Peligro de pandemia

[Tejemaneje]

Además se multiplican las posibilidades de no ir al trabajo. Lo siento, jefe, pero tengo lepra, no voy a ir a la oficina para que se me caiga la piel a tiras y que su mujer se haga un abrigo. A mí­ me harí­a bastante ilusión quedarme en casa con pijama y pantuflas gracias a la peste negra.

[antibalas]

La Historia del DDT (2)

El impacto del producto en el mundo de la posguerra fue igualmente profundo. A la gente siempre le cuesta concebir que enfermedades erradicadas hace mucho tiempo y hoy en dí­a prácticamente olvidadas pudiesen imperar en el pasado. [...] Asimismo, cuesta hacerse a la idea de que en su dí­a la malaria fuese endémica en Europa, Asia, el Caribe y el sur de los Estados Unidos [y en Badajoz, que tuve yo concretamente una tata extre(madamente)meña que 'de chica' casi palma de paludismo]. Y una de las razones por las que en muchos de esos lugares ya no se da es el DDT.

Al terminar la guerra se lanzó una enorme campaña contra la malaria. La estrategia era ingeniosa. La enfermedad se transmite de una forma bastante simple: un mosquito extrae sangre de algún portador del parásito y, acto seguido, busca la superficie vertical más cercana donde permanecerá varias horas procesando el contenido de su intestino. Sólo entonces echará a volar de nuevo en busca de alguien más a quien picar, instante en el que le transmitirá el parásito. Si esa superficie vertical (la pared de un dormitorio, por ejemplo) se rocí­a con DDT, el mosquito absorberá lo suficiente durante su periodo de reposo como para morir. El resultado es que se rompe el ciclo infeccioso y la enfermedad deja de propagarse.

Dado que por regla general una persona viene a tardar tres años en eliminar de su organismo el parásito de la malaria, bastará usar el insecticida durante todo ese periodo para acabar con todos los parásitos de un área. No importa si, pasado ese periodo, los mosquitos regresan: volverán a picar, pero ya no habrá microbios que transmitir. La enfermedad se habrá erradicado.
Fue justamente gracias a este procedimiento como se acabó con la malaria en Europa y Estados Unidos, así­ como en la mayor parte del Caribe y grandes franjas de territorio asiático. En la India, donde se cifraban en setenta y cinco millones las personas que cada año contraí­an la enfermedad (de las que ochocientas mil morí­an), a comienzos de la década de 1960 dejaron de registrarse ví­ctimas. Se estima que el número de vidas humanas salvadas por esta única sustancia asciende a decenas de millones. Es evidente que el DDT ha salvado más vidas que ningún otro medicamento o producto quí­mico en toda la historia. En 1948 Paul Mí¼ller obtuvo el nobel de quí­mica como premio a su descubrimiento.

Al mismo tiempo, los agricultores, sobre todo en el oeste de los Estados Unidos, empezaron a utilizar el nuevo insecticida “milagroso”, fumigando sus cultivos indiscriminadamente. Al fin y al cabo, el producto funcionaba a las mil maravillas y a nadie se le ocurrí­a pensar que pudiera estar causando otros efectos en el medio ambiente.

[antibalas]

Historia del DDT (y 3)

Pero hete aquí­ que Rachel Carson publica su célebre libro Silent Spring, y de la noche a la mañana, todas las cualidades que habí­an hecho del DDT un arma tan eficaz en la lucha contra la malaria se tornaron en su contra. La principal ventaja del insecticida era su persistencia. Esto significaba que mantení­a su potencia durante largo tiempo y seguí­a matando mosquitos meses después de que se hubiera aplicado en una casa. Pero también significaba que una vez introducido en el medio ambiente tení­a tiempo de ascender en la cadena trófica, desde las plantas hasta animales como los pájaros. Una serie de estudios realizados en el estrecho de Long Island demostraron, por ejemplo, que los niveles de concentración de DDT en el zooplancton eran ocho veces superiores a los registrados en el medio ambiente y que para cuando el insecticida, previo paso por diversos peces, llegaba a las gaviotas el factor de aumento ya era superior a doscientos mil. La autora del libro cita, con aprobación, una carta de una mujer de Alabama que pregunta: “¿Qué le está haciendo el hombre a este mundo nuestro, tan perfecto y hermoso?”.

En honor a la verdad, habí­a una diferencia enorme entre el uso que hací­an del DDT los funcionarios de la sanidad pública y el de los agricultores. Para rociar las paredes de una vivienda cada seis meses hace falta mucho menos insecticida que para fumigar un sembrado. Se ha calculado, por ejemplo, que la cantidad de DDT necesaria para tratar todas las casas de un paí­s como Guyana es menor que la que normalmente se emplea en una plantación de algodón de las grandes. Y aunque muchas de las afirmaciones de Silent Spring eran de un dramatismo exagerado, el mensaje central â€"que estábamos usando el DDT sin pensar en las consecuencias medioambientalesâ€" continúa vigente.

