Libros por materias.Ensayos.

Iniciado por Lacenaire, Enero 23, 2008, 07:13:29 PM

Tema anterior - Siguiente tema

Funesto Nefasto

Cita de: Bic Cristal en Febrero 22, 2011, 11:39:36 AM
Mi primer cinco estrellas del año: Consider the lobster, de David Foster Wallace, cortesí­a de Olivia en el club del libro. Aquí­ se publicó como "Hablemos de langostas"...



Una maravilla de principio a fin: todos los ensayos que aparecen en el libro son interesantí­simos y variados, están muy bien razonados y resultan muy agradables de leer. Ya habí­a pasado por mis manos algún otro ensayo de Wallace (de hecho, he puesto en circulación otro libro suyo de ensayos genial llamado "Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer"), pero esta es la primera vez que lo leo en pitinglish y ha sido una auténtica delicia... Tiene un inglés hipercorrecto y con un vocabulario riquí­simo, pero muy, muy claro y nada farragoso de leer.

Abre el fuego con una crónica hilarante, cruel y al mismo tiempo clí­nicamente precisa de los premios AVN ("Adult Video Network", el equivalente de los Oscar en el mundo del porno norteamericano. Continúa poniendo a parir de forma bastante graciosa un libro de John Updike; analizando el extraño humor de los textos de Kafka; describiendo de forma sorprendentemente amena las guerras entre prescriptivistas y descriptivistas sobre el uso del inglés (una batalla en torno a los diccionarios de uso que acaba provocando reflexiones bastante curiosas sobre autoridad moral, racismo y polí­tica); comentando la crí­tica ideológica de Dostoyevsky realizada por un profesor americano; siguiendo la campaña de John McCain en las primarias de 2000 (y dibujando un retrato bastante imparcial y ví­vido de alguien con quien cuyas ideas polí­ticas no simpatiza); comentando algunos aspectos tangenciales del shock del 11-S en la psique americana; reflexionando de forma racional sobre la ética de la acción de hervir viva a una langosta; describiendo el tinglado montado por un locutor de "talk radio" conservador, en un ensayo en el que reflexiona por qué la radio histéricamente derechista funciona mucho mejor que sus equivalentes izquierdistas (vamos, por qué Losantos es mejor locutor que Gabilondo)...

Me encanta su "marca de fábrica": las extensas y en ocasiones sorprendentes notas a pie de página que salpican los artí­culos, acompañadas de subnotas y subsubnotas hasta llegar en ocasiones a letras de tamaño subatómico al final de la página. En el último ensayo recogido en el libro, "Host", esas notas aparecen como cajas unidas con enmarañadas flechas distribuidas por toda la página (y soprendentemente fáciles de leer) que recogen los pensamientos tangenciales del autor. De hecho, el formato ideal para ese texto era el de página de Internet con hiperví­nculos, tal como salió publicado originalmente: http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2005/04/host/3812/

Una auténtica lástima que Wallace (descrito hace poco por Redneck en el hilo de libros como "heterosexualmente lí­rico") decidiera ahorcarse hace unos años... Vaya puta pérdida, joder.

P & L

get it amigous

Si los que hablan mal de mi supieran lo que pienso de ellos... hablarí­an peor.

Bic

Cita de: Szalai en Febrero 22, 2011, 03:47:59 PM
Cita de: Bic Cristal en Febrero 22, 2011, 11:39:36 AM
Una auténtica lástima que Wallace (descrito hace poco por Redneck en el hilo de libros como "heterosexualmente lí­rico") decidiera ahorcarse hace unos años... Vaya puta pérdida, joder.

P & L

Venga, vamos al ring. Lo que he leí­do de DFW no me parece lí­rico para nada. Hetero sí­, desde luego. De hecho me parece casi anti lí­rico en el sentido de que la dificultad de la comunicación está latente siempre, muchas veces, en lo que recuerdo haber leí­do.

Este año tení­a pensado tirarme por 'La broma infinita', así­ en plan maratón extreme, pero de buenas intenciones está el mundo lleno.

También le estoy dando vueltas a la idea, sobre todo después de lo bien que lo he pasado con el libro langostero, pero le tengo una especie de miedo supersticioso a ese libro. Además, con taaaantos libros pendientes de lectura del club, si me pongo con un tochaco perderé el ritmo del resto, y estoy últimamente como un crí­o en una tienda de golosinas...

