Todo atado y bien atado (Un rey francés en Portugal)

Iniciado por yuyu, Noviembre 22, 2006, 04:35:46 PM

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Palabras de Su Majestad el Rey en la Cena de Gala ofrecida a Su Excelencia el Presidente de la República Portuguesa y la señora de Cavaco Silva
Palacio Real de Madrid, 25 de septiembre de 2006

Señor Presidente,

Para el Rey de España es siempre un motivo de gran satisfacción y un alto honor recibir al Presidente de la República Portuguesa. Un honor al que hoy se une la muy especial alegrí­a de poder acogeros, con todo afecto, en Vuestra primera Visita de Estado a nuestro paí­s.

Comprenderéis que al hablar de alegrí­a en este dí­a, no puedo dejar de referirme a la gran ilusión con la que la Reina y yo, así­ como toda mi Familia, hemos acogido la muy feliz noticia del próximo nacimiento del segundo hijo de los Prí­ncipes de Asturias.

Recibid, junto a Vuestra esposa, nuestra más cordial bienvenida a España, la de toda mi Familia, la de mi Gobierno y la del conjunto del pueblo español, marcada por el sentimiento de amistad, respeto y estima que los españoles tenemos hacia Portugal.

La Reina y yo agradecemos Vuestra Visita a España acompañado de una muy importante Delegación. Nos permite hacer realidad el mutuo y sincero deseo de encontrarnos y de seguir estrechando nuestras relaciones ya desde la fase inicial de Vuestro mandato presidencial.

Esta Visita de Estado nos brinda así­ la mejor ocasión para celebrar lo mucho que han progresado nuestras relaciones, explorar nuevas áreas de entendimiento y subrayar los ví­nculos afectivos, de tan hondas raí­ces, que ligan a portugueses y españoles.

En efecto, Portugal â€" tierra preciosa que hemos tenido la suerte de visitar en tantas ocasiones- suscita en nosotros un gran respeto y cariño, por su inconfundible personalidad, su valioso patrimonio histórico y cultural, fuente de grandes Descubrimientos, así­ como por la sincera y entrañable hospitalidad que define el noble carácter de sus ciudadanos.

Señor Presidente,

Sois un muy destacado conocedor de España y de la realidad española. No olvidamos Vuestra decisiva y eficaz contribución, como Primer Ministro de Portugal, a la consolidación progresiva de nuestras relaciones que, en las últimas décadas, han ido acumulando una intensidad y dinamismo sin precedentes.

Hoy, elegido para la más Alta Magistratura de Portugal, en Vuestra Excelencia recibimos a un gran amigo de España con quién, estamos seguros, seguiremos trabajando juntos para fortalecer en beneficio mutuo la valiosa amistad, el estrecho diálogo y la fecunda cooperación entre nuestras dos Naciones.

Una tarea a la que, bien sabéis, seguiré aportando mi mayor ilusión y esfuerzo, no sólo por sólida convicción, sino por especial apego a una tierra a la que mi Familia y yo tanto debemos. Un afán que, como Heredero de la Corona, comparte conmigo el Prí­ncipe de Asturias. Basta una palabra como “Giralda” para evocar recuerdos y saudades grabados para siempre en nuestra historia familiar.

Señor Presidente,

Esta mañana hemos tenido la oportunidad de hacer juntos balance de nuestras relaciones y de expresar nuestro común propósito de ahondarlas y ensancharlas.

Hemos podido constatar la creciente sintoní­a entre Portugal y España en todos los ámbitos de las relaciones internacionales, partiendo de nuestro común anhelo por contribuir a la causa de la paz, de los derechos humanos y de la libertad, por fomentar la solidaridad frente a la pobreza, y por reforzar la cooperación en la lucha contra la barbarie terrorista y otras graves lacras de dimensión transnacional.

Una sintoní­a que se ha reforzado de modo natural en el seno la Unión Europea, como no podí­a ser de otro modo entre dos de los más antiguos Estados del Viejo Continente que han abrazado el proyecto europeo. Dos Naciones modernas, con ricas historias y culturas de fuerte proyección universal, determinantes en la identidad de Europa, que han cumplido veinte años de activa y leal participación en favor del proceso de integración europea.

Como recientemente habéis afirmado: “ A verdade é que as questíµes sensí­veis que os cidadí£os europeus hoje enfrentam, como o desemprego, a seguraní§a e a competií§í£o internacional, ní£o sugerem menos Europa. Pelo contrário, recomendam mais integraí§í£o europeia.”

