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Iniciado por Lacenaire, Enero 23, 2008, 07:13:29 PM

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Zimm...

Agarkala en su web dice que eso sólo lo piensan los necionalistas.
I found it in the street/ At first I did not see/ Lying at my feet/ A trampled rose

Lacenaire

No sé si es privativo de los necionalistas, pero la naturaleza del alma de doña Europa es algo en lo que no me meto por apuro y tenerlo todo un poco como de pelea de la Marvel.

Frontovik

Cita de: Zimmerman en Marzo 22, 2010, 04:21:15 PM
Agarkala en su web dice que eso sólo lo piensan los necionalistas.

No me lees bien. Uropa, Espannia, todo eso, es un concetu abstracto. Lo cual equivale a plastilina que se puede moldear a gusto. Los nacionalistas lo que hacen es construir un dildo gigante con esa plastilina y tratar de meterlo en todos los rectos.

Y que Uropa, como Espannia, no es Huna, hay muchas.

Lacenaire

#213


Tras varias semanas de agobio sin poder darle un tiento a nada que fuese ajeno al rollete estudiantil al fin he podido continuar con las lecturas que habí­a dejado aparcadas, aunque esto que aparece aquí­ arriba sí­ forma parte del plan de estudios, pero mola mucho-mucho.

Se trata de una monografí­a de los Ndembu de Zambia en la que se pone de manifiesto la relación entre el entramado conceptual-simbólico-religioso y la estructura social que no voy a detallar porque es compleja de narices y requiere reproducir una cantidad de datos obtenidos mediante trabajo de campo que acojona bastante. Dioni habló del tema hace algún tiempo discutiendo con Ariete sobre el concepto de in-bodyment con motivo de la glosa de un libro de Bourdieu. Dada esta complejidad me limito a recomendarlo a las personas atraí­das por las teorí­as y enfoques más mentalistas y simbólicos dentro del estudio de las ciencias sociales (hola, Cas).




Lacenaire



Y éste, por fin. Recomendabilí­simo como guí­a inicial al mundo fantástico nipón: teorización inicial (Todorov + formalismo), repaso histórico a los periodos fundacionales (Heian y Edo mayormont) y análisis de los principales motivos y criaturas que pueblan el imaginario japonés.

Criaturas cambiantes como los obakemono (mapaches, zorros, gatos y objetos que cobran vida), monstruitos variados como los oni (ogros o demonios que suelen coincidir con el extranjero) y los tengu, bichos raros como el kappa (una especie de anfibio con un cuenco de agua sujeto a la cabeza en el que reside su fuerza), fantasmas, demonios, vampiros...

Alucina comprobar cómo el 90% de las criaturas surgidas de los estudios ghibli forman parte del folklores (ver Pompoko, Mononoke y Chihiro), sin complejos a la hora de fusionar vanguardia y tradición. 5 estrellas, hermanos.

Casio

#215
Tomo nota, a ver si termino con la Paglia y Sexual Personae, que se me está atragantando, la tia.

Por cierto me he compredo esto:


http://www.adrianahidalgo.com/detallelibro.php?ID=286
apesta a  Foucault, guay.


Dionisio Aerofagita

Cita de: Doppelgí¤nger en Mayo 31, 2010, 12:21:30 PM
Se trata de una monografí­a de los Ndembu de Zambia en la que se pone de manifiesto la relación entre el entramado conceptual-simbólico-religioso y la estructura social que no voy a detallar porque es compleja de narices y requiere reproducir una cantidad de datos obtenidos mediante trabajo de campo que acojona bastante. Dioni habló del tema hace algún tiempo discutiendo con Ariete sobre el concepto de in-bodyment con motivo de la glosa de un libro de Bourdieu. Dada esta complejidad me limito a recomendarlo a las personas atraí­das por las teorí­as y enfoques más mentalistas y simbólicos dentro del estudio de las ciencias sociales (hola, Cas).

Es buení­sima la teorí­a de los sí­mbolos rituales de este libro. También me gustó mucho la recopilación general que hace sobre ritos de iniciación, donde empieza con todo ese tema de la liminaridad.