A mí­ sí­ que me ha parecido lí­rico Foster Wallace, cerebralmente lí­rico si se me acepta el chorrioxí­moron. Cuando escribe refleja sentimientos y emociones, pero lo hace de forma tan razonada y subterránea que puede no parecerlo... Pienso por ejemplo en el ensayo sobre la autobiografí­a de la jugadora de tenis, que deja ver mucho del propio Wallace y sus sentimientos hacia el deporte y el destino (su propia carrera de jugador de tenis semiprofesional y su frustración al verse inapropiado, por ejemplo). O el ensayo sobre las "guerras del uso del inglés", que intercala casi inadvertidamente con reminiscencias alegres y dolorosas de su niñez... O el momento, para mí­ muy emocional y nada patriotero, en que habla del follón con las banderas la tarde del 11-S.

------------------------------

Otro libro de no ficción obtenido del club del libro, y que lleva varias ediciones ya pasando de mano en mano siempre con éxito: Rarologí­a, de Richard Wiseman.



Wiseman es un psicólogo más o menos especializado en experimentación social y "rarologí­a": el estudio empí­rico y frecuentemente extravagante de creencias populares, rasgos de la personalidad, supersticiones, comportamientos sociales... Un poco en la lí­nea del famoso experimento de los guardas y presos de Zimbardo o el de la obediencia a la autoridad de Milgram (ambos mencionados más o menos someramente en el libro).

En el libro se explican decenas de investigaciones y experimentos sociales que estudian desde la relación entre el humor y la nacionalidad hasta la diferencia entre la cantidad de altruismo que demostramos con gente de diferentes grupos raciales. Es el tipo de libro que le encantarí­a a Ariete, y de hecho me suena que abrió un hilo hace tiempo centrado en uno de esos experimentos, concretamente el diseñado para estudiar cómo distinguir verdades de mentiras... El ejemplo era Steve Martin discutiendo si su comida favorita era el ketchup o la crema agria, y me suena que algún areopagita acertó. ;D     

Narrativamente puede resultar algo repetitivo ("siempre os habréis preguntado si era cierto X. Pues los profesores Y y Z, de la Universidad de W, desarrollaron un experimento para comprobarlo, que consistió en..."), pero el contenido de lo que explica es tan interesante que se le perdona, y de hecho se lee del tirón. Supersticiones, astrologí­a, anuncios por palabras, chistes (alguno muy malo), sexo, mentiras y cintas de ví­deo...

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Rednuts

Cita de: Szalai en Febrero 22, 2011, 03:47:59 PM
Cita de: Bic Cristal en Febrero 22, 2011, 11:39:36 AM
Una auténtica lástima que Wallace (descrito hace poco por Redneck en el hilo de libros como "heterosexualmente lí­rico") decidiera ahorcarse hace unos años... Vaya puta pérdida, joder.

P & L

Venga, vamos al ring. Lo que he leí­do de DFW no me parece lí­rico para nada. Hetero sí­, desde luego. De hecho me parece casi anti lí­rico en el sentido de que la dificultad de la comunicación está latente siempre, muchas veces, en lo que recuerdo haber leí­do.

Este año tení­a pensado tirarme por 'La broma infinita', así­ en plan maratón extreme, pero de buenas intenciones está el mundo lleno.

Si no llega a ser por el link de Bic en el hilo del Nido no me hubiera dado cuenta de que ME ESTíS LLEVANDO LA CONTRARIA.

En su opus magnum no sé, porque no la he leí­do. Ni pienso, la verdad. No soy un gran lector de novela y, de enfrentarme a cosas como La broma infinita, serí­a por motivos de musculación más que por prestar atención a lo escrito. Pero, aparte de lo dicho por Bic sobre alguno de los artí­culos de las langostas & Co., hay unos cuantos buenos ejemplos lí­ricos en Entrevistas breves con hombres etc., sin ir más lejos. El primer relato (¿es el primero?) que consiste nomás que en la descripción de un famoso poeta tomándose un cóctel frente a su piscina; el del niño subido al trampolí­n, con unas metáforas referentes a los senos en flor de sus compañeras de piscina comprimidos tras el bikini de quitarse el sombrero por lo lí­ricas y sanamente heterosexuales; o la entrevista breve en la que uno de los hombres repugnantes habla sobre la degradación extrema y la pérdida de humanidad, que a mí­ me dejó un mal cuerpo de la hostia.