También la esencial y centenaria vocación americana de nuestros dos paí­ses, inseparable de nuestras culturas e identidades nacionales, nos lleva a coordinar nuestros mejores esfuerzos con los de los Estados de Iberoamérica. De ahí­ nuestro fructí­fero empeño común por articular la Comunidad Iberoamericana de Naciones, que recibió un claro impulso polí­tico y un sólido fortalecimiento institucional en su última Cumbre de Salamanca.

Nuestros intereses convergen, asimismo, en el espacio del Magreb, y en el Mediterráneo oriental, donde compartimos la aspiración a una paz duradera y justa para todos los pueblos de la región. A este noble propósito y a nuestro compromiso con la paz, responde la significativa participación de nuestros dos paí­ses en el esfuerzo que las Naciones Unidas llevan a cabo en el Lí­bano.

La importancia de los lazos que unen a nuestras dos Naciones con el Continente Africano, y en los que Portugal ha sido pionero, nos aconseja y obliga a contribuir a su estabilidad polí­tica, a su despegue económico y social. Es deseable que se retome el diálogo colectivo a alto nivel entre Europa y ífrica, para lo que, sin duda, será ocasión propicia Vuestra ya próxima Presidencia de la Unión Europea.

Señor Presidente,

Como amigos, socios y aliados, que cooperan estrechamente en tantos ámbitos del mayor interés para ambos pueblos, nuestras relaciones presentan una intensidad y amplitud ejemplares, que no pueden entenderse al margen de la concertación y confianza mutua que generan nuestras Cumbres bilaterales.

En lo que respecta a la seguridad, la colaboración entre nuestras autoridades, no sólo viene siendo muy satisfactoria, sino que en los últimos meses se ha ampliado con especial eficacia.

Agradecemos profundamente la plena colaboración de las autoridades portuguesas, para contribuir a resolver la situación creada por las masivas llegadas de ciudadanos de diversos paí­ses africanos a las costas de las Islas Canarias. Una realidad que nos conmueve, pero que también nos preocupa, y que atañe no sólo a nuestro paí­s sino al conjunto de Europa.

En el marco de nuestra rica cooperación bilateral, destaca asimismo un sector cuya importancia crecerá con el tiempo. Me refiero a la investigación cientí­fica y tecnológica, cuyo principal exponente será el Centro de Investigación especializado en nanotecnologí­as que tendrá su sede en Braga. Un centro en el que, con nuestros expertos, trabajarán algunos de los mejores especialistas de otros paí­ses, constituyéndose así­ en polo de excelencia internacional.

Tanto España como Portugal tienen, en efecto, plena conciencia de la necesidad de aumentar el componente tecnológico en sus industrias y de desarrollar su capacidad de innovación. Por ello, quiero congratularme con Vuestra Excelencia de los resultados obtenidos por la Fundación COTEC de Portugal en los tres años transcurridos desde su nacimiento. Con la asociación homóloga creada en Italia y la promovida en España desde 1992, se ha constituido un triángulo de colaboración y de intercambio de experiencias especialmente útil para todos sus miembros.

Señor Presidente,

Hoy nuestros ciudadanos han ampliado ese grado de conocimiento mutuo que caracteriza a dos pueblos vecinos y amigos, capaces de comprenderse y de seguir reforzando su entendimiento y mutua estima, gracias a una densa red de contactos y de intereses compartidos.

Una dinámica que se ve felizmente alimentada por el turismo, los estudiantes y el creciente intercambio humano en todos los sectores.

El ámbito cultural de nuestras relaciones es buen reflejo de esta realidad. Aumenta dí­a a dí­a en nuestras sociedades el interés por nuestras respectivas creaciones, manifestaciones y producciones culturales.

En el plano económico, España es el principal socio comercial de Portugal y su primer inversor extranjero; es también su principal mercado turí­stico. La proximidad geográfica y lingí¼í­stica, así­ como la similitud de nuestras respectivas estructuras económicas, deben facilitar la presencia en nuestro paí­s de nuevas empresas portuguesas, siguiendo el ejemplo de muchas otras ya establecidas en España. El empresariado portugués es y será siempre bienvenido en España.

En suma, deseamos alentar el potencial de cooperación presente y futura que, la fuerte amistad luso-española, abre a nuestras respectivas sociedades.

Estamos convencidos de que Vuestra Visita de Estado servirá de renovado estí­mulo para que juntos sigamos ensanchando el caudal de entendimiento que liga a Portugal y a España.

Con este espí­ritu, Señor Presidente, deseo levantar mi copa para brindar por Vuestra ventura personal y la de Vuestra esposa, por el futuro de las relaciones entre nuestras dos Naciones y por el éxito de Vuestra primera Visita de Estado a España.

Muchas gracias.