Con todo, hemos de tener presente que siempre que se emprende un proyecto de ingenierí­a a gran escala al principio se cometen errores. [...] Hoy en dí­a los pesticidas se diseñan de manera que una vez rociados se descompongan y suelen ir dirigidos, con mucho más tino, a tipos de cultivos y plagas especí­ficos. Una parte del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes estipula una serie de restricciones al empleo del DDT así­ como la petición a los pocos paí­ses que todaví­a lo fabrican de que procuren el modo de suprimir definitivamente su producción.

Toda decisión acarrea sus consecuencias. Decidimos utilizar el DDT y pasó lo que pasó. Pero si hubiésemos decidido no utilizarlo, esto también habrí­a tenido consecuencias. Por ejemplo, ¿cómo de “perfecto y hermoso” serí­a el mundo con diez millones de muertos más a causa de la malaria?

[NubeBlanca]

El rí­o Cinca recibe buenas dosis de DDT fresquito cada hora de cada dí­a como hoy, en 2007.

[Didius]

No creo que nadie en su sano juicio pueda negar las virtudes del DDT, es de hecho uno de los premios Nobel más merecidos, dadas las bases de los premios, junto con el de Chain, Fleming y Florey. Ha salvado millones de vida y, no sólo eso, ha propiciado el desarrollo económico en zonas que tradicionalmente eran pobres debido a la influencia de las enfermedades o las malas cosechas devastadas por las plagas.

El problema, como ha indicado Olafo, es la bioacumulación. Es muy cierto que la toxicidad del DDT en mamí­feros es muy baja, se necesitan dosis bastante altas para provocar algún tipo de dolencia, pero es una sustancia tremendamente persistente en el medio ambiente porque no se degrada con facilidad por efecto de la luz o agentes oxidantes, ni es metabolizada por los seres vivos al ser una sustancia artificial y no existen rutas metabólicas para su degradación. ¿Afecta esta acumulación al resto de animales? En principio no. Es una sustancia poco tóxica, pero con el tiempo se va acumulando. La ingerimos en baja concentración, pero ahí­ se queda. Así­ que cada vez que lo ingerimos vamos incrementando la concentración en nuestros organismos. Y ese es el problema, que por muy baja que sea la toxicidad de una sustancia, su concentración es determinante. Incluso las sustancias más inocuas, como el agua, pueden llegar a matar si su concentración es muy alta en un organismo.

De ahí­ que la prohibición de usar el DDT ha sido una bendición. Parece que la cantidad distribuida es tolerable y asimilable por el medio ambiente sin grandes daños, habiendo producido grandes beneficios a su vez. Lo que añadido a la cualidad de sustancia prohibida, ha impedido que los insectos hayan desarrollado resistencias a la sustancia debido al poco tiempo que realmente llegaron a estar en contacto con la misma. Lo que nos deja las manos libres para poder seguir contando con ella en nuestro arsenal quí­mico llegado un caso de necesidad. Si, por ejemplo, una epidemia de malaria asolara una región, bastarí­a con fumigar selectivamente el foco con DDT para controlar el brote. Lo que no significa bajo ningún concepto que su uso pueda volver a ser tan generalizado como en la década de los 50. Para ello se han desarrollado plaguicidas, con menor potencia, pero con mejor pronóstico ecológico. Si en su dí­a se hubieran adoptado la mismas medidas con los antibióticos, ahora no estarí­amos hablando de infecciones resistentes y gran parte de la alarma que puede general el mensaje de la OMS no tendrí­a sentido.

Yo estarí­a muy a favor de que se permitiera el uso en las regiones habitadas de ífrica, pero dado el descontrol polí­tico en la zona no podrí­amos controlar que no se usara para otros usos distintos de la estricta protección poblacional. Lo que serí­a un desastre.

[Dan]

Just Didius.

[Fernández]

Según tengo entendido, los efectos negativos del DDT sobre la fauna correspondí­an a su uso extensivo en agricultura durante los '50 y '60, lo que nos deja con la duda de cuán graves serí­an esos efectos si su uso se restringiera exclusivamente a la fumigación de viviendas. Lo concreto es que los insecticidas utilizados como reemplazo del DDT, como el malathion o los piretoides, son considerablemente más caros y notoriamente menos efectivos, a punto tal que puede establecerse una relación directa entre la discontinuación del DDT y los casos de malaria:


House Spray Rates, 1965-92, and Cumulative Malaria Cases (Brazil, Colombia, Ecuador, Peru, Venezuela)

[Dan]

Oye, esas curvas son totalmente distintas.

Y el punto más bajo de casos de malaria se da con un punto muy bajo respecto a su momento álgido del DDT. Si las plagas de insectos son de ritmo anual, dependiendo de las estaciones, algo más tiene que haber ahí­.

[Fernández]

Quizás se deba a la persistencia en el ambiente del DDT y a que los casos de malaria graficados son acumulados.

[NubeBlanca]

Pistoletazo de salida para las noticias sobre gripe aviar.

[kjellberg]

Pistoletazo de salida para las noticias sobre gripe aviar.

A mi me duele la cabeza. Lo he dicho. Me ausento, me piro, papiro, me va a estallar. Puta migraña. Me han traí­do una caja de ibuprofeno y otra de paracetamol. Quieren que siga calentando la silla. Migraña, esto si que es una pandemia. 

[Glategoja]

¿Qué ha pasao?