Este hombre sabí­a lo que hací­a.
Tú no tienes convicciones porque tú eres de Málaga

Son of a beach

A mi el de las langostas (como todo librete que me he chapado del interfecto) me resultó tremendamente irregular. Al tipo la prolijidad de niño maravilla que se gasta a veces le termina lastrando hasta resultar definitivamente plúmbeo, ver p.ej. el fragmento dedicado a los programas de radio, absolutamente local y narcolépsico hasta decir basta.

Pero aunque solo sea por el relato-reportahe del festival de porno, el tochito da para una paja suficiente.
los niggas de guetto son bastante parecidos a los gitanos, que ninguno es comunista porque en la bandera salen herramientas.

Bic

Cita de: The Bitch Slapper en Marzo 15, 2011, 02:43:09 PM
A mi el de las langostas (como todo librete que me he chapado del interfecto) me resultó tremendamente irregular. Al tipo la prolijidad de niño maravilla que se gasta a veces le termina lastrando hasta resultar definitivamente plúmbeo, ver p.ej. el fragmento dedicado a los programas de radio, absolutamente local y narcolépsico hasta decir basta.

Pero aunque solo sea por el relato-reportahe del festival de porno, el tochito da para una paja suficiente.

¡Discrepo!
Precisamente el de la radio es de los menos locales: el tipo en el que se centra no es más que un ejemplo fácilmente extrapolable a los Losantos de la vida... Precisamente en ese ensayo me llamó mucho la atención lo mucho que se parecen el tipo de programas radiofónicos que describe y las histéricas tertulias españolas de Intereconomí­a et al.

A mí­ irregular me pareció el libro de las Entrevistas Breves que comenta Redneck: me encantaron algunos cuentos (los que menciona y el del tipo que trata de deshacerse de un armario viejo, por ejemplo), pero los dos o tres más "experimentales" se me atragantaron un tanto. Pero al libro de las langostas le encuentro muy pocos peros... Hasta encontré sorprendentemente interesante lo de las guerras académicas  diccionarios de uso del inglés, yavestú.

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Agarkala

Wiseman es un psicólogo más o menos especializado en experimentación social y "rarologí­a": el estudio empí­rico y frecuentemente extravagante de creencias populares, rasgos de la personalidad, supersticiones, comportamientos sociales... Un poco en la lí­nea del famoso experimento de los guardas y presos de Zimbardo o el de la obediencia a la autoridad de Milgram (ambos mencionados más o menos someramente en el libro).

Hombre, sé que lo menciona, pero se aleja una miaja del de Milgram, aunque sí­ son experimentos relacionados con temas psicosociales, más bien mundanos, pero muy interesantes...

Ariete

Da la impresión de pasárselo como un enano con esos experimentos. A tener en cuenta el estudio sobre que pedir el teléfono a una en un puente de 250 metros de altura tiene más posibilidades de éxito que a ras de suelo: inconscientemente asocia el nerviosismo con la atracción hacia el que tiene delante.

Habrá que ir al puente ese a ver... si no funciona ya pasar a zonas de guerra directamente.

Ariete

Experimento/truco de Wiseman, no sé si ya lo habré puesto alguna vez:



Y éste también mola:


Bic

Por guardar una cierta coherencia temática, después de "Rarologí­a" me puse con Freakonomics, de Steven Levitt y Stephen Dunbar (economista y periodista respectivamente), cortesí­a ratziana en el club del libro (lleva ya tiempo rondando de mano en mano, de hecho).



Habí­a recibido alguna advertencia de Olivia, que aparentemente discrepa de bastantes de los cálculos de este hombre... Se presenta como "polí­ticamente incorrecto", lo que también suele hacerme llevar la mano a la pistola, porque me suena a "epatador profesional". Y que Levitt pertenezca a la escuela "neoliberal" de Chicago también resultaba escamante. Sin embargo, el libro no resulta especialmente "militante", y en realidad tampoco parece contener demasiada economí­a... Más bien parece una especie de tratado aplicado de estadí­stica, con historietas bastante interesantes sobre cómo se puede usar el análisis regresivo para analizar la influencia de varios parámetros educativos, o cómo usar patrones estadí­sticos para detectar profesores mentirosos. Cosas chulas como un estudio de los ingresos y gastos de una banda de traficantes de crack, o reflexiones sobre por qué los incentivos de los agentes inmobiliarios están pensados de forma que les llevan a cerrar no el mejor trato posible sino probablemente el segundo o tercer mejor... Y algún momento pelí­n demagogo de esos que son fáciles de cocinar con la estadí­stica, como minimizar el peligro de las armas de fuego comparándolo con los ahogamientos en piscinas (peras & manzanas golden award 2011). Lo más polémico es la relación causa-efecto que establece entre la legalización del aborto y el descenso de la criminalidad juvenil en los USA.