Hay un libro de Taurus, "El proceso ritual", que incluye un trabajo teórico todaví­a más ambicioso, donde viene la distinción entre communitas y estructura a la que acudo un dí­a sí­ y otro también.

Más allá de las cosas concretas del trabajo de campo, Turner me parece buení­simo como teórico.

Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.

Lacenaire

Es que la parte dedicada al mukanda ocupa un tercio del libro y es muy, muy descriptiva. Me gusta mucho la manera en que se distribuyen los atributos en función del linaje, y que esos mismos atributos estén en relación con árboles, objetos, colores y ceremonias. Le queda un esquema muy bonito, muy elegante.





Lacenaire

CitarTomo nota, a ver si termino con la Paglia y Sexual Personae, que se me está atragantando, la tia.

Menudo solomillo. De Camila guardo un buen recuerdo de "Vamps & Tramps", aunque siendo una recopilación de textos publicados aquí­ y allá y entrevistas termina siendo un poco irregular, aunque entretenido dado el carácter de la tipa.

ENNAS

Un banquete para los dioses, publicado este mismo año por el periodista español Agustí­n Remesal, es más un librito de divulgación de trescientas páginas, sin notas a pie y con una bibliografí­a de 'apenas' un centenar de obras. Abusa del truco de los libros de texto de colocar recuadros con detalles particularizados, información que luego duplica en el texto principal.

Con todo es un libro que recomiendo por su aproximación a los problemas logí­sticos de las primeras épocas del descubrimiento de América.

Muestra la constante búsqueda de alimento -muy por encima de la supuesta fiebre del oro- por parte de los expedicionarios españoles, y de las distintas particularidades alimenticias de los indí­genas americanos.




Es un detalle curioso compobar que en aquellos primeros intercambios funcionaba la economí­a de trueque, nada novedoso si lo pensamos bien, pero siempre se nos ha vendido que los españoles nos aprovechábamos de la ingenuidad de los indios -especie propalada por los propios descubridores, para nuestra mala fama-. En realidad intercambiaban objetos por alimentos, no los regalaban.

Y ahora pensemos, qué tiene más valor: manufacturas como cuchillos, espejos, collares de cuentas de colores, pañuelos, etc... (productos tales como el acero, el azogue, el cristal o la seda todos éllos inexistentes en América y por tanto de auténtico lujo) o las sobras de la despensa de los locales. Entederéis pues, que ni los españoles tan ladrones, ni los indios tan ingenuos.

Otro de esos detalles curiosos es la visión que tení­an unos de otros, sobre todo porque esos prejuicios han atravesado siglos sin menoscabo.


  • Así­, la primera vez que los españoles intentaron enseñar a los incas como se araba con una yunta de bueyes, éstos por lo bajini se dijeron que los españoles eran tan vagos y holgazanes que adiestraban bestias para que hicieran por éllos el trabajo que les correspondí­a.
  • Otrosí­, los aztecas fruncieron el ceño cuando vieron funcionar un molino de agua; pensaron que esa labor de acarrear el lí­quido elemento, encomendada a las mujeres, fortalecí­a el espí­ritu y lamentaron que el progreso simbolizado en el ingenio, les llevara a la laxitud y la pereza.
  • En el mismo sentido, pero al revés, los españoles se quejaban de que los aborí­genes abusaban del alcohol y los estupefacientes, que estaban siempre o borrachos o idos. Por no hablar de -desde su punto de vista- la lascivia y promiscuidad con que los indios se (re)producí­an.




