quien estoy encolerizado... ¿qué hombre hay que pueda estar encolerizado contra su propio hijo?... He hablado con mis parientes y amigos y he descubierto algo que hasta ahora no habí­a notado. Que las palabras que voy a pronunciar despierten tu temor y tu vigilancia. De tu condiscí­pulo, de tu compañero de trabajo... tú no haces el menor caso; ¿por qué no lo tomas como ejemplo? Toma ejemplo de tu hermano mayor. De todos los oficios humanos que existen en la tierra, no hay ninguna profesión más difí­cil que el arte del escriba. Ya que si no existiese la canción (la poesí­a)..., parecida a la orilla del mar, a la orilla de los lejanos canales, corazón de la canción lejana... tú no prestarí­as oí­dos a mis consejos y yo no te repetirí­a la sabidurí­a de mi padre. Conforme a las prescripciones de Enlil, el hijo debe suceder a su padre en su oficio.»

«Y yo, noche y dí­a, me estoy torturando a causa de ti. Noche y dí­a tú derrochas el tiempo en placeres. Has amontonado grandes riquezas, te has extendido lejos, te has vuelto gordo, grande, ancho, poderoso y orgulloso. Pero los tuyos esperan a que la adversidad te coja por su cuenta y entonces se alegrarán porque tú te olvidas de cultivar las cualidades humanas.»

(Aquí­ sigue un oscuro pasaje de 41 lí­neas, consistente, al parecer, en proverbios y en antiguos dichos, y el texto termina con las bendiciones del padre):


El que te amonesta desea que Nanna, tu dios, te tenga bajo su custodia.

El que te acusa desea que Nanna, tu dios, te tenga bajo su custodia.

Que tu dios te sea favorable.

Que tus cualidades de hombre se exalten.

Que seas tú el primero de los sabios de la ciudad.

Que tus conciudadanos pronuncien tu nombre en las alturas.

Que tu dios te llame con un nombre de elección.

Que tu dios Nanna te sea favorable.

Que la diosa Ningal te sea propicia.

Recolectando

#512
Cita de: Barbie en Junio 07, 2008, 02:00:15 PM
Si la opción al mileurismo para encontrar el éxito y la felicidad es opositar a brazo derecho del Dalai Lama casi prefiero la propuesta de Mon de irse a la chimbambas o ponerse a fabricar churumbeles. No, que digo, me pilla muy mayor para ambas cosas. Hedonismo vacuo. Me voy de compras que ha salido el sol y parece que ahora sí­ se quede unos meses. Un paseito con un ramo de bolsas de papel en cada mano, la banda sonora de Pretty Woman sonándome por dentro y el mundo es mí­o.


Y dale, que yo no tengo interés ni en crí­ar churumbeles ni en irme a las quimbambas, ni lo tengo en que otros hagan lo uno, lo otro, ambas cosas o ninguna de las dos; sólo era un planteamiento retórico a partir de lo que me sugirió la propuesta del panchito.  Mi planteamiento tampoco coincide con aquello de lo que querí­a hablar Dolor y me lo dijo bien claro.

Aquí­ también hace sol, no sé si se quedará, para mi gusto hace demasiado calor y además prefiero los dí­as nublados; pero también yo me voy a regalar una sesión de hedonismo.  No va a consistir en irme de compras sino en volver a ir a buscar a otra de mis octogenarias favoritas para traerla a mi casa e irnos mañana, mis dos octogenarias favoritas y yo, a casa de la tercera octogenaria de mi colección particular.  Prefiero la compañí­a de los ancianos a la de los que no lo son, les comprendo mejor y su actitud ante la vida coincide más con la mí­a: se sulfuran a ratos, pero a la vez viven en un melasudismo sereno, muy cercano a esa indiferencia que busca Ferdinand.

No sé si mi particular hedonismo es instrumental u operativo, usando las palabras de Greg, porque todaví­a tengo que comprender a qué se refiere Greg exactamente. Lo que si tengo claro es que cada cual ha de buscar su solución individual, porque el tiempo de las soluciones colectivas ya pasó.

Laissez faire, laissez passer o, lo que es lo mismo, ande yo caliente, rí­ase la gente.

Sí­, Barbie, sigo siendo insoportable.

Recolectando

Cita de: bocanegra en Junio 07, 2008, 02:14:58 PM

Bonito texto, Maese.  A mi amigo Federico le habrí­a servido para reafirmarse en su intuición de que lo idéntico retorna siempre y que, a la vez, si se quiere paradójicamente a la vez, la historia no admite retrocesos voluntarios.

belzebu

El fracaso es un concepto bastante relativo, Mon, que depende de las expectativas e ilusiones de cada individuo o grupo. Para el padre del relato, tener un hijo que abomina de la profesión familiar es un desastre tanto para él mismo, por cuanto no ha logrado convencer a su vástago para que siguiera sus pasos, como para su hijo, por cuanto su vida se desperdiciará como golfo o como, aun peor, mercader y especulador. Para el hijo, el desastre habrí­a sido que su vida fotocopiara la de su padre.