Entretenido, divertido, muy fácil de leer y en cierto modo olvidable (se supone por lo que se dice en sus cinco prólogos que tiene que cambiar tu forma de ver la vida, y coño, tampoco nos pasemos). Me ha llamado la atención, por otra parte, el gran número de autofellatios dispersas por el texto, escritas se supone que por Dunbar (el periodista que ha "dado forma" literaria a los estudios de Levitt). Que si el economista mejor valorado de su generación, que si "nadie habí­a pensado X hasta que Levitt, con su genio incomparable...", que si "otras formas de pensar diferentes a la de Levitt pueden resultar atractivas a la luz de la sabidurí­a convencional, pero tienen un problema: son erróneas"... Vale que en un libro de economí­a lo primero que hay que vender es al autor del mismo, pero ese aire como de estar absolutamente encantado de haberse conocido resulta pelí­n cargante.

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Bic

Un cinco estrellas obtenido de Szalai el pasado club del libro: Fiambres. La fascinante vida de los cadáveres, de Mary Roach.



Un estudio periodí­stico sobre todo lo que le puede ocurrir a uno estando muerto y los múltiples usos de los cadáveres, que resultan ser mucho más "aprovechables" de lo que podrí­a imaginarse. Para ir abriendo boca, en el primer capí­tulo la autora asiste a un seminario en el que cuarenta cabezas humanas cortadas sirven de material de prácticas a cirujanos plásticos... Y entrevista a la persona cuyo trabajo consiste básicamente en cortar cabezas y manipular fiambres.

Cada capí­tulo habla de una manera diferente en que un cadáver puede resultar de utilidad: crash test dummies automovilí­sticos, maniquí­s a los que crucificar para probar la autenticidad de la Sábana Santa (!), modelos anatómicos, dianas con las que probar nuevos tipos de munición (!!)... Incluso simplemente pudriéndose al Sol tumbado bajo un árbol un cadáver puede echar una mano a los Gil Grissom de una granja de cuerpos. El libro tiene un momento Soylent Green en el que habla de las propiedades nutritivo-medicinales de los cadáveres, y otro en el que sopesa las ventajas de un método de entierro sueco consistente básicamente en convertir el cadáver en compost con el que fertilizar el campo... Por no hablar del estudio escalofriante sobre cuánto tiempo conserva la consciencia una cabeza guillotinada.

Un libro francamente divertido (sí­, sí­), que aunque pueda parecer espeluznante o duro en un primer contacto, resulta más respetuoso de lo que podrí­a pensarse y no cae nunca en la solemnidad barata. El tono irónico y natural que adopta la periodista encaja a la perfección con el tema que trata...

Dos citas:

A mi modo de ver, estar muerto es un poco como viajar en un crucero. La mayor parte del tiempo la pasa uno tumbado boca arriba. El cerebro ha dejado de funcionar, la carne comienza a reblandecerse. No llegan muchas noticias y nadie espera noticias tuyas.

-----

Entre los profesores de anatomí­a es tradición donar el cuerpo a la medicina. Hugh Patterson, el profesor de la UCSF que fui a visitar, lo ve como una prolongación de su carrera: "siempre me ha gustado dar clases de anatomí­a y, mira por dónde, podré seguir haciéndolo después de muerto".

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Lacenaire



El estigma del extraño
Un ensayo antropológico sobre sectas religiosas


Interesante y reconcentrado ensayo sobre las sectas religiosas y su percepción común como entidades "peligrosas" en occidente. Pasa por las herejí­as maniqueas y cátaras y acaba dándose un rulo por la comuna de los Hare Krisnah en Guadalajara (la mayore del paí­s) para hacer de abogado del diablo y oponer a la tradicional perspectiva demonizante otra un poco más comprensiva. La cosa está en constatar la legitimidad de las religiones integradas en el aparato polí­tico y económico y aquellas que no encajan en él, compiten con éstas (como el cristianismo con la religión oficial romana, hasta hacerse con las riendas del estado, momento a partir del cual pasó de oprimida-demonizada a opresora-demonizante) o podrí­an hacer peligrar el orden social.