El punto más bonito y que ocupa gran parte del libro es cuando nos narra la alegrí­a de los españoles ante los descubrimientos alimenticios. Esto es un resúmen así­ que no puedo ennumerar todos los artí­culos que muestra el libro, Os señalaré tan solo los más importantes:


  • Nuestros primeros desembarcos en las islas del Caribe, fueron celebrados por el descubrimiento del tabaco que los lugareños fumaban, pero que los españoles llevamos a Europa como planta ornamental y medicinal. Gracias en parte a dos personajes de la gran Sevilla -antepuerto español con América- como el botánico Nicolás Monardes o la doctora y filósofa Oliva Sabuco de Nantes Barrera.
  • Ya en tierra firme nos dimos cuenta de la importancia del maí­z en la dieta cotidiana. No es el único cereal americano, se sospecha que la desaparecida -en tiempos del descubrimiento- civilización maya utilizaba también el amaranto y se sabe del cereal andino quinoa, que fue imposible trasplantar a Europa.
  • Aun en sus principios los españoles pronto celebraron de entre todos el mayor aporte cárnico de los aztecas, los pavos reales a los que llamaban 'gallinas de las de allá'. Mas nada les resultó más apreciado que el cacao (que los locales utilizaban incluso como moneda, tal era su valor) cuyo secreto de preparación fue poco menos que cuestión de estado.
  • En fase más avanzada ya en el altiplano andino se muestran las muchas referencias al cultivo y preparación de la patata, otra planta que llego a Europa como ornamental y terminó por ser decisiva en las hambrunas del siglo XIX. Muchas eran las formas en que los incas las preparaban, con todo no descubrieron el vodka.
  • En ese periodo también alabaron los descubridores la carne de vicuña "ovejas de allá" en la jerga. Se despiporraron por la quina, una planta medicinal buena para todo. Y liberalizaron, solo en América, el uso de la coca, a la que tan aficionados eran los nativos, para sobrellevar su brutal sobreexplotación.

Pero también los españoles tratamos de introducir nuestros cultivos en el Nuevo Mundo. Así­, se trasplantaron olivos, trigos y vides a las islas del Caribe confiando en su exhuberancia. El resultado fue un fiasco, los olivos crecí­an frondosos pero no daban fruto, los trigales se convertí­an en campos de hierba agostados. A la larga los productos importados que se desarrollaron en el aparente vergel caribeño fueron el algodón, el azúcar de caña y el café; tres plantas de lujo, difí­ciles de mantener sin el soporte del clima bonancible.

No fue hasta la adecuación de la triada clásica a los confines del dominio español -California y el norte de la actual Argentina, de climas similares a la Europa mediterránea- cuando éstas empezaron a ser decisivas en la economí­a local.

Hace también el autor un somero repaso de las creencias locales (¡ojo! que acá 'locales' abarca desde los esquimales del norte a los patagones del sur), que se fundamentan en la existencia de dioses que se sacrificaron mutilándose a sí­ mismos por dar de comer a los humanos. No se si se debe al ánimo de congeniar con los recién llegados, pues ese punto nos harí­a más cercanos a conquistadores e indí­genas. Pensad que los cristianos celebramos un banquete antropófago en el que simbólicamente nos 'comemos' a nuestro dios, impí­a blasfemia para judí­os y musulmanes, pero cosa de lo más normal para las gentes del Nuevo Mundo.

Prueba de esta suposición mí­a serí­an las gentes asentadas en los antiguos lí­mites de la confederación de ciudades-estado mayas (a ojo, entre el Yucatán méxicano y Guatemala). Los propios habitantes reconocieron a los españoles que ya no sabí­an leer los glifos de la antigua y prestigiosa civilización, no obstante, en un ejercicio de buena fe, trataron de dar a los conquistadores una explicación razonada de sus mitos y creencias, que como comprenderéis hay que coger con pinzas.




Y así­ llegamos a los exotismos alimentarios, la pantofagia y la antropogafia.

Pantofagia, es el comer de todo, generalmente por falta de nutrientes, de hecho el canibalismo bien podrí­a formar parte de esta práctica. Sin temor a equivocarme afirmo que -contrariamente a lo que pareciera- la selva tropical NO produce alimentos consumibles para los humanos, de ahí­ la carestí­a y déficit alimentario de las gentes del Amazonas, la selva ecuatorial centroafricana la pení­nsula indochina o las islas de Indonesia.