Un caso análogo al de Hitler, que se negó con uñas y dientes a seguir los pasos funcionariales de su padre, a fin de seguir su camino como artista. Y aunque ello le condujo a la más abyecta indigencia, al final se recicló no con 28 sino con 30 años, y encontró el éxito en la vida polí­tica. La desolación que causó en Alemania y Europa entera es algo irrisorio comparado con su triunfo personal: no se escriben tantas biografí­as, análisis y apostillas sobre funcionarios de aduanas, ni tampoco sobre artistas.

¿Que la historia no admite retrocesos voluntarios? Quizá no en el aspecto material, pero en el sociológico volvemos, con plena voluntad, a los reinos de taifas y los privilegios de marqués: usted no sabe con qué comunidad autónoma histórica está hablando. Pero esa es otra historia, y será contada en otra ocasión.

René G. Rí­o

Habrí­a que diferenciar entre los fracasos cuando se tiene todo el entorno a favor y aún así­ se fracasa, y el fracaso provocado por un entorno que envidia un posible éxito al que hace naufragar, siendo este último no un fracaso personal sino colectivo.
Phoenicoperus, my friend.

René G. Rí­o

Cita de: bocanegra en Junio 07, 2008, 04:06:21 PM
El fracaso es un concepto bastante relativo, Mon, que depende de las expectativas e ilusiones de cada individuo o grupo. Para el padre del relato, tener un hijo que abomina de la profesión familiar es un desastre tanto para él mismo, por cuanto no ha logrado convencer a su vástago para que siguiera sus pasos, como para su hijo, por cuanto su vida se desperdiciará como golfo o como, aun peor, mercader y especulador. Para el hijo, el desastre habrí­a sido que su vida fotocopiara la de su padre.

Un caso análogo al de Hitler, que se negó con uñas y dientes a seguir los pasos funcionariales de su padre, a fin de seguir su camino como artista. Y aunque ello le condujo a la más abyecta indigencia, al final se recicló no con 28 sino con 30 años, y encontró el éxito en la vida polí­tica. La desolación que causó en Alemania y Europa entera es algo irrisorio comparado con su triunfo personal: no se escriben tantas biografí­as, análisis y apostillas sobre funcionarios de aduanas, ni tampoco sobre artistas.

¿Que la historia no admite retrocesos voluntarios? Quizá no en el aspecto material, pero en el sociológico volvemos, con plena voluntad, a los reinos de taifas y los privilegios de marqués: usted no sabe con qué comunidad autónoma histórica está hablando. Pero esa es otra historia, y será contada en otra ocasión.

Hitler es una figura que ejemplifica el éxito y el fracaso de una época. Él no es culpable de la xenofobia, el supremacismo o el irracionalismo ilustrado, ya que en su época son cientos, miles, cientos de miles de primeras figuras, artistas, intelectuales, aristócratas de quienes bebe el propio Hitler, siendo él nada más que la cara vista, el monigote que acaba ardiendo en la hoguera mientras su legado permanece engañándonos a todos los que vinimos después.
Phoenicoperus, my friend.

belzebu

No estoy de acuerdo en que sea un monigote, ya que ninguna de esas figuras de las que bebe tuvo la menor opción de llevar a la práctica (a semejante escala) sus ideas. Que en un contexto tan propicio, tras la derrota alemana, la hiperinflación y la Depresión, ninguno de sus semejantes pudiera acceder al poder, no hace sino magnificar su triunfo personal. Y en cuanto a que haya acabado en la hoguera, como él mismo dijo, "da igual que nos traten de payasos o que nos crucifiquen: lo que importa es que hablen de nosotros, una y otra vez". En unos tiempos como estos, en los que el éxito o fracaso colectivo sólo importa a los historiadores de salón, mientras que la inmensa mayorí­a sólo se fija en lo personal o en su grupo inmediato, la ascensión del donnadie austriaco es un magní­fico ejemplo de éxito bestial.

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Cita de: bocanegra en Junio 07, 2008, 04:06:21 PM
¿Que la historia no admite retrocesos voluntarios? Quizá no en el aspecto material, pero en el sociológico volvemos, con plena voluntad, a los reinos de taifas y los privilegios de marqués: usted no sabe con qué comunidad autónoma histórica está hablando. Pero esa es otra historia, y será contada en otra ocasión.

Como experto etimólogo sabes que el devenir de las comunidades hablantes incide sobre los cambios semánticos.  Algunas palabras, pasados siglos o décadas (que ahora todo es más rápido) llegan a adoptar significados opuestos al que fue su étimo.  Sin embargo, al estudiar su evolución descubres la lógica del juego y así­ descubres que ese significado opuesto, de hecho, ya estaba contenido potencialmente en el étimo.