Lacenaire


Bic

A ver si me voy poniendo también al dí­a aquí­, que este año estoy leyendo bastante más no ficción que otros... Por abrir el fuego por algún lado: estuve leyendo hace poco el ensayo Enough de John Naish.



Es el tipo de libro que me apostarí­a un testí­culo a que le gusta a problemaS... Pero me atreverí­a a apostarme el otro huevo a que puede interesar a cualquiera. Y es que si bien es un libro "ecologista", no da en ningún momento la impresión de panfleto sino de guí­a práctica... El argumento básico del libro es que nuestros cerebros animales están cableados para tratar de conseguir siempre más, más, más de cualquier cosa, incluso cuando un aumento de esa cosa deja de ser beneficioso y empieza a resultar perjudicial. Demasiada comida que nos enferma, demasiada información que nos satura, demasiadas cosas que nos roban el espacio, demasiado trabajo que nos impide vivir...

Naish analiza cada uno de estos casos, desgranando las razones fí­sicas y psicológicas que nos impiden identificar ese punto óptimo a partir del cual empieza la cuesta abajo, y propone modestas soluciones para evitar esos ahogamientos cotidianos. Algunas de las técnicas que sugiere son muy sencillas y prácticas; en otras ocasiones apunta más alto... Pero en cualquier caso resulta muy interesante y ameno de leer y de aplicar.

Cosas que eché en falta: un análisis económico más a fondo. Yo de economí­a (tal como he reconocido en el foro más de una vez) no tengo ni papa, pero no se me escapa que una reducción en el obsesivo ritmo de consumo actual tendrí­a consecuencias bastante chungas en la economí­a tal y como está montado el chiringuito... Lo triste es que el análisis de Naish en el capí­tulo del libro dedicado a la economí­a no va mucho más allá. Es honesto por su parte, pero me queda la sensación de que deberí­a haberse buscado el apoyo externo de algún economista para escribir al menos ese capí­tulo.

El libro fue escrito antes del estallido de la crisis mundial, y tiene un epí­logo algo descorazonador repasando su argumentario anterior a la vista de la que está cayendo. Además, en ese epí­logo Naish comenta que en el primer borrador del libro figuraba un capí­tulo llamado "Enough us", en el que alertaba de las consecuencias de la superpoblación... Pero lo acabó borrando básicamente porque no se atrevió a sacar el tema para que no le acusaran de promover la eugenesia o vaya usted a saber qué. Me queda la curiosidad de saber cómo abordaba el tema...

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Lacenaire

CitarEl libro fue escrito antes del estallido de la crisis mundial, y tiene un epí­logo algo descorazonador repasando su argumentario anterior a la vista de la que está cayendo. Además, en ese epí­logo Naish comenta que en el primer borrador del libro figuraba un capí­tulo llamado "Enough us", en el que alertaba de las consecuencias de la superpoblación... Pero lo acabó borrando básicamente porque no se atrevió a sacar el tema para que no le acusaran de promover la eugenesia o vaya usted a saber qué. Me queda la curiosidad de saber cómo abordaba el tema...

Yo de esto de aquí­ soy un férreo detractor. Con los recursos disponibles y aplicando la tecnologí­a existente a lo que realmente importa podrí­amos ser bastantes más sin problemas. Se estima que incluso se pueden convertir muchas regiones de anecumene (desiertos, estepas, montañas, etc) en regiones perfectamente productivas y habitables. Pero claro, el spanish style of life a cagar se irí­a.

Rednuts

Cita de: CHE en Julio 07, 2011, 09:32:17 AM
"Demasiada comida que nos enferma, demasiada información que nos satura, demasiadas cosas que nos roban el espacio, demasiado trabajo que nos impide vivir..."

Vale, sí­, muy bien, pero...qué hago? Me piro de anacoreta al desierto y como cactus? No leo la prensa? No uso el móvil? No como sushi? Soy un tí­o de 40 años que vive en una gran ciudad y trabaja de comercial. Qué leches de vida se supone que tengo que llevar para no saturarme? Le digo a mi jefe que no curro tanto? Les digo a los clientes que no me manden tantos mails? Tiro la tele a la basura? Coño, qué pesadez con lo de que la vida que llevamos nos está matando. En una mina en el siglo XIX querrí­a ver yo a estos gurús del downshifting.

Yo llevo considerando bastante tiempo muy seriamente la idea de pirarme al monasterio alemán aquel que salí­a en el documental de El gran silencio.

Eso es vida.
Tú no tienes convicciones porque tú eres de Málaga