Sin embargo, esta práctica también estaba extendida tanto en la meseta mexicana como en el altiplano andino. En el Nuevo Mundo, los lugareños pasaban hambre más allá de lo evolucionado de su civilización. Acá ya se mezcla un poco de todo. Cierto, los aztecas vendí­an de todo en su mercado de Tlateloco, perritos capados, gusanos, limo del fondo de la desaparecida laguna de Tenochtitlan... De esas prácticas actualmente solo quedan poblaciones selváticas, los yucpa, asentados entre Colombia y Venezuela, hacen batidas para recolectar hasta veinticinco especies de insectos. Los kasinauá en la selva amazónica, dan en comer una sopa de arcilla de los barreiros de piedra dulce a falta de algo mejor.

Cosa aparte es el canibalismo. Hace bien Agustí­n Remesal en abrir el capí­tulo con todos los casos conocidos en que los exploradores españoles incurrieron en tales prácticas. Son escabrosos los relatos, pero te quitan de la cabeza la simpleza de la civilización superior europea frente al salvaje americano. Los españoles comieron carne humana y no por error, sino por hambre, sabiendo lo que comí­an y -los que vivieron para contarlo- sintiéndose culpables por éllo. De hecho, hubo españoles que se comieron a sus compañeros de expedición para sobrevivir y fueron condenados a la esclavitud por los indios que les vieron cometer semejante aberración.

El canibalismo tiene matices, desde las gentes de la selva -en las que se podrí­a alegar la falta de aporte cárnico-, a las ejecuciones masivas aztecas que incluso afirmaban que les repugnaba la carne humana; pasando por quién, como los incas, consideraban dicha práctica un casus belli, y ampliaban el Tahuantinsuyo para combatir la antropofagia de sus vecinos (lo que no quita para que, al modo de los antiguos fenicios y cartagineses, sacrificaran niños para aplacar la furia de los dioses en casos de extrema necesidad).

Bestiajez

Mira Ignacio, ya está el malvado sudaca argentino desocupado dándonos lecciones como siempre. Es que es realmente intolerable.




Simpar

#222


La sorpresa del verano: la fascinante historia de la búsqueda del patrón de los números primos, 500 páginas escritas con la misma destreza que "El Enigma de Fermat" de Simon Singh.

El autor recorre las aventuras de todos los matemáticos famosos que se han puesto alguna vez manos a la obra con la intención de descubrir que se enconde tras la serie de los números primos, centrándose en la única pista importante que es la hipótesis de Riemann.

Fascinante la relación de la serie con los estados cuánticos, así­ como con las curvas elí­pticas que le dieron a Andrew Wiles las herramientas para demostrar el último teorema de Fermat.

También en el libro se trata la importancia de los números primos en la criptografí­a y de como las curvas elí­pticas están desplazando al RSA.

Aparecen Gauss, Euler, Riemann, Wiles, Wyle, Erdosh, Ramanujan, Hardy, Littlewood, Dirichlet, Segberg y muchí­simos más. Una historia verdaderamente alucinante que recomiendo a todos.

yonnon

Cita de: Simpar en Julio 20, 2010, 09:18:08 AM


La sorpresa del verano: la fascinante historia de la búsqueda del patrón de los números primos, 500 páginas escritas con la misma destreza que "El Enigma de Fermat" de Simon Singh.

El autor recorre las aventuras de todos los matemáticos famosos que se han puesto alguna vez manos a la obra con la intención de descubrir que se enconde tras la serie de los números primos, centrándose en la única pista importante que es la hipótesis de Riemann.

Fascinante la relación de la serie con los estados cuánticos, así­ como con las curvas elí­pticas que le dieron a Andrew Wiles las herramientas para demostrar el último teorema de Fermat.

También en el libro se trata la importancia de los números primos en la criptografí­a y de como las curvas elí­pticas están desplazando al RSA.

Aparecen Gauss, Euler, Riemann, Wiles, Wyle, Erdosh, Ramanujan, Hardy, Littlewood, Dirichlet, Segberg y muchí­simos más. Una historia verdaderamente alucinante que recomiendo a todos.

