Ensoñaciones y delirios.

[ferdinand]

Delirio cuarenta y dos

Pudriente, si existiera,        es un pobre destino;                   para los muertos obstinados        no queda sino la nada;
camino, si andara,             con muletas de frí­o,                   dando saltitos inanes,                  absorta como el vací­o;
agujero cierto, y falaz,        sobre carne blanca tibia,             su fondo de sangre oscura          me envenena, con sus dí­as;
y la letra, que se salta,         cuando se azota extraviada,       soniquete de comparsa,          el gemido que me mata.

[ferdinand]

Ensoñación XXVIII

El verdadero objeto: lo absolutamente inútil. Se parece a aceptar que la magia es mentira pero se puede disfrutar de ella. No se pregunta el truco, porque ya se conoce. Entre las puertas blancas hay un espacio tan enorme que jamás traspasarás nada más allá del lí­mite que marcan tus costillas cosidas. Ese espacio, que parece desconocido y tenebroso, no es tal. Es un espacio donde la inutilidad se expande todaví­a más, y te aplasta con la deliciosa inmovilidad impresa en los rostros de todos los paseantes de la historia. Absolutamente inútil, en el espacio y en el tiempo. Disfruta de tu muerte. Ve a pasear por El Cementerio.

[ferdinand]

Delirio cuarenta y dos

Pudriente, si existiera,        es un pobre destino;                   para los muertos obstinados        no queda sino la nada;
camino, si andara,             con muletas de frí­o,                   dando saltitos inanes,                  absorta como el vací­o;
agujero cierto, y falaz,        sobre carne blanca tibia,             su fondo de sangre oscura          me envenena, con sus dí­as;
y la letra, que se salta,         cuando se azota extraviada,       soniquete de comparsa,          el gemido que me mata.

Joder. ¿Y por qué ahora se ve mal? El dí­a que lo colgué estaba perfecto. Y precisa de orden el coso este, porque puede leerse en horizontal y en vertical, absolutamente.

[ferdinand]

Delirio cuarenta y dos

Pudriente, si existiera,        es un pobre destino;                   para los muertos obstinados        no queda sino la nada;
camino, si andara,             con muletas de frí­o,                   dando saltitos inanes,                  absorta como el vací­o;
agujero cierto, y falaz,        sobre carne blanca tibia,             su fondo de sangre oscura          me envenena, con sus dí­as;
y la letra, que se salta,         cuando se azota extraviada,       soniquete de comparsa,          el gemido que me mata.

Joder. ¿Y por qué ahora se ve mal? El dí­a que lo colgué estaba perfecto. Y precisa de orden el coso este, porque puede leerse en horizontal y en vertical, absolutamente.

¡Ah! ¡QUé gracia! ¡Cuando se  cita sí­ sale ordenadito!
AAAAAAAAAAJAJAJAJAJAJA

[ferdinand]

Delirio cuarenta y tres

Revolcarse o flotar. Verdaderamente sólo flotan los fetos y los astronautas, en el pequeño espacio con sentido y en el eterno vací­o... Compré un féretro con la intención de emular a algún faraón. No me di cuenta de la tonterí­a que habí­a hecho hasta asegurarme de que, salvo mi cuerpo aburrido, no habí­a nada que meter en aquella caja elegante. Unos gusanos que pasaban por allí­ se detuvieron para carcajearse francamente por la absurda pompa del momento. "Ehhh, ehhhh", decí­an; de haber tenido bracitos me hubieran hecho cortes de manga... mangas de seda, codos rojos... Y el tufo de los cuerpos sobados... Ya le habí­a tomado cariño al cajón de madera, pero seguí­a sin saber con qué ocuparlo. Me resultaba difí­cil ver allí­ otra cosa que no fuera mi carne. Pasaban los dí­as y las montañas permanecí­an cubiertas de hierba cambiante, sin ninguna gana de explotar por los aires o cambiar de postura para engañarse ante la promesa de una nueva perspectiva... Vuelto el cajón, el mundo desaparecerí­a y habrí­a al final un espacio restringido por el que poder revolcarse al abrigo de la oscuridad y de las decepciones. Así­ que, al final, le puse una vela, le pegue fuego al casco de madera noble y me fui a un paritorio.

[FranciscoFrancoBahamonde]

Delirio cuarenta y tres

Revolcarse o flotar. Verdaderamente sólo flotan los fetos y los astronautas, ...

También los torturados en urnas de privación sensorial (como los fetos, en sustentación exacta de disolución salina y respiración asistida -entubados como enfermos del pulmón-).

No sé si eso hará pensar a Ferdinand.
En hacerse una pajilla, o argo.

[ferdinand]

Ya sólo me queda un eco que no es celular, un dolor como de cráter de bomba, un alma laminada que se ha vuelto extraña de tanto contemplada. Un esputo, un espejo desgastado, un sentimiento encubierto, una bagatela colgante, un gancho volante camino del matadero. ¡Vengan ya los filos! ¡A ver quién vive aquí­ dentro!


Tripas

insectos.

[ferdinand]

Imagen mental: una escalera de camas interminable. Que al levantarse uno suba o baje es opcional. Que esté vací­a, obligatorio. El descenso en plan rollito de primavera o flamenquí­n. El ascenso, empezando siempre por poner el pie izquierdo. Cada cierto trecho, un objeto. Conocido, pero sin nombre. Muchos objetos desconocidos. Una sensación, en todo el espacio, en todo el vací­o, de inutilidad al perfume del asno. En lontananza, pastorcitos flotantes, niñas fofas chillonas que saltan a la comba y tres o cuatro viejos jugando a los tejos con costillas blanco estelar. Y llueve, llueve, llueve... pero nadie se moja.