La historia, vista desde la perspectiva de Federico, es una repetición sucesiva de idénticos.  Pero esos idénticos no son definidos por las mismas notas, sus respectivos conjuntos de semas no son biyectables.  Más que repetición de idénticos, lo adecuado serí­a hablar de repetición de análogos.  El reino de taifas es análogo al régimen autonómico, pero cada uno tiene unas caracterí­sticas propias que el otro no reproduce miméticamente.  La sucesión de análogos se irá dando, porque los protagonistas de la historia son hombres que seguirán duplicando la secuencia de ADN de su genoma, hay una naturaleza humana aunque ya no podamos referirnos a ella con valor esencialista, (bien, podemos referirnos a ella así­, pero la categorí­a dejará de ser operativa). Sin embargo, lo que no es posible, siempre desde la perspectica nitzscheana, es decidir reimplantar lo que ya se dio, porque el pasado es un tiempo concluido, esa "voluntad" de recuperar viejas arcadias felices, en el mejor de los casos, sólo conseguirá acelerar la aparición del nuevo análogo pero nunca, de forma decidida conscientemente, la repetición de original.   La evolución diacrónica de una palabra puede hacer que se restablezca el significado etimológico, lo que no es posible es forzar a que se use por decreto de la norma.

En tu último artí­culo concluí­as:

Aquí­ somos un tanto legitimistas, y nos gusta conservar la etimologí­a, es decir, el verdadero significado de las palabras. Por otro lado, nuestro objetivo es analizar cómo han evolucionado a lo largo del tiempo; y resulta un tanto absurdo maravillarse por cambios ocurridos hace diez siglos, y escandalizarse por los que ocurrieron hace diez años. De modo que habrá que resignarse

Eso es aplicable a los procesos personales y a los colectivos.

Recolectando

Respecto a Hitler, se podrí­a concluir que tuvo bastante más de quince minutos de Gloria.  Y sin necesidad de exponer su caso en el Diario de Patricia.

Lacenaire

No le faltan admiradores.Incluso hoy en dí­a se oyen alabanzas en boca de personas que en principio no comulgan con la causa, siempre apostillando, por supuesto, que era un cabrón y tal.

Barbie

Cita de: Mon en Junio 07, 2008, 03:21:23 PM
Cita de: Barbie en Junio 07, 2008, 02:00:15 PM
Si la opción al mileurismo para encontrar el éxito y la felicidad es opositar a brazo derecho del Dalai Lama casi prefiero la propuesta de Mon de irse a la chimbambas o ponerse a fabricar churumbeles. No, que digo, me pilla muy mayor para ambas cosas. Hedonismo vacuo. Me voy de compras que ha salido el sol y parece que ahora sí­ se quede unos meses. Un paseito con un ramo de bolsas de papel en cada mano, la banda sonora de Pretty Woman sonándome por dentro y el mundo es mí­o.


Y dale, que yo no tengo interés ni en crí­ar churumbeles ni en irme a las quimbambas, ni lo tengo en que otros hagan lo uno, lo otro, ambas cosas o ninguna de las dos; sólo era un planteamiento retórico a partir de lo que me sugirió la propuesta del panchito.  Mi planteamiento tampoco coincide con aquello de lo que querí­a hablar Dolor y me lo dijo bien claro.

Aquí­ también hace sol, no sé si se quedará, para mi gusto hace demasiado calor y además prefiero los dí­as nublados; pero también yo me voy a regalar una sesión de hedonismo.  No va a consistir en irme de compras sino en volver a ir a buscar a otra de mis octogenarias favoritas para traerla a mi casa e irnos mañana, mis dos octogenarias favoritas y yo, a casa de la tercera octogenaria de mi colección particular.  Prefiero la compañí­a de los ancianos a la de los que no lo son, les comprendo mejor y su actitud ante la vida coincide más con la mí­a: se sulfuran a ratos, pero a la vez viven en un melasudismo sereno, muy cercano a esa indiferencia que busca Ferdinand.

No sé si mi particular hedonismo es instrumental u operativo, usando las palabras de Greg, porque todaví­a tengo que comprender a qué se refiere Greg exactamente. Lo que si tengo claro es que cada cual ha de buscar su solución individual, porque el tiempo de las soluciones colectivas ya pasó.

Laissez faire, laissez passer o, lo que es lo mismo, ande yo caliente, rí­ase la gente.

Sí­, Barbie, sigo siendo insoportable.

En este mensaje en particular no me pareces insoportable y en general en esta etapa tuya de llenar el patio de luces de pinzas multicolor, tampoco.

Respecto a la reunión de octogenarias, sólo desear que lo paséis bien y no olvides la Nivea.

Rednuts

Cuántas páginas. Qué, ¿seguí­s relacionando fracaso y triunfo con el trabajo y las remuneraciones? Se oye llorar al niño Nota desde aquí­.
Tú no tienes convicciones porque tú eres de Málaga

Nicotin

CitarPitita Ridruejo dice:
el otro dí­a ví­ a un tipo con un perro, y lo vi 5 minutos escasos, y dijo lo mí­nimo, pero yo digo: chalao.

Rednuts

Si lo dices porque opino sin leer que sepas que aquí­ es lo que mola.
Tú no tienes convicciones porque tú eres de Málaga