Como personaje admirado por los piramidiotas como yo, tengo en algun lado los textos de Ramanujan, si te interesan, andan por aqui:

http://avaxsearch.com/avaxhome_search?q=ramanujan&commit=Go

Simpar



Puro masoquismo veraniego.

El libro consta de dos partes, la primera en la que se enuncia el famoso teorema y se da un repaso conceptual a los términos del mismo así­ como a los ámbitos de validez.

El capí­tulo 4 que parece escrito por Gonzo es lo que más me ha gustado del libro ya que da un repaso al trato fuera de la matemática que le han dado pensadores importantes al teorema. Está lleno de referencias al famoso libro de Alan Sokal (Imposturas intelectuales) que estoy impaciente por pillarme pero que está agotado.

Merece la pena leerse esta primera parte por la aclaración de conceptos que hace.

La segunda parte es sólo apta para Patillotes.

Os pongo el í­ndice por si a alguien le interesa el asunto:

íNDICE

Nota biográfica

Cronologí­a

Introducción y agradecimientos


PRIMERA PARTE

CAPíTULO UNO:
Un panorama general.

Lo verdadero y lo demostrable. Los sistemas axiomáticos formales. Completitud y axiomas. El infinito: La bíªte noire en los fundamentos de la matemática. El teorema de Incompletitud. La prueba original de Gí¶del. El Teorema de Consistencia. Extensión y alcance del teorema de Gí¶del. Precauciones. Gí¶del, las computadoras y la inteligencia artificial. Derivaciones filosóficas.
Ejemplos y ejercicios.

CAPíTULO DOS:
Hilbert y el problema de los fundamentos.

El programa de Hilbert. Discusión: Qué dicen y qué no dicen los teoremas de Gí¶del. Ejemplos y ejercicios.

CAPíTULO TRES:
El lenguaje para la aritmética y la definición de verdad.

El lenguaje formal. Los enunciados. Los axiomas y reglas de inferencia de la lógica de primer orden. Demostraciones y teorí­as. La verdad en matemática: una definición formal. Completitud y consistencia en nuestra teorí­a formal.
Ejercicios.

CAPíTULO CUATRO:
El teorema de Gí¶del fuera de la matemática.

Julia Kristeva:  Gí¶del y la semiótica. Paul Virilio: Gí¶del y las nuevas tecnologí­as. Régis Debray y Michel Serres: Gí¶del y la polí­tica. Deleuze y Guattari: Gí¶del y la filosofí­a. Jacques Lacan: Gí¶del y el psicoanálisis. Jean-Francois Lyotard: Gí¶del y la condición postmoderna.
Ejercicios.
SEGUNDA PARTE:
La demostración de los teoremas.

HOJA DE RUTA:
La concatenación y el Teorema de Incompletitud.
Si hay una concatenación expresable, valen los teoremas de Gí¶del.

CAPíTULO CINCO:
La versión semántica del teorema de incompletitud.

La concatenación con punto y raya. Método de autorreferencia. “Ser verdadero” no es expresable.
Ejercicios.

CAPíTULO SEIS:
La versión general (sintáctica) del teorema de incompletitud. El teorema de consistencia.

La versión general (sintáctica) del teorema de incompletitud. El Teorema de Consistencia.
Ejercicios.

CAPíTULO SIETE:
Hay una concatenación expresable en la aritmética.

CAPíTULO OCHO:
Toda propiedad recursiva es expresable con la concatenación.


TERCERA PARTE:
Incompletitud en un contexto general y abstracto.

CAPíTULO NUEVE:
Incompletitud en un contexto general y abstracto.

Una demostración intrí­nseca del Teorema de Gí¶del. La concatenación y el argumento de Gí¶del. Conclusiones y preguntas abiertas.
Resolución de los ejercicios.

APÉNDICE I: Ejemplos de teorí­as completas e incompletas.

APÉNDICE II: Hitos en la historia del teorema de incompletitud.

Referencias.

Lecturas recomendadas.